Del plato al bolsillo, sobrevivir al comedor escolar
La colaboraci¨®n entre familia y escuela es necesaria para que juntos podamos llegar al objetivo que buscamos: que los ni?os disfruten de la comida
Profesionales de la educaci¨®n y de la salud, estamos haciendo hincapi¨¦ sobre la importancia de fomentar h¨¢bitos saludables en los ni?os, por fortuna cada vez m¨¢s familias van tomando conciencia de la importancia que tiene el establecimiento de una buena relaci¨®n con la comida desde una edad temprana. Pero qu¨¦ ocurre con los monitores de los comedores escolares y personal educativo de los centros escolares. ?Son conscientes de esta necesidad? Como profesional educativo, considero que no podemos dejar al margen la problem¨¢tica con la que se encuentran muchos padres, cuando sus hijos no quieren acudir al colegio o escuela porque les obligan a comer.
En uno de los talleres que impart¨ª padres y monitores de comedor, imaginamos a trav¨¦s de Role playing que era la anfitriona en una cena, as¨ª que invit¨¦ a varias personas de la sala a cenar a mi casa.
Justo esa noche hab¨ªa elegido para el men¨² los alimentos que menos gustaban a mis comensales.
La cena promet¨ªa ser una velada agradable hasta que vi que los invitados no com¨ªan, as¨ª que saqu¨¦ de mi bolsillo las estrategias educativas m¨¢s comunes y sorprendentemente normalizadas para que mis invitados comieran (sobornos, chantajes con el segundo plato, premios e incluso gritos).
Lo que comenz¨® como una cena agradable se convirti¨® en una desagradable situaci¨®n. Conclu¨ª la din¨¢mica y pregunt¨¦ a los comensales si vendr¨ªan a mi casa a cenar el pr¨®ximo d¨ªa.
Su respuesta fue un¨¢nime y rotunda: NO.
- Esta situaci¨®n es la que viven algunos ni?os en los comedores escolares, pong¨¢monos por un momento en su lugar y tomemos conciencia sobre c¨®mo hacerlo mejor.
?Por qu¨¦ hemos de pensar que lo que no es bueno o agradable para nosotros los adultos, para los ni?os si lo es?
- Forzar a los ni?os a comer es contraproducente. Seamos sensatos, pongamos calidad en sus platos y dejemos que ellos pongan la cantidad.
- Confiar en los ni?os en su capacidad para autorregularse y desterrar viejas praxis que fomentan luchas de poder entre en el adulto y el ni?o, educar de otra manera si es posible aunque no resulte f¨¢cil.
La colaboraci¨®n entre familia y escuela es necesaria para que juntos podamos llegar al objetivo que buscamos: que los ni?os disfruten de la comida.
La familia tiene el papel principal en esta tarea, no nos olvidemos, me da miedo escuchar a los padres decir ¡°llevo a mi hijo al comedor para que aprenda a comer de todo.¡±
Cerca de cumplir los 40 a?os es raro no haber encontrado a alguna persona que detesta el queso o el br¨®coli desde que eran obligados sistem¨¢ticamente a ingerirlos en el comedor escolar, ?qui¨¦n no se ha metido el ¨²ltimo trozo de pescado en el bolsillo?
E incluso hay quien me ha confesado esconder un huevo frito en su abrigo, todo ello fruto de la supervivencia.
No puedo entender lo poco que hemos trabajado para que a¨²n algunos ni?os vean la comida como una obligaci¨®n y no como disfrute, no s¨¦ por qu¨¦ hemos avanzado tan poco al respecto y seguimos permitiendo que esto suceda.
No entiendo por qu¨¦ el obligar a comer a un ni?o o castigarlo por no tener hambre NO sorprende a muchos, ?qu¨¦ le parecer¨ªa a usted si le castigaran por no tener sue?o?
El comedor escolar deber¨ªa estar contemplado en el proyecto educativo de los centros escolares y funcionar¨ªa mejor si profesores, familias y alumnos estuvi¨¦ramos coordinados.
Hagamos de una necesidad creciente en los hogares familiares una oportunidad, no solo para desarrollo de h¨¢bitos saludables como la alimentaci¨®n sino de m¨²ltiples aspectos m¨¢s, como el desarrollo de habilidades sociales, fomentar el respeto entre compa?eros¡. dejemos de mirar hacia otro lado, pongamos a ello.
*Ruth Alfonso Arias, Educadora Infantil, Educadora De Familias de Disciplina Positiva y madre a tiempo completo.
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