La abogada que lucha contra la violencia sexual en zonas de conflicto
Esta abogada francesa, una de las mayores expertas en cr¨ªmenes de guerra, lleva 20 a?os luchando para que la violencia sexual perpetrada en zonas de conflicto no quede impune
Tras violarlas, los soldados serbios les dec¨ªan: ¡®Ahora est¨¢s purificada. Tu hijo no ser¨¢ musulm¨¢n¡±. Este testimonio se qued¨® grabado a fuego en la memoria de C¨¦line Bardet (Moulins-sur-Allier, 1972), jurista experta en cr¨ªmenes de guerra. Cuando lleg¨® a Bosnia en 2008, 13 a?os despu¨¦s del fin de un conflicto armado que hab¨ªa tenido lugar entre 1992 y 1995, esta francesa que de peque?a so?aba con ser Karen Blixen ya hab¨ªa trabajado para el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia, recorrido medio mundo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y escapado a una tentativa de asesinato en Kosovo. Sin embargo, Bosnia supuso para Bardet un antes y un despu¨¦s: m¨¢s de 50.000 mujeres fueron violadas durante la guerra. ¡°Los serbios encerraban y violaban a las mujeres bosnias para realizar una limpieza ¨¦tnica. Es el ¨²nico lugar donde se construyeron campos de violaci¨®n¡±, sostiene la abogada, que a partir de ese momento decidi¨® dedicar su vida a que tales cr¨ªmenes no quedaran impunes.
A Bardet le sigue conmoviendo el caso de Cvetja, una prisionera serbia violada de forma repetida en 1992, delante de su marido y otros detenidos, por dos oficiales bosnios. ¡°Era muy at¨ªpico: ella era serbia en un pa¨ªs donde la mayor¨ªa de las v¨ªctimas eran musulmanas¡±. Todav¨ªa recuerda el aspecto deteriorado de aquella mujer de 50 a?os que aparentaba 70. ¡°No me canso de repetir que la violaci¨®n como arma de guerra es el crimen perfecto: mata a la persona por dentro¡±. Pero para Bardet, la sentencia que conden¨® a los culpables a cinco a?os de c¨¢rcel y reconoci¨® por primera vez la violaci¨®n como un crimen de guerra fue tan solo el principio: las mujeres no ten¨ªan derecho a recibir la compensaci¨®n econ¨®mica percibida por las dem¨¢s v¨ªctimas de cr¨ªmenes de guerra, pero ella consigui¨® que el Parlamento bosnio introdujese ese derecho ¡ªque despu¨¦s adoptar¨ªan los Gobiernos de Croacia y de Kosovo¡ª.
Bardet fund¨® en 2014 la ONG We Are Not Weapons Of War para prestar apoyo jur¨ªdico a las v¨ªctimas. ¡°Hemos desarrollado una plataforma encriptada con la que pueden avisar en tiempo real de las violaciones y ser atendidas en el terreno por nuestra red de m¨¦dicos, psic¨®logos y activistas. Lo ¨²nico que nos falta es dinero para llevarla a los pa¨ªses que la necesitan¡±, detalla. La francesa cree que solo con este tipo de herramienta se podr¨¢n superar las limitaciones intr¨ªnsecas de la Corte Penal Internacional para actuar en pa¨ªses como Siria, donde la ONG calcula que entre 5.000 y 10.000 mujeres son violadas diariamente en las prisiones del r¨¦gimen de El Asad.
La indiferencia con la que se trata a la violaci¨®n de guerra, lamenta, dice mucho de nuestra sociedad y del sitio que en ella ocupan las mujeres. ¡°No podemos acostumbrarnos a la violencia sexual, sea individual o masiva¡±, asegura Bardet. Falta concienciaci¨®n. Pero hay motivos para el optimismo, como la reciente concesi¨®n del Premio Nobel de la Paz a dos personas que conoce bien y comparten su batalla: Nadia Murad, activista iraqu¨ª de origen yazid¨ª, exesclava del grupo yihadista Estado Isl¨¢mico, y Denis Mukwege, ginec¨®logo congole?o que lucha por reparar a las mujeres.
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