Jap¨®n aplaza de nuevo el debate sobre la sucesi¨®n femenina al trono imperial
Con una familia compuesta con mayor¨ªa de mujeres el trono podr¨ªa estar en peligro si Hisahito, de 12 a?os, sobrino del pr¨ªncipe heredero y ¨²nico var¨®n de su generaci¨®n, no tiene un hijo

Jap¨®n no tiene previsto abrir a corto plazo el pol¨¦mico mel¨®n de la sucesi¨®n femenina al trono de su milenaria Casa Imperial. El primer ministro japon¨¦s, Shinzo Abe, descart¨® que el Gobierno japon¨¦s entre en este debate y pidi¨® analizar la cuesti¨®n una vez el emperador actual Akihito haya abdicado y su hijo mayor, el pr¨ªncipe heredero Naruhito, sea coronado como nuevo jefe de Estado japon¨¦s y s¨ªmbolo de la naci¨®n. La ins¨®lita renuncia al cargo del actual monarca, de 84 a?os, est¨¢ prevista para el pr¨®ximo 30 de abril. Pero la batalla para que los derechos de las mujeres de la familia sean equiparados a los de los hombres viene de lejos.
La Casa Imperial japonesa est¨¢ regida por una dura ley s¨¢lica que impide a las mujeres acceder al trono, las obliga a abandonar sus derechos al casarse con un plebeyo e impide que sus hijos e hijas formen parte de la l¨ªnea sucesoria. Con una familia compuesta actualmente de una clara mayor¨ªa de mujeres, esta regla supone que en la pr¨¢ctica los miembros de la instituci¨®n ir¨¢n a menos con el tiempo e incluso la sucesi¨®n al trono podr¨ªa estar en peligro si el peque?o Hisahito (de 12 a?os, sobrino del pr¨ªncipe heredero y ¨²nico var¨®n de su generaci¨®n) no tiene un hijo.
¡°Es necesario hacer un an¨¢lisis completo y debe haber un consenso nacional al respecto¡±, asegur¨® el primer ministro, seg¨²n la agencia Jiji press. No es una postura nueva en el Ejecutivo nip¨®n y menos para el partido conservador, cuya ala m¨¢s tradicional considera que el paso de las mujeres al Trono del Crisantemo supondr¨ªa romper un linaje que consideran sacrosanto. El propio primer ministro es el primero que se opone a la que las mujeres de la familia puedan heredar el trono, seg¨²n ha manifestado en varias ocasiones. A principios de siglo, y ante la falta de herederos varones, hubo algunas propuestas al respecto, pero todas quedaron diluidas cuando en 2006 naci¨® Hisahito. ¡°Hay muchas opiniones diferentes sobre la propuesta de crear ramas imperiales femeninas¡±, a?adi¨® el primer ministro.

Moderados o progresistas, los distintos ejecutivos del archipi¨¦lago ha evitado inmiscuirse en la r¨ªgida normativa de la Casa Imperial. Incluso para facilitar la abdicaci¨®n de Akihito (la ley solamente contempla la sucesi¨®n al trono tras la muerte), el Gobierno y legislativo aprobaron un decreto que concierne exclusivamente al actual emperador, un v¨ªa que permiti¨® satisfacer el deseo del monarca sin tener que meter mano en el la ley de la Casa Imperial nipona. Su modificaci¨®n, aunque validada por una mayor¨ªa de la sociedad japonesa seg¨²n las encuestas, es tab¨² para un sector tradicionalista con mucha influencia en un pa¨ªs que hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial trataba a los emperadores como deidades.
Muchos analistas consideran que un buen primer paso para equiparar el papel de las mujeres de la familia con el de los hombres ser¨ªa permitirles primero que ¨¦stas mantengan sus derechos din¨¢sticos aunque se casen con un plebeyo. Es decir, que no est¨¦n obligadas a abandonar la familia como les ocurre actualmente a todas las princesas japonesas, la ¨²ltima de ellas Ayako. Pero incluso un cambio que no toque el espinoso tema de la sucesi¨®n se antoja complicado en un futuro cercano. Probablemente ocurra mucho m¨¢s adelante, cuando alguien considere que se ha logrado este deseado ¡°consenso nacional¡± o cuando la reforma sea tan apremiante que no exista otra opci¨®n.
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