?Qui¨¦n construye la casa del futuro?
Encender las luces desde el m¨®vil, reciclar el agua del lavabo, calentar la vivienda con lo que consume un secador de pelo o acumular energ¨ªa solar en vidrios transparentes ya es posible. El cambio va a transformar nuestros hogares
HACE POCO M?S DE UNA D?CADA era dif¨ªcil imaginar que el futuro del despertador, la linterna, ?la discoteca!, el reloj o el ¨¢lbum de fotos se escond¨ªa en los escasos cent¨ªmetros cuadrados de un smartphone. La nanotecnolog¨ªa estaba llamada a transformar tambi¨¦n nuestra casa. No era la primera vez que se anunciaba una revoluci¨®n dom¨¦stica. Sin embargo, como le sucediera a la dom¨®tica ¡ªque ya quiso robotizar las viviendas¡ª, apenas ha alterado nuestras costumbres cotidianas. Los cambios llegan de manera muy paulatina, casi sin darnos cuenta.
Es cierto que tenemos un reloj en el horno y que se desconecta cuando termina el tiempo de cocci¨®n, pero estamos lejos de las neveras que ten¨ªan que avisarnos cuando los alimentos caducaban o de los ba?os que detectaban nuestros cambios de presi¨®n sangu¨ªnea. Las transformaciones dom¨¦sticas no son revolucionarias. Les cuesta llegar, pero cuando lo hacen es para quedarse.
En comparaci¨®n con los coches o los lugares de trabajo, los pisos tardan en reflejar esos cambios. Hoy tenemos Internet, pero el sal¨®n sigue siendo el mismo. Por eso es dif¨ªcil anticipar qu¨¦ propuestas de las miles que manejan los fabricantes permanecer¨¢n con nosotros. Un viaje por algunas de las empresas m¨¢s innovadoras del sector descubre que el futuro de la vivienda no est¨¢ solo en manos de la tecnolog¨ªa. Tambi¨¦n que la l¨®gica, la libertad individual ¡ªo la customizaci¨®n, como se dice ahora¡ª y la facilidad de uso son clave para que una innovaci¨®n triunfe y nos apunte c¨®mo vamos a vivir.
¡°Si nos hubieran dicho que una casa podr¨ªa calentarse con lo que consume un secador de pelo, nos habr¨ªa parecido ciencia-ficci¨®n¡±
¡°Si alguien nos hubiera dicho hace poco que una casa podr¨ªa calentarse con lo que consume un secador de pelo, nos habr¨ªa parecido ciencia-ficci¨®n. Sin embargo, est¨¢ pasando¡±. La arquitecta navarra Sara Vel¨¢zquez Arizmendi ¡ªdel estudio Varquitectos¡ª ha firmado en Bilbao el edificio de consumo energ¨¦tico casi nulo (Passivehaus) m¨¢s alto del mundo. La calefacci¨®n de estos 171 pisos cuesta a sus inquilinos un 75% menos que la de una vivienda convencional gracias a que sus arquitectos aplicaron sencillas leyes de la f¨ªsica destinadas a evitar p¨¦rdidas de calor por la fachada y a aprovechar el calor del sol y el generado por los habitantes en su actividad diaria.
En 2020, en Espa?a todos los nuevos edificios deber¨¢n ser de consumo casi nulo. El certificado alem¨¢n Passivhaus lleva 27 a?os funcionando. Por eso Vel¨¢zquez sabe que un inmueble bien aislado no solo ahorra en la factura de la luz, sino que tambi¨¦n alarga la vida de la arquitectura. Estas construcciones acumulan m¨¢s energ¨ªa de la que consumen. En Espa?a la legislaci¨®n no ha permitido hasta ahora ¡ªla acaba de cambiar el Gobierno socialista¡ª volcar los excedentes en la red como s¨ª sucede en otros pa¨ªses. Pero hay consumidores, como el arquitecto ilerdense Josep Bunyesc, quien levant¨® la primera casa pasiva de Espa?a hace una d¨¦cada, que han optado por desconectarse de la red y utilizar la energ¨ªa sobrante para alimentar un coche el¨¦ctrico.
Vel¨¢zquez coincide en que ¡°el reto est¨¢ en c¨®mo aprovechar esa energ¨ªa sobrante que se produce y no se necesita para uso dom¨¦stico¡±. Para ella, la soluci¨®n m¨¢s sencilla ser¨ªa el volcado de excedentes a la red, pero advierte de que para instalaciones de m¨¢s de 10 kilovatios esa opci¨®n ha estado penalizada en Espa?a. ¡°De momento se utilizan bater¨ªas y otros sistemas de almacenamiento¡±. Como est¨¢n habituados al barullo de cambios que la pol¨ªtica genera en las cuestiones energ¨¦ticas, esta arquitecta cuenta que ellos dise?an sus edificios para instalar m¨¢s paneles solares. ¡°Si realmente la normativa espa?ola deja de penalizar la producci¨®n de energ¨ªa con la luz del sol, estaremos preparados¡±. La recent¨ªsima decisi¨®n del Gobierno tiene l¨®gica para todos excepto para los monopolios el¨¦ctricos: la Pen¨ªnsula es, junto con el sur de Italia y Croacia, la zona con mayor n¨²mero de horas de sol de toda Europa. Por eso Vel¨¢zquez est¨¢ convencida de que es inevitable el paso de una econom¨ªa extractiva a otra regenerativa (o circular) y que ese cambio de sociedad tambi¨¦n transformar¨¢ la vivienda.
?lvaro Beltr¨¢n (?vila, 1975) est¨¢ preparado para ese cambio. Tras convertirse en economista en la Universidad de M¨¢nchester, hace nueve a?os fund¨® en su ciudad Onyx Solar. Pens¨® en fabricar cristales que adem¨¢s de utilizarse en ventanas pudiesen captar energ¨ªa solar para evitar tener que a?adir paneles fotovoltaicos a los edificios. En una feria de Abu Dabi conoci¨® a otro abulense, el f¨ªsico Teodosio del Ca?o (1976) ¡ª¡°el mayor experto en energ¨ªa fotovoltaica del mundo¡±, dice¡ª, y juntos lanzaron un producto que hoy utilizan arquitectos como Norman Foster o Rafael Vi?oly. Los vidrios fotovoltaicos de Onyx Solar captan y acumulan energ¨ªa solar gratuita. Los han utilizado empresas como Samsung o Coca-Cola, Apple o Heineken, y se han instalado en edificios de todo el mundo: del estadio de los Miami Heat a la sede de Novartis en Nueva Jersey, pasando por el Dubai Frame o el edificio m¨¢s alto de Singapur.
M¨¢s all¨¢ de acumular energ¨ªa en los cristales, el ¨²ltimo logro de Beltr¨¢n y Del Ca?o ha sido conseguir que estos vidrios sean transitables. Es decir: que se pueda caminar sobre ellos. Eso es fundamental para iluminar cenitalmente, para construir cubiertas fotovoltaicas que dejen pasar la luz del d¨ªa mientras acumulan la energ¨ªa del sol. Beltr¨¢n est¨¢ convencido de que desde todas las escalas ¡ªuna casa o un rascacielos¡ª se puede luchar contra el cambio clim¨¢tico y convertir los edificios en acumuladores de energ¨ªa solar. En tres a?os, afirma, el retorno energ¨¦tico paga el sobrecoste de los vidrios. Y est¨¢ orgulloso de dirigir la ¨²nica empresa que produce un material de construcci¨®n que permite a los edificios generar in situ la energ¨ªa que necesitan.
Hace ya un tiempo que el gigante del ba?o nacional, la multinacional Roca, abord¨® la sostenibilidad desde la ¨²nica manera posible: tratando de ahorrar agua. M¨¢s all¨¢ del empleo de grifer¨ªas que reducen el caudal, su innovaci¨®n m¨¢s emblem¨¢tica la firman dos hermanos italianos. Los arquitectos Gabriele y Oscar Buratti idearon W+W, un lavabo que recicla sus aguas grises para que lleguen filtradas a la cisterna del inodoro. El invento es a la vez una realidad y una utop¨ªa. Permite ahorrar el 50% del agua que se consume. Sin embargo, su alto coste no ha permitido su uso generalizado. Con todo, la idea de combinar dos servicios en uno para ahorrar tambi¨¦n espacio en el cuarto de ba?o ha llevado a esta firma a desarrollar otro producto: la serie In-Wash equipa los inodoros con lavado y secado de las partes ¨ªntimas, haciendo que un retrete cumpla tambi¨¦n la funci¨®n de un bid¨¦.
Existe la opci¨®n de elegir el tono c¨¢lido o fr¨ªo de la iluminaci¨®n en cada instante con el m¨®vil. ¡°Se pueden encender las luces desde la calle. O desde otra ciudad¡±
¡°Se pueden encender las luces de casa desde la calle. O desde otra ciudad¡±. Marta G¨¢lvez, responsable de producto para Espa?a y Portugal de Philips, asegura que la cantidad de luz puede cambiar a cada instante en una misma habitaci¨®n. Explica que m¨¢s all¨¢ de la tecnolog¨ªa led, que ahorra energ¨ªa y prolonga la vida de las bombillas, el control digital ser¨¢ clave en la iluminaci¨®n dom¨¦stica. Su sistema Philips Hue es intuitivo. Permite encender y apagar luces, adem¨¢s de cambiar el tono fr¨ªo o c¨¢lido de la iluminaci¨®n, desde una tableta o un smartphone y ha puesto de acuerdo a asistentes de voz de Apple HomeKit, Google Home o Alexa. La instalaci¨®n resulta f¨¢cil. Utiliza el sistema general de iluminaci¨®n o puede a?adir una barra compacta ¡ªvertical u horizontal¡ª para crear contraluces. Pero adem¨¢s hace aflorar muchas otras posibilidades: este recurso ideado por la empresa holandesa permite elegir entre 16 millones de colores y multiplica por tres la conexi¨®n de cada toma de corriente.
Utilicemos m¨¢s o menos luz, G¨¢lvez considera clave en la decoraci¨®n futura la posibilidad transformadora de los colores de la luz y los efectos art¨ªsticos que proyectan. Tanta relevancia est¨¢ cogiendo este sector del mercado de la marca holandesa que la divisi¨®n de iluminaci¨®n de Philips pasar¨¢ a llamarse Signify a partir de enero.
Pero al margen de ahorrar energ¨ªa, agua o colorear la luz, el futuro de la casa tambi¨¦n investiga v¨ªas para facilitar la vida de los habitantes. ?Cu¨¢les son esos caminos? Hay dos cl¨¢sicos: facilitar el mantenimiento de los muebles y multiplicar sus posibilidades de uso. Por eso la serie b3 de la empresa Bulthaup est¨¢ construida con acero inoxidable y un nuevo material de origen mineral tratado industrialmente. Este acabado, registrado como Stone Paper, se regenera completamente y hace desaparecer los cortes y ara?azos producidos por el uso con la aplicaci¨®n de un aceite que los borra al instante. Con esos cuidados, las encimeras se convierten en mesas. Las zonas de cortado y preparado de la cocina en las islas de esta serie b3 encuentran adem¨¢s espacio libre bajo la superficie para ubicar los cuchillos fuera de la vista, pero justo en el lugar donde se precisan.
Hace a?os que esta firma alemana apunta hacia la vanguardia de la cocina. Lo ha hecho convirti¨¦ndola en el sal¨®n de la casa ¡ªpara evitar marginarla del resto de la vivienda¡ª. Tambi¨¦n lo ha logrado haciendo cocinas f¨¢cilmente trasladables en una mudanza, de manera que, por ejemplo, en un piso alquilado se pueda instalar como un mueble m¨¢s y uno pueda rentabilizar la inversi¨®n. Esta nueva apuesta trabaja uno de los pocos resquicios que les quedaba donde innovar: su facilidad de mantenimiento y el movimiento de sus componentes.
El movimiento precisamente est¨¢ detr¨¢s de la idea que Javier Marset, CEO de la empresa que lleva su apellido, defiende para la iluminaci¨®n. Su envite para el futuro es multiplicar la ubicuidad de las l¨¢mparas. En lugar de tener muchas, se podr¨ªa tener pocas si se pudiesen mover sin necesidad de enchufarlas. Con esa voluntad, Marset ha equipado a varios de los modelos de su cat¨¢logo con una bater¨ªa recargable que les concede una autonom¨ªa de hasta seis horas. La idea se le ocurri¨® a Inma Berm¨²dez, la primera dise?adora espa?ola que vio c¨®mo Ikea produc¨ªa uno de sus dise?os. Su l¨¢mpara Follow Me ¡ªcon asa, led, bater¨ªa recargable, pantalla con movimiento y tres intensidades de luz¡ª inici¨® el camino.
La vivienda del futuro reconsidera pues el ahorro energ¨¦tico, la cantidad de enseres con que se amuebla, los sistemas lum¨ªnicos y tambi¨¦n los materiales con los que se fabrican los muebles. La empresa Actiu ¡ªuna firma pionera en el autoabastecimiento energ¨¦tico de su f¨¢brica en Castalla (Alicante)¡ª ha optado por descontextualizar materiales y fabricar su nueva silla con fibra de carbono, un material empleado habitualmente en la industria del transporte espacial. Tan resistente como el acero y tan ligero como el pl¨¢stico, el material de la silla Karbon, que firma el dise?ador Jes¨²s Cu?ado, es un gran aislante t¨¦rmico. Eso convierte a estas butacas en muebles ¨²tiles tanto en el interior como en el exterior. De nuevo 2¡Á1, doble uso para amueblar la casa del futuro.
Pero se anuncian cambios todav¨ªa m¨¢s radicales. Hace unos meses, la Royal Academy de Londres acogi¨® una instalaci¨®n del estudio MAIO en el que la arquitecta barcelonesa Anna Puigjaner reflejaba el futuro de la casa apuntando a algo hasta ahora impensable: compartir la mesa de trabajo o el ba?o. Aplicaciones para el smart?phone como Vrumi o AirPnP ¡ªque ayuda a encontrar el ba?o privado m¨¢s cercano disponible¡ª ya lo hacen posible. Como ocurre con las bicicletas en las ciudades, es posible alquilar estancias por minutos. Por eso, para Puigjaner, la casa como sistema abierto est¨¢ a la vuelta de la esquina.
¡°Debemos empezar a proyectar desde una nueva manera de entender la propiedad: tras la crisis, hemos perdido el ansia por tener y pasado a un concepto m¨¢s de usar y de disfrutar¡±, explica Sara Vel¨¢zquez. Cuenta que trabajan en proyectos colaborativos, con personas que desean vivir en comunidad y compartir servicios: coches, aparcamiento, zonas de ocio o lavander¨ªas. Ella cree que esa forma de vivir fomentar¨¢ la convivencia y abaratar¨¢ la vivienda. La otra clave de futuro para Vel¨¢zquez pasa por recuperar la sinton¨ªa con la naturaleza: ¡°Debemos volver a aquello de lo que un d¨ªa nos apartamos, ya que el cambio no nos trajo ni m¨¢s paz, ni m¨¢s confort, ni m¨¢s ahorro. Debemos volver a proyectar pensando en que somos parte de la naturaleza y respetando los v¨ªnculos que nos unen a ella¡±.
¡°Cada vez hay m¨¢s personas que quieren ver crecer sus verduras y plantas arom¨¢ticas¡± en casa
En esa l¨ªnea, Ikea elige una visi¨®n menos tecnificada para hablar de futuro. Ronnie Runesson, uno de los m¨¢s veteranos expertos en desarrollo de producto de la empresa sueca, asegura que las afinidades y las inquietudes personales son esenciales a la hora de pensar en un producto. ?l creci¨® en una granja donde ten¨ªan un huerto. ¡°Ver crecer lo que uno va a comer me inici¨® en la sostenibilidad¡±. Sin embargo, explica que fue viviendo en Shangh¨¢i cuando pens¨® en dise?ar un plantel que pudiera desarrollarse en el interior de un piso. ¡°Cada vez hay m¨¢s personas concienciadas contra el uso de pesticidas. Quieren ver florecer sus verduras y sus plantas arom¨¢ticas¡±, asegura. Para idear su invernadero de interior, Runesson pidi¨® ayuda a la universidad. Y la sorpresa fue que ¡°el mundo interior de las viviendas de todo el planeta se parece mucho m¨¢s que las calles del exterior: casi todos vivimos a la misma temperatura dentro de casa¡±. Su invernadero se llama V?xer. Propone un cultivo hidrop¨®nico ¡ªque utiliza soluciones minerales en lugar de tierra agr¨ªcola¡ª y hace crecer vegetales con agua, sol o una l¨¢mpara led. Puede sumar m¨®dulos hasta el autoabastecimiento de verduras o emplearse para cultivar hierbas arom¨¢ticas en viviendas que carecen de luz. Al ser un cultivo interior, no precisa el uso de pesticidas.
Para Sara Vel¨¢zquez tambi¨¦n es fundamental medir la calidad del aire del interior de las viviendas: ¡°Filtramos los contaminantes del exterior, empezamos a introducir en las casas materiales que no emiten compuestos t¨®xicos¡±, explica la arquitecta. Asimismo, defiende que ninguna vivienda deber¨ªa renunciar al ¡°derecho al sol¡±. No es cr¨ªtica con el progreso, pero habla de recuperar conceptos b¨¢sicos de la construcci¨®n tradicional como la ventilaci¨®n manual, que en los ¨²ltimos 50 a?os cre¨ªmos poder sustituir con cada vez mayores aportes de energ¨ªa.
Algunas empresas y profesionales est¨¢n haciendo su trabajo. Viven de imaginar el futuro de nuestras casas. Y demuestran que idear el ma?ana tiene m¨¢s que ver con la ciencia que con la ficci¨®n.
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