Diez lecciones de vida que quiz¨¢ deber¨ªamos aprender de los ¡®millennials¡¯
Es una generaci¨®n criticada por, entre otras cosas, mirar todo con el filtro de Instagram. Pero ?se lo merecen? Ellos piensan que no
A nadie le gustan los millennials. Son vagos, egoc¨¦ntricos y narcisistas. No levantan la vista de su m¨®vil y ven la vida a trav¨¦s de un filtro de Instagram. Encima, se creen que lo merecen todo, pero no poseen absolutamente nada. Algunos todav¨ªa viven con sus padres... The me me me generation ("la generaci¨®n del yo yo yo"), as¨ª los bautiz¨® la revista Times en su famosa portada de 2013, describi¨¦ndolos bajo este pu?ado de estereotipos y clich¨¦s que se han repetido hasta la saciedad. Porque si hay un patr¨®n com¨²n a cada generaci¨®n es el desprecio a la siguiente, pero pocas han levantado tanta controversia como la de los millennials.
Pero empecemos por el principio, ?quienes son los millennials exactamente? Tambi¨¦n conocidos como generaci¨®n Y, son los nacidos entre los a?os 1981 y 1995. "Una generaci¨®n que cabalga entre otras dos: una anal¨®gica, la generaci¨®n X (nacidos a partir de 1970); y la Generaci¨®n Z (nacidos a partir del a?o 1995), que son nativos digitales porque a partir de esa fecha el c¨®digo de Internet se abre y empieza a llegar a todos los hogares. Los millennials se encuentran entre las dos. Se educan anal¨®gicamente, pero empiezan a crecer digitalmente y por eso todas las expectativas se han puesto en ellos", explica el economista I?aki Ortega, autor del libro Millennials: inventa tu empleo (2014).
?Son tan desastre como los pintan? Pues no. Los millennials son la generaci¨®n m¨¢s preparada de la historia. Les dijeron que se iban a comer el mundo, pero se lo encontraron en per¨ªodo de recesi¨®n. Llegaron al mercado laboral en una crisis que ellos no hab¨ªan provocado -por si alguien ten¨ªa dudas- y que todav¨ªa aun hoy est¨¢n pagando. Pero eso no les ha impedido emprender, viajar y cuestionar los esquemas sociales tradicionales.
¡°Han visto que las certezas de sus padres han dejado de ser as¨ª: un trabajo para toda la vida, un ¨²nico modelo de familia, el estudiar una carrera y tener un empleo seguro..."
I?aki Ortega, economista y autor de 'Millennials: inventa tu empleo'
Estas son algunas de las lecciones que deber¨ªamos aprender de ellos...
Trabajamos para ser felices y no para ascender en el escalaf¨®n social
Estudia una carrera, consigue un buen empleo, forma una familia, obt¨¦n una hipoteca a tipo fijo, compra una casa bonita, un coche de cinco puertas y una buena televisi¨®n¡ Lo que parece un resumen de aquel ir¨®nico mon¨®logo que escribi¨® Irvine Welsh en Trainspotting puede servir tambi¨¦n para enumerar los valores que han determinado nuestra sociedad tradicional.
La m¨¢xima del trabajo duro y el estatus social marc¨® a los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964), pero las prioridades de los millennials son otras. ?Que qu¨¦ diablos quieren? ?Acaso lo saben? Se estar¨¢n preguntando sus mayores. La respuesta es f¨¢cil: conciliar su vida laboral con su tiempo libre. ¡°No viven para trabajar, trabajan para vivir¡±, anticipaba un art¨ªculo publicado en The Guardian en 2008. Y lo confirma el ¨²ltimo estudio realizado por la multinacional Mangroup a 19.000 j¨®venes de 25 pa¨ªses distintos, Carreras profesionales de los millennials: Horizonte 2020: ¡°Priorizan tres cosas a la hora de elegir d¨®nde y c¨®mo trabajar: dinero, estabilidad y tiempo libre. Quieren que se les recompensen por su esfuerzo, sentirse seguros en su trabajo y tener la libertad de parar de vez en cuando¡±.
Vivimos el momento y no nos angustiamos por tener un plan de pensiones (entre otras cosas porque, al menos p¨²blico, es dif¨ªcil que lo tengamos)
Los millennials quieren ser felices, al menos, disfrutando de los peque?os placeres. Porque ellos tambi¨¦n quer¨ªan independizarse, conseguir un buen trabajo y formar una familia... Quer¨ªan todo lo que les prometieron, pero se encontraron con otra realidad. ¡°Han visto que las certezas de sus padres o abuelos han dejado de ser as¨ª: un trabajo para toda la vida, un ¨²nico modelo de familia, el estudiar una carrera y tener un empleo seguro, saber que con esfuerzo pod¨ªas obtener resultados¡ Todo eso ha desaparecido¡±, explica el economista I?aki Ortega, autor del libro Millennials: inventa tu empleo.
¡°Son como peter pans, que no acaban de crecer porque la sociedad en la que viven no se lo permite: el mercado laboral es muy precario y no pueden empoderarse como individuos y formar una familia¡±, a?ade. Conscientes de que trabajar¨¢n m¨¢s que sus padres y que quiz¨¢s no lleguen nunca a tener un plan de pensiones, en lugar de quejarse (como suele decirse) prefieren disfrutar del momento. ¡°Creo que nos medimos por la b¨²squeda de la felicidad. No tenemos esa conciencia de hormiguita de guardar para ma?ana. Si puedo hacer un viaje en vacaciones, lo hago. No me planteo ahorrar para meterme en un hipoteca dentro de cuatro a?os¡±, zanja Juan Rodr¨ªguez, de 31 a?os.
Estamos liberados sexualmente
No hace mucho tiempo, el sexo era tab¨². Para nuestras abuelas la menstruaci¨®n, m¨¢s que un paso hacia la edad adulta, era una se?al de peligro. La virginidad era sagrada y su cuerpo, un santuario que deb¨ªan proteger. ?De qu¨¦? Tampoco lo ten¨ªan muy claro. Pero nuestros abuelos no se acercaban a sus novias hasta el matrimonio. Los m¨¦todos anticonceptivos eran mucho m¨¢s rudimentarios y los preservativos los consegu¨ªan de contrabando. Por no hablar de que hasta 1990, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) consideraba la homosexualidad una enfermedad mental. Por suerte, mucho han cambiado las cosas.
¡°Los 'millennials' tenemos menos prejuicios a la hora de hablar del cuerpo. No solo estamos m¨¢s informados. La moral cat¨®lica que ten¨ªan las generaciones anteriores se va perdiendo. Ahora lo que se busca es disfrutar de tu cuerpo y hablar abiertamente de tu sexualidad¡±
Marta, 28 a?os, m¨¦dica
¡°Los millennials tenemos menos prejuicios a la hora de hablar del cuerpo. No solo estamos m¨¢s informados. La moral cat¨®lica que ten¨ªan las generaciones anteriores se va perdiendo. Ahora lo que se busca es disfrutar de tu cuerpo y hablar abiertamente de tu sexualidad¡±, explica Marta, de 28 a?os, m¨¦dica. Aunque la conversaci¨®n sexual entre padres e hijos sigue resultando inc¨®moda y las clases de educaci¨®n sexual en los colegios todav¨ªa son una asignatura pendientes, los millennials no solo han naturalizado el sexo, tambi¨¦n son mucho m¨¢s abiertos. Han iniciado el camino hacia la normalizaci¨®n de aquellos colectivos que no se identifican con lo "normativo". Seg¨²n el estudio Ipsos Mori publicado en The Telegraph, solo el 71% de los millennials se consideraban "exclusivamente heterosexuales". Con ellos han explotado tambi¨¦n t¨¦rminos como "pansexual" (atracci¨®n rom¨¢ntica o sexual por una persona, al margen de su g¨¦nero o sexo) o "bicurioso" (persona a la que le gusta experimentar con alguien de su mismo sexo de vez en cuando).
No temos prejuicios culturales: puedo ver 'Gran Hermano' y una pel¨ªcula de Bergman
Han desacralizado la cultura. Los millennials no necesitan prescriptores que les digan qu¨¦ leer, ver o escuchar. Internet les ha dado acceso a toda la informaci¨®n -tanta, que conseguir su atenci¨®n supone un reto-, y gracias a esta libertad han forjado gustos tan heterog¨¦neos que resultan incompresibles a ojos de los m¨¢s puristas. ¡°Hemos tenido la oportunidad de beber de muchas fuentes diferentes y por eso nos da un poco igual juntar la telebasura con el cine de autor. Podemos disfrutar de Gran Hermano y ver una pel¨ªcula de Bergman. Ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n: en la alta y baja cultura. Creo que somos la primera generaci¨®n que no hacemos esa diferencia¡±, explica Pablo, de 29 a?os, responsable de m¨¢rketing en una editorial.
Solo hay que entrar en YouTube, el medio favorito de las generaciones Y y Z, para confirmar la teor¨ªa. Ter, youtuber de 26 a?os, imparte lecciones de arte comparando el trabajo de Le Corbusier con el trasero de Kim Kardashian. Y Jaime Altozano, de 24, ha hecho m¨¢s por la democratizaci¨®n de la m¨²sica cl¨¢sica con su canal que cualquier instituci¨®n. ?C¨®mo? Explic¨¢ndosela a los j¨®venes en un idioma que entienden: con referencias a El Se?or de los Anillos o Pokemon. Otro ejemplo lo hemos vivido con Amaia, de Operaci¨®n Triunfo, cuyos gustos musicales incluyen a Marisol, El Mat¨® A Un Polic¨ªa Motorizado, C. Tangana o Neutral Milk Hotel. As¨ª, sin complejos. ¡°Estoy aqu¨ª porque hay que romper prejuicios¡±, fue la respuesta que dio la ganadora del programa al medio Indiespot, cuando le preguntaron qu¨¦ pintaba ella en el festival Primavera Sound de 2017.
Tenemos conciencia medioambiental y no nos morimos por tener coche
Antes no nos preocup¨¢bamos por el calentamiento global, nos limit¨¢bamos a creer que el tiempo estaba loco. Cuando Al Gore present¨® su documental Una verdad inc¨®moda en el festival de Sundace de 2006, muchos creyeron que el exvicepresidente estadounidense estaba exagerando. Sin embargo, el proyecto le dio el Oscar, el Nobel de La Paz y el t¨ªtulo de profeta verde. Porque ten¨ªa raz¨®n. El cambio clim¨¢tico no solo es un hecho, tambi¨¦n una de las principales preocupaciones millennial. Seg¨²n la encuesta anual de Global Shapers, elaborada a partir de 31.000 participantes, el medioambiente y la destrucci¨®n de la naturaleza lidera el r¨¢nking de conflictos globales a los que se enfrenta esta generaci¨®n, con el 48,8 % de los votos de los encuestados.
¡°En cinco a?os, cuando los ni?os vayan al colegio llevando una falda, nadie les molestar¨¢. Yo me estoy llevando la peor parte al ser el primero, pero las pr¨®ximas generaciones pensar¨¢n que ciertas cosas son normales¡±
Jaden Smith, 20 a?os, actor, m¨²sico e hijo de la estrella de Hollywood Will Smith
¡°Son muy conscientes de las tres erres de la ecolog¨ªa: reducir, reutilizar y reciclar. Son m¨¢s austeros, compran menos ropa, no tienen coche, son m¨¢s consciente de los alimentos que consumen¡¡±, enumera el soci¨®logo Juanjo Torres. Pero hay matices. "Creo que en general reciclamos, pensamos m¨¢s en lo que comemos o en c¨®mo se hace nuestra ropa... pero no somos estrictos. Creo que lo hacemos siempre que nos sea c¨®modo. Aunque nos preocupe el reciclaje, mejor si el contenedor de pl¨¢stico est¨¢ al lado de la puerta de casa", apunta Irene, de 29 a?os. Las empresas y las marcas lo saben y, empe?ados en llamar su atenci¨®n, no han tardado en sumarse a la fiebre eco. Sirva de ejemplo para qui¨¦n los tacha de perezosos: los millennials son capaces de cambiar el mundo incluso cuando no se implican al completo.
Reivindicamos a los colectivos machacados por la sociedad de nuestros mayores: mujeres, homosexuales, negros...
El humor es sensible a los cambios sociales y en este caso, sirve como indicador de la brecha generacional. A un millennial no le hace gracia el chiste de "mi marido me pega" de Martes y 13, porque hasta Mill¨¢n Salcedo lleg¨® a disculparse por ¨¦l. Tampoco series de culto como Friends o Seinfeld han pasado su filtro, por tramas que a sus ojos son sexistas, hom¨®fobas o racistas. ?Pecan de correcci¨®n pol¨ªtica o son una generaci¨®n superior? Lo explica el c¨®mico David Su¨¢rez, de 26 a?os, autor del libro Agon¨ªa infinita. "Esa hipersensibilidad tiene que ver con una mayor concienciaci¨®n social, pero tambi¨¦n creo que tiene que ver con una b¨²squeda fallida de la felicidad. El hecho de no haber vivido una guerra ni una dictadura nos ha puesto en una posici¨®n de privilegio respecto a nuestros padres y abuelos. Y la paradoja de esto es que precisamente busquemos problemas de debajo de las piedras. Como no hay verdaderos enemigos, hay que buscarlos, de ah¨ª que muchas veces todo sea potencialmente ofensivo. Por supuesto que esto tiene un lado positivo, y es que gracias a esta sensibilizaci¨®n cada vez m¨¢s gente toma conciencia de la importancia del feminismo o de otros movimientos".
Las sociedades avanzan y los millennials son el reflejo de la evoluci¨®n. Han tomado conciencia de temas sensibles como el machismo, el racismo, la homofobia o la apropiaci¨®n cultural, y han decidido abanderar la causa. El caso m¨¢s reciente de nuevo lo tenemos en OT, cuando Mar¨ªa propuso cambiar la letra de la canci¨®n de Mecano porque la palabra "mariconez" le parec¨ªa hom¨®foba. "Qu¨¦ importante es negarte a reproducir los estereotipos que han sido causa de opresi¨®n y sufrimiento hacia un colectivo determinado. Qu¨¦ necesario es usar bien las palabras. Sobre todo cuando han sido utilizadas para insultarnos", comentaba al respecto el escritor y activista LGTB Roy Gal¨¢n en Twitter.
Es mentira que no nos interese la pol¨ªtica. Lo que no queremos es ESTA pol¨ªtica
"Los millennials han matado la democracia". Este es solo uno de los muchos titulares que culpan a la generaci¨®n de liquidar todo lo bueno del mundo moderno. La realidad es que ellos no han dinamitado el sistema, simplemente han dejado de creer en ¨¦l. Seg¨²n el informe Millennial Dialogue Spain, elaborado por la Foundation for European Progressive Studies (FEPS), el 78 % considera que los pol¨ªticos ignoran sus opiniones y el 47 % est¨¢ poco o nada interesado en pol¨ªtica. ?Las razones? ¡°El alto nivel de corrupci¨®n, las promesas rotas y un sentimiento de decepci¨®n en los pol¨ªticos¡±, detalla el informe.
¡°Hemos tenido la oportunidad de beber de muchas fuentes diferentes y por eso nos da un poco igual juntar la telebasura con el cine de autor. Ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n: en la alta y baja cultura"
Pablo, 29 a?os, responsable de m¨¢rketing de una editorial
Pero esto no significa que su supuesto narcisismo les impida ver la realidad. ¡°Ha cambiado la forma de relacionarnos con la pol¨ªtica. Antes la gente se implicaba directamente en la pol¨ªtica activa: a trav¨¦s de sindicatos, votaciones o militancia. Ahora llevamos la pol¨ªtica a nuestra identidad. No nos identificamos con un partido, porque no encontramos ninguno que nos represente, sino con una causa, como el feminismo o la lucha del colectivo LGTB¡±, opina Sergio, de 29 a?os, periodista. Los millennials no solo se indignan en redes sociales a trav¨¦s de ingeniosas campa?as. Utilizan los hashtags para movilizarse y no dudan en salir a calle para participar en manifestaciones o huelgas. "Son consciente de que est¨¢n en un mundo conflictivo y que van a tener que luchar para conseguir sus derechos y para lograrlo est¨¢n dispuestos a participar en movimientos ciudadanos, o a participar en protestas, pero no a afiliarse a partidos pol¨ªticos pues est¨¢n desencantados con la pol¨ªtica convencional", matiza el soci¨®logo Juanjo Torres.
Te voy a demostrar que no somos "due?os de la nada"
¡°Me encantar¨ªa conocer una sola idea millennial que no fuera un filtro de Instagram o una aplicaci¨®n para el tel¨¦fono m¨®vil. Una sola idea que trascienda y que se origine en su nombre¡±. El reto lo propuso el columnista Antonio Naval¨®n el a?o pasado cuando public¨® en EL PA?S esa pol¨¦mica columna sobre la generaci¨®n Y, donde los coronaba como due?os de la nada. El periodista no tard¨® en desatar una ola de indignaci¨®n y obtener su respuesta. Britanny Wenger (EE UU, 1994) cre¨® Cloud4Cancer, un software de inteligencia artificial capaz de detectar el c¨¢ncer precoz con un 99,1 % de certeza. Miguel Luengo (Espa?a, 1981) dise?¨® MalariaSpot, un v¨ªdeo para acelerar el diagn¨®stico de malaria. Pablo Vidarte, Alexandre D¨ªaz y Javier Rodriguez fundaron Bioo con solo 20 a?os, una compa?¨ªa capaz de generar electricidad de la fotos¨ªntesis de las plantas.
?Casos m¨¢s conocidos? Ben Rattray (EEUU, 1980) es el fundador de la plataforma change.org y ?scar Piere (Barcelona, 1992) de Glovo. Estos solo son algunos nombres al azar, pero basta con coger la lista de los 30 menores de 30 que publica Forbes cada a?o para rebatir la teor¨ªa de Naval¨®n. No solo las redes sociales de las que se queja el periodista est¨¢n dise?adas por millennials con grandes fortunas (el patrimonio de Mark Zuckerberg, creador de Facebook, asciende a 59,6 miles de millones de euros; y el de Kevin Systrom, cofundador de Instagram, es de 1,3 millones), tambi¨¦n han conseguido adaptarse a la tecnolog¨ªa para inventar de la nada nuevas profesiones ( community manager, influencer, youtuber, digital strategist...) y un nuevo lenguaje a trav¨¦s de gifs o memes.
?Derrochar dinero? No, al contrario: invertimos en causas que consideramos justas
Los millennials llegaron a un mercado laboral precario y muy competitivo. Con ellos experimentaron el trabajo de bajo coste, a trav¨¦s de pr¨¢cticas no remuneradas o contratos precarios en el que asum¨ªan m¨¢s responsabilidades de las estipuladas. Han visto como sus a?os de becario se alargaban m¨¢s de lo esperado y que en lugar de ascender como le hab¨ªan prometido, eran sustituidos por otros. Pero, como se suele decir, en tiempos de crisis aflora la creatividad. Y en este caso, la cooperaci¨®n.
"El hecho de no haber vivido una dictadura nos ha puesto en una posici¨®n de privilegio respecto a nuestros padres. Y la paradoja de esto es que precisamente busquemos problemas de debajo de las piedras. Como no hay verdaderos enemigos, hay que buscarlos"
David Su¨¢rez, 26 a?os, autor del libro 'Agon¨ªa infinita'
¡°Los millennials est¨¢n acostumbrados a solucionar problemas por su cuenta, porque el mercado y las circunstancias no se lo han permitido. Son creativos y est¨¢n acostumbrados a cooperar. Han visto crecer plataformas de crowdfunding, couchsurfing, Airbnb o BlaBlaCar¡±, explica el soci¨®logo I?aki Ortega. A trav¨¦s de plataformas de mecenazgo han dado pie a su filantrop¨ªa, apoyando proyectos que merecen la pena y de otra forma no conseguir¨ªan financiaci¨®n. Frente a la idea de que derrochan dinero, un estudio de Goldman Sachs en 2015 adelantaba que a los millennials les gusta invertir en causas que reflejen sus valores sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos; proyectos cient¨ªficos, ecol¨®gicos y culturales.
Pero no es la ¨²ltima plataforma que ha cumplido sus expectativas ante la escasez de recursos. Gracias a BlaBlaCar y a couchsurfing (una web que te asegura un sitio donde dormir gratis en cualquier parte del mundo a cambio de un intercambio cultural) no han tenido que renunciar a esos viajes que tanto le reprochan sus mayores.
Estamos dinamitando los roles de g¨¦nero: ahora no somos ni "nosotros" ni "nosotras", somos "nosotres"
¡°En cinco a?os, cuando los ni?os vayan al colegio llevando una falda, nadie les molestar¨¢. Yo me estoy llevando la peor parte al ser el primero, pero las pr¨®ximas generaciones pensar¨¢n que ciertas cosas son normales, aunque en mi ¨¦poca no lo eran¡±. En 2016, cuando los medios cre¨ªan que Jaden Smith (California, 1998) era solo un ni?o rico un tanto exc¨¦ntrico, el hijo de Will Smith explicaba a la revista Nylon la finalidad de sus radicales estilismos: acabar con los estigmas de g¨¦nero.
Solo han pasado dos a?os de esta declaraci¨®n y Zara ya ha incorporado faldas en su cat¨¢logo de hombres. Aunque Jaden pertenece a la generaci¨®n Z, los millennials abrieron la veda a nuevas identidades, m¨¢s all¨¢ de la clasificaci¨®n binaria (y excluyente) entre hombre y mujer. Solo hay que recordar la portada de enero de 2017 de National Geographic sobre la "revoluci¨®n del g¨¦nero". Los millennials vieron c¨®mo el patriarca del clan Kardashian, Bruce Jenner, se convert¨ªa en Caitlyn y han normalizado etiquetas para que nadie se sienta marginado en su identidad sexual. Son conscientes de que el g¨¦nero se ha utilizado como un factor de desigualdad, por eso muchos han empezado a utilizar el lenguaje neutro, con la idea de que las palabras vaya perdiendo las connotaciones patriarcales establecidas.
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