Que venga Trump a salvar los ODS

Una encuesta totalmente informal y acient¨ªfica entre conocidos me ha llevado a la conclusi¨®n de que nadie conoce la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Nadie salvo los representantes de los 193 pa¨ªses de Naciones Unidas, cientos de empresas e instituciones, miles de ONG y decenas de miles de profesionales de la cooperaci¨®n de todo el planeta que se han comprometido con hacer del mundo, realmente, un lugar mejor.

Pero fuera de ese peque?o gran c¨ªrculo de especialistas, la gente de la calle no sabe, o no tiene muy claro, qu¨¦ es eso de los ODS. Una prueba m¨¢s de lo dif¨ªcil que es crear no ya una conciencia, siquiera una conversaci¨®n global, en torno a los retos m¨¢s acuciantes para la humanidad.

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En versi¨®n telegr¨¢fica, esta iniciativa de la ONU plantea 17 objetivos y 169 metas para, entre otras cosas, eliminar la pobreza y el hambre, reducir las desigualdades, garantizar un trabajo decente, defender los ecosistemas, conseguir la igualdad de g¨¦nero o luchar contra el cambio clim¨¢tico. Los ODS (2015-2030) contin¨²an la batalla de los Objetivos del Milenio (2000-2015), pretenden ser una hoja de ruta universal e involucran a todos los pa¨ªses, pobres o ricos, y a sus sociedades.

Bajo el lema Una Iberoam¨¦rica pr¨®spera, inclusiva y sostenible se celebra estos d¨ªas en la ciudad guatemalteca de La Antigua la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, dedicada precisamente a ese tema. Para muchos de los 22 mandatarios iberoamericanos es la primera ocasi¨®n de compartir mesa con sus hom¨®logos tras un periodo de intensos cambios electorales. Es tambi¨¦n una oportunidad para dar visibilidad a una Agenda 2030 que, seg¨²n Rebeca Grynspan, secretaria General Iberoamericana, es ¡°ambiciosa, optimista y realista¡±; un impulso necesario en una regi¨®n que ha hecho grandes avances en la ¨²ltima d¨¦cada que podr¨ªan verse amenazados por la ralentizaci¨®n econ¨®mica y el inestable contexto mundial. Es probable, sin embargo, que las declaraciones oficiales del encuentro tampoco acaben calando en la ciudadan¨ªa. Tal vez la soluci¨®n pase por Trump, que se ha convertido en el gran movilizador global.

Seguro que Trump ni sabe qu¨¦ son los ODS. De hecho, un reciente estudio sobre c¨®mo estaban integr¨¢ndolos los pa¨ªses en sus pol¨ªticas situaba a Estados Unidos en el ¨²ltimo lugar. Pero si un d¨ªa se convierten en la diana de sus ataques ¡ªtiene declarada la guerra a la ONU¡ª pondr¨ªa la Agenda en el mapa y generar¨ªa un movimiento de inter¨¦s y simpat¨ªa en todo el mundo.

Obviamente, esto es una boutade.

Ahora bien, Trump tiene la virtud de colocar todo lo que quiere en la discusi¨®n general. Al debate sobre los grandes desaf¨ªos globales ¡ªpese a que nos afectan a todos¡ª le cuesta salir de la esfera de los expertos. Igual hay que cambiar la estrategia de comunicaci¨®n.