El cuento de la criada... en Singapur
Se desconocen cifras oficiales de cu¨¢ntas chicas menores de edad trabajan como empleadas dom¨¦sticas en Singapur, pero los activistas contra el trabajo infantil recogen casos todos los a?os
La birmana Ma Wain Wain no consigui¨® adaptarse al papel que requer¨ªa su nuevo empleo como trabajadora dom¨¦stica en Singapur. Unas semanas despu¨¦s de mudarse a la ciudad, la joven expres¨® a la agencia de trabajo que sufr¨ªa estr¨¦s y solicit¨® volver a casa.
El 13 de octubre de 2017, las autoridades encontraron su cuerpo sin vida en el suelo, muy cerca del apartamento donde trabajaba, en la urbanizaci¨®n Potong Pasir. El pasaporte de la joven indicaba que ten¨ªa 23 a?os, pero sus familiares, que viven en la regi¨®n birmana de Mandalay, revelaron que ten¨ªa 16. Seg¨²n las leyes singapurenses, la edad de las empleadas dom¨¦sticas extranjeras debe superar los 23. Teniendo en cuenta los antecedentes, se crey¨® que fue un suicidio.
El mismo a?o en que Ma Wain mor¨ªa, la organizaci¨®n independiente Research Across Borders publicaba una investigaci¨®n que desvelaba que las doncellas extranjeras representan el 17% de la fuerza laboral de Singapur y sus condiciones no suelen ser buenas: el 60% de ellas vive explotadas realizando todo tipo de tareas, con jornadas de trabajo de m¨¢s de 12 horas.
El empleo en s¨ª, al cargo de un hogar de un desconocido a miles de kil¨®metros de casa, requiere de un tiempo de adaptaci¨®n, especialmente para las chicas m¨¢s j¨®venes: muchas de ellas no saben cocinar, no se llevan bien con los ni?os y apenas pueden comunicarse con sus empleadores porque desconocen el idioma.
Las doncellas tienen pocos d¨ªas libres, o ninguno. Esto impide que puedan evadirse, compartir sus experiencias o pedir ayuda si la necesitan. El informe revela que el 41% de ellas debe trabajar su ¨²nico d¨ªa libre a pesar de que, desde 2013, es obligatorio que tengan un d¨ªa de descanso a la semana.
La mayor¨ªa de las trabajadoras son de Indonesia, Filipinas y Birmania. Es dif¨ªcil saber cu¨¢ntas de ellas son menores porque entran en el pa¨ªs y trabajan de manera irregular. Stephanie Chok, la persona al cargo de la abogac¨ªa de la Organizaci¨®n Humanitaria para la Econom¨ªa de la Migraci¨®n (HOME), explica que conoce casos de trabajadoras dom¨¦sticas menores de 23 ¡°todos los meses¡± y de ni?as por debajo de los 18 ¡°todos los a?os¡±. Chok trabaj¨® como voluntaria en la organizaci¨®n desde 2008, especialmente en los centros de acogida, y est¨¢ a cargo de la abogac¨ªa desde junio de 2017.
El diario local The Straits Times realiz¨® otro recuento en mayo del a?o pasado. Sus autores concluyeron que en Singapur se encontraban al menos 240.000 trabajadoras dom¨¦sticas ¡°y ¨²ltimamente se hab¨ªan reportado m¨¢s empleadas menores¡±. El Ministerio de Recursos Humanos, conocido como MOM, revel¨® tambi¨¦n el aumento en la contrataci¨®n de estas asistentas: en 2017 la incidencia de trabajadoras menores era de 8,7 por cada 10.000. Fue de 4,3 y 6,4 en 2016 y 2015 respectivamente.
El 41% de las empleadas dom¨¦sticas debe trabajar su ¨²nico d¨ªa libre, seg¨²n una investigaci¨®n de 2017
En los ¨²ltimos tres a?os, MOM ha tomado acci¨®n contra 98 agencias de empleo por traer a Singapur trabajadoras menores. En mayo de 2018, por ejemplo, dos de ellas fueron sancionadas por importar empleadas birmanas de 13 a?os. Entre las sanciones se encuentran multas de hasta 5.000 d¨®lares, seis meses en prisi¨®n y la retirada de licencias.
Seg¨²n explica John Gee, presidente del subcomit¨¦ de investigaci¨®n de Transient Workers Count Too (TWC2), la mayor¨ªa de las chicas menores traficadas son birmanas porque ¡°el negocio del reclutamiento laboral est¨¢ mucho menos regulado¡± all¨ª.
Los reclutadores, dice, ganan m¨¢s o menos dinero dependiendo de la cantidad de criadas que colocan en casa de los empleadores. Cuando viajan a las aldeas en busca de chicas interesadas en viajar al extranjero como doncellas y no encuentran ning¨²n perfil adecuado, tratan de persuadir a las m¨¢s j¨®venes o, incluso, ¡°intentan encontrar padres que est¨¦n dispuestos a instar a sus hijas a ir¡±.
Las agencias son los siguientes enlaces en la cadena de reclutamiento y pueden tomar o no una posici¨®n en contra de que sean menores de edad. Explica el activista que dado que se les entrega un pasaporte falso con la edad cambiada, ¡°puede que no sea tan obvio¡±, as¨ª que se incide principalmente en la apariencia de las chicas.
Maltratadas no solo en Singapur
Las doncellas se enfrentan tambi¨¦n en otros lugares del mundo a la explotaci¨®n laboral y todo tipo de abusos: maltrato f¨ªsico, agresiones sexuales, confinamiento forzado, impago de salarios, negaci¨®n de alimentos y sanidad, y exceso de horas de trabajo sin d¨ªas de libranza. Estos datos se extraen de un informe publicado por la organizaci¨®n Human Rights Watch (HRW) en 2006 que sintetiza la violencia hacia las trabajadoras en El Salvador, Guatemala, Indonesia, Malasia, Marruecos, Filipinas, Arabia Saudita, Sri Lanka, Togo, Emiratos ?rabes Unidos y Estados Unidos, adem¨¢s de Singapur.
La investigaci¨®n menciona unos datos relevantes de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT): hay m¨¢s ni?as menores de 16 a?os trabajando como empleadas dom¨¦sticas que en cualquier otra categor¨ªa de trabajo infantil.
Una vez llegan a Singapur, los costes de transporte, alojamiento y honorarios de agencia comienzan a crecer, por lo que a las doncellas no les deja otra opci¨®n que mentir y actuar como se les ha educado si no quieren que les devuelvan a casa con deudas.
Las chicas no cobran salarios muy altos, pero son superiores a los que pueden recibir en sus pa¨ªses de origen, donde las condiciones son todav¨ªa m¨¢s precarias. El informe menciona que las empleadas cobran alrededor de 381 d¨®lares singapurenses al mes (unos 245 euros), reducido a 158 d¨®lares (unos 102 euros) si les env¨ªan dinero a sus parientes. La desigualdad respecto a la remuneraci¨®n media en Singapur es pronunciada. Un singapurense cobra mensualmente alrededor de 3.694 euros (unos 2.374 euros). Esto significa que las ganancias de una trabajadora dom¨¦stica son de poco m¨¢s de una d¨¦cima del promedio.
Gee expone que las agencias de Singapur conf¨ªan en que sus asociados en los pa¨ªses de origen han comprobado las edades de las chicas bajo la amenaza de que no cooperar¨¢n con ellas en el futuro. Expresa que a parte de eso, para conocer una irregularidad, ¡°no hay mucho que se pueda hacer m¨¢s all¨¢ de una entrevista con las trabajadoras¡±.
El Gobierno de Birmania proh¨ªbe desde 2014 que las mujeres, tengan la edad que tengan, emigren como trabajadoras dom¨¦sticas a Singapur. Esta legislaci¨®n, sin embargo, es inefectiva. Gee sostiene que se esperaba, al menos, que la regulaci¨®n protegiera a las mujeres contra los abusos, pero el efecto ha sido contrario: ¡°muchas chicas dejan Birmania con o sin la cooperaci¨®n de una agencia local¡±, expresa. Cuando consiguen un empleo en Singapur, ¡°son m¨¢s vulnerables porque se han opuesto a la prohibici¨®n de su pa¨ªs¡±.
Se desconoce el n¨²mero de historias similares a la de Ma Wain Wain. Como explica el activista e igual que sucede en otros pa¨ªses, la prensa local no suele hacer eco de este tipo de historias por miedo a incitar a otras j¨®venes a quitarse la vida.
El Ministerio, por otro lado, trata las ca¨ªdas de las chicas como aquellas que ocurren cuando se encuentran limpiando los cristales o cuelgan de las ventanas de una forma peligrosa. MOM introdujo en 2012 algunas regulaciones para castigar a los empleadores que permiten que las trabajadoras realicen determinadas tareas de riesgo y, seg¨²n Gee, desde entonces, ¡°no se han emitido cifras fiables¡±.
La mayor¨ªa de las trabajadoras son de Indonesia, Filipinas y Birmania
Se conoce a trav¨¦s de las ONG que al menos otras dos j¨®venes birmanas menores de 20 murieron de una forma similar a la de Ma Wain Wain en 2017. Sali¨® a la luz recientemente otro caso de una chica birmana de 15 a?os que salt¨® desde la novena planta del apartamento donde trabajaba. La chica sobrevivi¨® con lesiones espinales tras caer en el s¨¦ptimo piso. Su pasaporte indicaba que su edad era 25.
Como dice Gee, hay agencias sin escr¨²pulos que trabajan con menores si con ello pueden ganar dinero y afirman que no vieron ninguna irregularidad en sus documentos. Otro de los problemas, dice, es que muchos empleadores creen que las ni?as menores trabajar¨¢n m¨¢s acorde con sus deseos y ¡°prefieren no enfrentarse a una mujer con experiencia que puede ser m¨¢s asertiva con respecto al trato y sus derechos¡±. Es dif¨ªcil cambiar estos puntos de vista.
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