Espa?a era suya
Lo inquietante en el caso del PP no es que s¨®lo reaccionen cuando los pillan, sino que perviva ese desparpajo. ?La culpa la tienen los otros por filtrarlo!
Si teclean en Google ¡°el PP pide perd¨®n¡± encontrar¨¢n media docena de ocasiones en las que sus dirigentes lo han hecho en estos a?os. Siempre, acorralados por las sucesivas ca¨ªdas en manos de la Guardia Civil o la polic¨ªa de estructuras enteras del partido en Valencia, Madrid, Andaluc¨ªa o Galicia. Perd¨®n porque no lo sab¨ªamos, por elegir mal, por las manzanas podridas, por los hechos aislados. Perd¨®n de los pecados, en definitiva, pero nunca, en voz alta, prop¨®sito real de la enmienda.
La mayor¨ªa de los periodistas hacemos ejercicios de racionalidad al analizar la manera en la que ahora sabemos que el PP ha ejercido el poder desde que lo recuper¨® a mediados de los a?os noventa en Ayuntamientos, comunidades y en el Gobierno de Espa?a. Ejercicio de racionalidad porque, como comprobamos a diario, la corrupci¨®n no es patrimonio de ning¨²n partido ni de ning¨²n grupo humano espec¨ªfico. Pero sus sucesivos sumarios por corrupci¨®n hablan de algo m¨¢s inquietante que la voracidad y la codicia con la que parece que volvieron a las instituciones tras el largo primer mandato socialista. Y la firma del cuadro la ha estampado esta semana un solo hombre: Ignacio Cosid¨®, autor para la historia de Espa?a-Espa?a de una nueva acepci¨®n de la expresi¨®n ¡°por detr¨¢s¡±: D¨ªcese de la manera en que una parte de la derecha espa?ola entiende que este pa¨ªs es suyo, por delante cuando se puede y, si no, por detr¨¢s. As¨ª en el poder ejecutivo, como en el legislativo ¡ªbloqueando el Congreso o creando comisiones para la venganza en el Senado¡ª o en el judicial, colocando a sus peones para tenerlo todo controlado.
Algunos de esos vicios son herencia del bipartidismo, compartidos con el PSOE y algunos aprendidos r¨¢pidamente por la nueva pol¨ªtica.
Pero lo inquietante en el caso del PP es la l¨ªnea que atraviesa todo su ejercicio del poder desde que lo recuper¨® a mediados de los noventa hasta hace cuatro d¨ªas, porque hace cuatro d¨ªas que, presuntamente, y siendo Cosid¨® director de la polic¨ªa, enviaron agentes sin orden judicial a conseguir documentaci¨®n comprometida que B¨¢rcenas ten¨ªa sobre el partido. Lo inquietante no es que solo reaccionen cuando los pillan, sino que perviva ese desparpajo ¡ª?la culpa la tienen los otros por filtrarlo!¡ª que revela en el fondo su asombro por no poder utilizar lo que es, o era, suyo.
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