Raphael: la voz que siempre estuvo all¨ª
MIGUEL RAFAEL Martos S¨¢nchez (Linares, 1943), alias Raphael, cree haber llegado al l¨ªmite con el ¡°experimento¡± de RESinph¨®nico, un h¨ªbrido entre la m¨²sica orquestal y la electr¨®nica que le ha permitido revistar sus mayores ¨¦xitos ¡ªMi gran noche, Yo soy aquel, Volver¨¦ a nacer¡ª como si los descubriera por primera vez. Y como si recurriera al patrimonio de su carrera ¡ªla alianza con Manuel Alejandro¡ª para proyectarse en el futuro en un nuevo est¨ªmulo a su proceso evolutivo.
¡°Y enfatizo la evoluci¨®n porque yo no cambio, ?evoluciono. Necesito reinventarme. Y este disco ha sido sin duda el m¨¢s extremo. No s¨¦ qu¨¦ har¨¦ despu¨¦s de haber llegado tan lejos en mi m¨²sica y mi carrera. Tengo la impresi¨®n de haber llegado m¨¢s que nunca al extremo¡±.
El extremo no es la retirada, sino la certeza de haber colocado un jal¨®n que predispone un concierto en el Teatro Real de Madrid (17 de diciembre) y una gira que se sobrepone a la anterior, de tal forma que Raphael todav¨ªa tiene ¡°agendados¡± conciertos hasta 2021.
Habr¨¢ cumplido entonces 78 a?os. No los aparenta, menos a¨²n con la indumentaria de vaqueros y chupa de cuero con la que nos recibe en su imponente mansi¨®n madrile?a. Y quien dice madrile?a dice ibicenca, pues la arquitectura mediterr¨¢nea de la villa, las paredes encaladas y las palmeras contradicen la impresi¨®n de encontrarnos en la opulencia de los casoplones ?circundantes. Deber¨ªa existir una f¨®rmula intermedia entre el usted y el t¨² para tratar a Raphael. Demasiado solemne el usted para un personaje tan afable en la corta distancia. Y demasiado cordial el tuteo para las formalidades de un se?or tan importante al que acabas de conocer.
Tan importante que entre los altares paganos del sal¨®n y los retratos de los lienzos impresionan las fotos dedicadas por Juan Pablo II, Marcel Marceau o Richard Nixon, aunque ninguna de ellas destaca m¨¢s que la de Enrique Moreno, el m¨¦dico que le intervino hace 15 a?os para trasplantarle el h¨ªgado.
¡°Una experiencia tan dura como esa te convierte en mejor persona y en mejor artista. Ha sacado lo mejor de m¨ª. Y me ha llevado a un estado de percepci¨®n de las cosas mucho m¨¢s profundo. Escucho la m¨²sica como no la escuchaba antes. Puedo decir que estoy cantando mejor que nunca. Que me siento mejor que nunca¡±.
Se conf¨ªa o se confiesa Raphael al abrigo de una sugestiva, sugerente, colecci¨®n de iconos rusos. Por devoci¨®n a ellos. Y por la devoci¨®n de la madre Rusia a Raphael. La visit¨® por primera vez en 1969, cuando no hab¨ªa siquiera relaciones diplom¨¢ticas entre Madrid y Mosc¨². Y regresar¨¢ en marzo, no ya para jalonar la gira internacional, sino para confirmarse como incentivo de matriculaci¨®n de castellano en el Instituto Cervantes. ¡°Es verdad que muchos rusos han aprendido espa?ol con mis canciones. Y que a veces ellos mismos me reprochan en mis conciertos los cambios de palabras que hago. Porque cometo gazapos. O porque me gusta alterar las letras espont¨¢neamente. El escenario es un lugar de vitalidad y de inspiraci¨®n. Un h¨¢bitat donde tu olor art¨ªstico te va llevando por donde puedes ir o donde no puedes hacerlo. Creo que RESinph¨®nico va a provocar un gran impacto. Es un re-salto de mi carrera. Una re-invenci¨®n¡±.
Y un ejercicio de re-incidencia al que se ha adherido Lucas Vidal, compositor madrile?o laureado en Hollywood (Afterparty, Fast and Furious 6, Anna) y c¨®mplice de un disco que Raphael va a ¡°proclamar¡± a sus feligreses sin restricci¨®n de generaciones ni de fronteras.
¡°Me siguen personas mayores, sus hijos y sus nietos. ?La raz¨®n? La vitalidad de mi m¨²sica¡±
¡°Siempre he sido un artista internacional. Y siempre he tenido un p¨²blico heterog¨¦neo. Creo que mi m¨²sica es transversal, transgeneracional, pero no porque pretenda satisfacer a todos los p¨²blicos. No es una estrategia. Hago las cosas seg¨²n las siento. No hay una finalidad t¨¢ctica. A mis conciertos van personas mayores, sus hijos y sus nietos. Y la raz¨®n creo que tiene que ver con la vitalidad de mi m¨²sica. Y con la capacidad de renovarme. No soy el que era, ni soy ahora el que ser¨¦. Permanece una personalidad, una profesionalidad, una carrera, pero el motivo de mi vigencia durante a?os y d¨¦cadas estriba precisamente en la capacidad de evolucionar. Soy un fen¨®meno de la cultura espa?ola, pero tambi¨¦n una referencia internacional¡±.
Los conciertos programados en Rusia lo demuestran. Tiene recitales previstos en San Petersburgo y en Mosc¨², aunque la gira planetaria aloja dos teatros m¨ªticos de la idiosincrasia musical europea: la sala Olympia de Par¨ªs (10 de marzo) y el Royal Albert Hall de Londres (7 de julio). ¡°Terminas desmitificando los teatros como desmitificas los grandes hoteles. Y no estoy frivolizando. Algunos, como la Zarzuela, los llevo en el coraz¨®n, pero muchos otros dejan de impresionarte cuando los has conquistado. El que m¨¢s v¨¦rtigo me dio fue el Radio City Hall. Y no en sentido metaf¨®rico. Empec¨¦ a subir una escalera que se proyectaba hacia la cima de un escenario y me di cuenta de que empezaba a temblar. Disimul¨¦ todo lo posible mientras me agarraba a la barandilla para ir bajando. Eso s¨ª que fue vertiginoso¡±.
Se divierte Raphael con la an¨¦cdota. Y se pone serio cuando le mencionamos el contratiempo de las muertes de Montserrat Caball¨¦ y Charles Aznavour. Trabaj¨® con los dos. Comparti¨® escenario con ambos. ¡°Aznavour era un artista genial. Nos ten¨ªamos mucho aprecio. Un artista sabe oler a otro artista. Y creo que a Montserrat le di su primera aparici¨®n en TVE. Ten¨ªa un programa de musicales. Y le propuse que hici¨¦ramos La verbena de la Paloma. Era una cantante inmensa, un prodigio vocal. Una mujer extraordinaria, en el plano humano. Aprend¨ª mucho de ella¡±.
¡°Nunca me he dejado llevar por los abrazos y las felicitaciones. Yo soy mi mayor juez¡±
Palabra de un perfeccionista enfermizo. Raphael ya no vuelve a escuchar sus discos despu¨¦s de haberlos grabado. ¡°Porque solo escucho los fallos y los errores. Nunca estoy completamente satisfecho con lo que hago. Siempre creo que pod¨ªa haber hecho las cosas mejor. Me parece que es una manera de estar en guardia, atento, pero a veces disfruto menos de lo que deber¨ªa. Soy m¨¢s cr¨ªtico conmigo de cuanto pueda serlo nadie. Nunca me he dejado llevar por los abrazos y las felicitaciones del camerino. El mayor juez de Raphael es Raphael¡±.
Se antoja la pol¨ªtica una manera de retomar la conversaci¨®n lejos de las emociones. Desconcierta a Raphael la pujanza del soberanismo. Le cuesta entender que haya prosperado tanto la escisi¨®n territorial e ideol¨®gica. ¡°Tendr¨ªamos que volver a los tiempos de antes. Tranquilidad, no estoy hablando del franquismo, ni mucho menos, sino de solo unos a?os atr¨¢s, cuando hab¨ªa un mejor esp¨ªritu de convivencia y de entusiasmo. El p¨²blico de Barcelona me ha querido siempre mucho. Me gusta que sean tan espa?oles como yo. Hacemos mejor las cosas juntos que separados¡±.
Proliferan las fotos dedicadas de la Familia Real entre los recuerdos de Raphael. Y destaca una imagen en la que aparece muerto de risa junto a Felipe Gonz¨¢lez, pese a tratarse de una recepci¨®n oficial que mantiene boquiabiertos a los testigos de la ceremonia. Hay alguna que otra imagen de Jos¨¦ Bono, su consuegro. Y no hay rastro del caudillo.
¡°Su mujer ven¨ªa a mis conciertos, pero a Franco solo lo conoc¨ª una vez, con ocasi¨®n de un concierto que se celebr¨® en La Granja. Y por all¨ª estuvimos todos. Gades, Lina Morgan, Sara Montiel, Concha Velasco. Y cuando digo que todos, es que tambi¨¦n anduvieron por ah¨ª los que niegan haber estado. Hab¨ªa que estar, pero eso no quiere decir simpatizar¡±.?
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