Las amenazas m¨¢s graves para el Mediterr¨¢neo
Un estudio asegura que la combinaci¨®n de cambio de las condiciones clim¨¢ticas e impactos de las actividades humanas multiplica la vulnerabilidad de los fr¨¢giles ecosistemas marinos
El calentamiento global tiene amenazadas a numerosas especies albergadas en el Mediterr¨¢neo. Y el impacto de actividades como la pesca o el vertido de productos contaminantes puede incrementar la vulnerabilidad del ecosistema marino a los efectos del cambio clim¨¢tico. As¨ª lo asegura un grupo de cient¨ªficos espa?oles, que ha identificado las ¨¢reas de este mar donde la combinaci¨®n de estos factores de riesgo es m¨¢s elevada. Entre ellas, destacan el Adri¨¢tico, el Egeo, las costas catalanas y las de algunos puntos de Norte de ?frica. Los autores de la investigaci¨®n, publicada en Scientific Reports, hacen hincapi¨¦ en que medidas regionales o locales como el control de la actividad pesquera pueden reducir la exposici¨®n de estas zonas a las perturbaciones clim¨¢ticas m¨¢s devastadoras.
La intensa industrializaci¨®n y explotaci¨®n de la agricultura y de la pesca en el entorno del mar Adri¨¢tico, un ¨¢rea con mucha densidad de poblaci¨®n, han generado un impacto abrumador en su biodiversidad marina. Hoy en d¨ªa, el 98% de las especies presentes tradicionalmente en esas aguas ha perdido al menos la mitad de su poblaci¨®n, asegura el nuevo estudio. ¡°Un gran n¨²mero de especies ha desaparecido del ecosistema¡±, agregan los autores. La situaci¨®n actual se debe a la combinaci¨®n de la reducci¨®n de la calidad del agua inducida por las actividades humanas, la presi¨®n pesquera y el aumento de las temperaturas, seg¨²n afirman. Por eso citan el del Adri¨¢tico como un ejemplo emblem¨¢tico de las consecuencias que puede suponer la ¡°sinergia¡± de factores clim¨¢ticos y factores humanos en un ¨¢rea marina.
Marta Coll, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona y coautora del estudio, explica que estos impactos se pueden solapar uno con otro ¡°en el tiempo y en el espacio¡±. El resultado de la interacci¨®n simult¨¢nea ¡°no ser¨¢ la suma de uno m¨¢s dos, sino que podr¨ªa ser la multiplicaci¨®n de uno por dos¡±, afirma. En otras palabras, esta combinaci¨®n puede aumentar de forma ¡°exponencial¡± los efectos negativos que genera, especifica su compa?ero Joan Navarro.
?El estudio en el que han participado, liderado por Francisco Ram¨ªrez de la Universidad de Barcelona, localiza las ¨¢reas del Mediterr¨¢neo m¨¢s afectadas por la explotaci¨®n de la pesca, los cambios de las condiciones f¨ªsico-qu¨ªmicas del agua y el aumento de temperaturas. El resultado final es un mapa donde se destacan las zonas en las que el ecosistema ha sufrido m¨¢s cambios y es m¨¢s vulnerable a nuevas perturbaciones por la acci¨®n combinada de estos factores. ¡°Lo que encontramos es que donde hay m¨¢s impacto de la pesca y del cambio de las condiciones del agua tambi¨¦n es donde la temperatura va a aumentar o ha aumentado m¨¢s¡±, afirma Coll.
La investigaci¨®n, en la que han trabajado tambi¨¦n dos investigadores de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, indica puntos especialmente cr¨ªticos en las costas catalanas, en las italianas occidentales, en ambos lados del Adri¨¢tico, en el Egeo y en las zonas costeras de T¨²nez y Egipto. A la hora de analizar los impactos separadamente, se refleja que los distintos factores no intervienen en todas partes por igual. La explotaci¨®n pesquera es m¨¢s intensa en las costas del Mediterr¨¢neo Occidental y Central. La modificaci¨®n de las condiciones del agua ha sido especialmente profunda en el Adri¨¢tico. Los efectos del cambio clim¨¢tico, en cambio, est¨¢n distribuidos de forma m¨¢s heterog¨¦nea por toda la cuenca.
Acciones globales y acciones locales
Coll considera que afrontar el cambio clim¨¢tico es un desaf¨ªo que necesita una coordinaci¨®n internacional. Por el otro lado, factores como la actividad pesquera o la calidad de las aguas, que se suman a ese, pueden ser gestionados en ¨¢mbito subregional o local, seg¨²n mantiene.
En su opini¨®n, tener en cuenta esta distinci¨®n ser¨¢ fundamental en la elaboraci¨®n de estrategias de protecci¨®n de los ecosistemas marinos ante la amenaza del calentamiento global. ¡°No podemos llegar a tener ¨¢reas donde todos los impactos sean m¨¢ximos¡±, asegura la investigadora. Limitar la pesca de las especies en riesgo de extinci¨®n durante las ¨¦pocas de reproducci¨®n o asegurar la presencia de sistemas eficientes de saneamiento de las aguas son ejemplos de medidas sostenibles, detalla Joan Navarro.
Rafael Gonz¨¢lez-Quir¨®s, del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, considera que la l¨ªnea trazada por este grupo de investigadores es la correcta para identificar lo que hay que hacer en tema de conservaci¨®n del medio marino. Por el otro lado, matiza que trasladar los resultados cient¨ªficos a un plan de intervenci¨®n pol¨ªtica y administrativa puede resultar complejo. El experto agrega que los cambios en un ecosistema no se verifican de manera lineal, sino que pueden ser abruptos. En su opini¨®n, este aspecto es relevante a la hora de elaborar estrategias de intervenci¨®n, porque supone la posibilidad de que algunos fen¨®menos derivados de impactos clim¨¢ticos y humanos se manifiesten de forma inesperada con respecto a las previsiones.
Entre las acciones ¨²tiles, Gonz¨¢lez-Quir¨®s destaca la implementaci¨®n de ¨¢reas marinas protegidas. En un marco de este tipo, detalla, se pueden establecer distintos grados de conservaci¨®n y regulaci¨®n de las actividades con posible impacto negativo. Aplicar el planteamiento propuesto por sus colegas puede resultar ¨²til para identificar qu¨¦ zonas m¨¢s necesitan este tipo de medidas, afirma. ¡°Estas ¨¢reas son una forma de protegernos contra el cambio clim¨¢tico¡± y pueden as¨ª considerarse ¡°una herramienta m¨¢s de gesti¨®n del medio marino¡±, asegura el investigador.
Un caso de estudio emblem¨¢tico
Marta Coll explica que el estudio de la situaci¨®n del Mediterr¨¢neo puede ser especialmente ¨²til para dar pistas sobre c¨®mo mejorar la protecci¨®n de los ecosistemas marinos. ¡°Este mar tiene unas caracter¨ªsticas que lo convierten en una representaci¨®n en miniatura de lo que pasa en el mundo¡±, afirma. Sin embargo, la cient¨ªfica cree que todav¨ªa casi no existen casos de ¨¦xito en la reducci¨®n de m¨²ltiples impactos negativos en la misma zona. ¡°La gesti¨®n actual a¨²n se hace de forma muy sectorial¡±, asegura.
Pero el estudio del que es coautora sostiene que hay razones para ser optimistas. Los resultados que se ilustran, concluye el art¨ªculo publicado en Scientific Reports, ofrecen un marco de acci¨®n ¡°id¨®neo¡± para conseguir aliviar las consecuencias del cambio clim¨¢tico.
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