"?Obra en casa o consejero matrimonial?": el consultorio de decoraci¨®n de Boris Izaguirre
No tema ser cursi, pero tire esas flores secas. Y cuidado con ese p¨®ster. Boris Izaguirre responde aqu¨ª a las dudas de los lectores con sus lecciones de vida y decoraci¨®n
Decorar es f¨¢cil, le dijeron, pero nada m¨¢s lejos que la realidad. Dominar la colisi¨®n de est¨¦tica, practicidad, luces, espacios y gustos personales puede ser una obra tit¨¢nica cuando lo que usted quiere es ver la televisi¨®n, pero los plasmas le parecen horribles, o quiere paz en su matrimonio pero se ve obligado a compartir cuarto de ba?o con el ser amado. Por eso hemos llamado a Boris Izaguirre, autoridad en las cuestiones vitales y est¨¦ticas, para que ayude con las consultas de los lectores. Si usted es uno de los que quiere que le ayudemos, puede pedirnos ayuda escribiendo un mensaje privado a nuestra cuenta de Instagram. Prometemos ser discretos con su identidad: sus amigos no tiene por qu¨¦ saber que usted desconoce las ventajas de la luz indirecta.?
"Hay que intentar ahorrar para al menos tener un buen cuadro en casa. Yo me desnud¨¦ much¨ªsimo en la televisi¨®n de principios de este siglo para tener buenos cuadros"
1. Quiero y necesito tener una televisi¨®n, pero me parece un objeto est¨¦ticamente insufrible. Por alguna raz¨®n los televisores antiguos me resultaban m¨¢s integrados, pero ahora no visito casa en la que la visi¨®n de la pantalla de marras no me d¨¦ escalofr¨ªos. ?Qu¨¦ puedo hacer?
Confieso que el televisor de mi casa es un modelo del a?o 1998 de Bang & Olufsen que estuvo muy de moda ese a?o. Por ejemplo, estaba en las salas vip de Iberia en varios aeropuertos de Espa?a. No lo he cambiado porque soy muy respetuoso con aquel refr¨¢n: ¡°En casa de herrero, cuchillo de palo¡±. Igual que usted, no puedo entender el protagonismo que damos al aparato en nuestros hogares. Creo que deber¨ªa aprovechar la ocasi¨®n para recuperar televisores vintage aunque eso signifique perder lo digital, que, por otra parte, nos retrata a todos los que trabajamos en la tele con muy poco respeto.
2. Leo muchas gu¨ªas de etiqueta pero nunca estoy en una situaci¨®n que requiera estos c¨®digos: no me invitan a c¨®cteles sino a ca?as y la ¨²ltima vez que agradec¨ª a un amigo la cena de la noche anterior con un cari?oso SMS me pregunt¨® si estaba borracho. ?El mundo se ha echado a perder o soy un cursi?
A m¨ª me encanta agradecer. Y si es cursi, me da igual. Hay muchas cosas cursis que son buen¨ªsimas para la salud. Llorar en las pel¨ªculas, abrazar mucho, decir ¡°te quiero¡±... Los SMS de agradecimiento dan buen rollo y buena salud.
3. ?C¨®mo describir¨ªa su casa? ?Y c¨®mo ser¨ªa su habitaci¨®n de ensue?o?
Bueno, mi casa tambi¨¦n es la de mi marido y no tengo su autorizaci¨®n para describirla justo ahora. Prometo gestionar esta posibilidad para futuras ediciones. Mi habitaci¨®n de ensue?o tendr¨ªa que tener 20 metros cuadrados m¨¢s que la actual. Me encantar¨ªa que funcionara tambi¨¦n como sala de fiestas y comedor.
4. La moda por lo vintage?ha provocado que muchos bares, hoteles, restaurantes e incluso las casas de muchos de mis conocidos se llenen de retratos antiguos comprados en anticuarios, almonedas y mercadillos. Siempre pens¨¦ que el sentido de un retrato era verte a ti o a tu familiar y sonre¨ªr (o ponerte firme). ?Tiene sentido llenar tu casa de gente que no conoces?
No lo veo mal. A m¨ª me encantar¨ªa tener un warhol de Mick Jagger o de Farah Diba. Incluso aquel costus maravilloso de Sara Montiel friendo un huevo. Mi marido me quiso regalar un retrato de Jacqueline Kennedy por Cecil Beaton en una fiesta a sus 20 a?os y me arrepiento de no haberlo aceptado. No lo he vuelto a encontrar. Yo creo much¨ªsimo en las referencias, sobre todo en cuanto al estilo. Si es cierto que todo esta inventado, reverenciar las referencias tiene que ser una nueva filosof¨ªa.
5. Quiero redecorar pero no s¨¦. Y a usted lo admiro. ?Qui¨¦nes son sus ¨ªdolos, decorativamente hablando??
Oh, son tantos. Andr¨¦e Putman, siento que nos hace una falta enorme. Y William Haines, por su propia historia. Fue un gal¨¢n hollywoodiense del cine mudo. El sonoro descubri¨® su amaneramiento y se reinvent¨® como decorador de sus amigas estrellas, como Joan Crawford. Lleg¨® hasta la Casa Blanca. E invent¨® una silla que para m¨ª es perfecta para sentarte como una celebridad. Y tambi¨¦n Billy Baldwin, que ten¨ªa un sentido ¨²nico del espacio como espect¨¢culo. En Espa?a: Pascua Ortega, porque con ¨¦l todo siempre es perfecto y es un lector empedernido. Lorenzo Castillo siempre encuentra un twist que lo hace todo moderno y ¨²nico. Y Tomas Al¨ªa, porque todo en ¨¦l es una aventura.
6. Dice Olvido Gara que un ¨¦xito de su matrimonio es tener dos ba?os. ?Debo hacer obra en casa o ir a un consejero matrimonial?
Ambos.
7. Las l¨¢minas son la pesadilla del esnob. Resulta que, si no puedes permitirte un Goya, no puedes poner una reproducci¨®n en el sal¨®n. ?Tan innobles son los p¨®sters?
Es cierto que poner afiches de exposiciones da un aire ¡°universitario¡± a cualquier decoraci¨®n. Mi marido tiene dos p¨®sters de una retrospectiva de David Lachapelle en la cocina. Quedan muy bien y su presencia aporta mucho humor. Pero es un toque. Hay que intentar ahorrar para al menos tener un buen cuadro en casa. Yo me desnud¨¦ much¨ªsimo en la televisi¨®n de principios de este siglo para tener buenos cuadros.
8. Lo de dejar secarse los ramos de flores y conservarlos as¨ª meses, ?es bonito en plan rom¨¢ntico o una perversi¨®n cercana a la taxidermia?
Creo que una vez o¨ª decir a la mism¨ªsima Lola Flores que no le gustaba tener nada que estuviera seco a su alrededor. Una flor seca es una flor muerta y me aterroriza lo muerto en un sal¨®n. Si tuviera algo disecado, seria un tigre de Bengala en la puerta. Pero es superantiecol¨®gico.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.