El rentable y familiar negocio en zig-zag de Missoni
La firma italiana del punto colorista cumple 65 a?os de constancia y estilo. Propiedad de la familia factura m¨¢s de 150 millones al a?o y mira hacia lo 'vintage' y la ecolog¨ªa
Rosita Jelmini y Ottavio Missoni se casaron en 1953. ?l era un atleta ol¨ªmpico al que todos llamaban por el apelativo Tai; ella una entusiasta de las artes y del tejido de punto. La firma nac¨ªa ese mismo a?o en Gallarate (Varese), y el teatro de operaciones se iba a mantener a¨²n despu¨¦s del traslado a Sumirago, donde a¨²n se radica, en la alta Lombard¨ªa. Despu¨¦s Mil¨¢n ser¨ªa su vitrina y su centro de irradiaci¨®n.
La primera colecci¨®n Missoni se present¨® en 1958 y con una constancia pl¨¢stica que los prestigia, Rosita y Tai siguieron adelante y conquistaron muy pronto el mercado norteamericano. Mucho tuvo que la admiraci¨®n incondicional de la editora de Vogue Am¨¦rica, Diana Vreeland, una incondicional que vio enseguida y de manera visionaria la importancia de la identidad en este sello. Cuando la calle Montenapoleone era solamente algo m¨¢s que la del Caf¨¦ Cova y de algunas joyer¨ªas de post¨ªn, ya Missoni ten¨ªa al final de la v¨ªa su negocio, un sitio frecuentado por artistas del Teatro alla Scala y por arquitectos, por dise?adores industriales e intelectuales en el candelero. Tai exhib¨ªa y vend¨ªa sus alfombras hechas con lanas te?idas en una explosiva gama de colores c¨¢lidos muy en contraste con la siempre gris Mil¨¢n y su inveterada neblina urbana. Poco a poco, los jerseis y las bufandas, los gorros y los cardigans, chaquetones o leves blusones tejidos en hilos m¨¢s finos de seda, poblaron las revistas y los sitios de moda. Entonces Missoni, sin abandonar Montenapoleone, se mudaron m¨¢s al centro de la arteria, a?os despu¨¦s doblaron la esquina se quedaron en Via Sant'Andrea.
Nureyev, Pavarotti, Carla Fracci, Montserrat Caball¨¦, Pier Luigi Pizzi, Franca Scharciapino y Ezio Frigerio, Zefirelli, Cayetana Alba, y muchos m¨¢s convirtieron en divisa sus prendas a lo que se sumaron varios ¨¦xitos, como el vestuario de la ¨®pera Lucia de Lammermoor en el Teatro alla Scala de Mil¨¢n en 1983 o en 1990 los impactantes trajes de ?frica para el espect¨¢culo en el Estadio San Siro de Mil¨¢n de la ceremonia de apertura del Mundial.
La firma Missoni ha conseguido lo que muy pocas de la alta moda internacional pueden exhibir: un sello propio y distintivo, una gr¨¢fica y un dibujo mil veces imitado, plagiado y reutilizado por otros pero sin acercarse siquiera a la fortuna est¨¦tica del original. Ya alguna vez lo dijo Anna Piaggi, escritora y gur¨² de la moda milanesa: el ser copiado no es otra cosa que un s¨ªmbolo m¨¢s de dominio desde las alturas. Piaggi, durante a?os, se ocup¨® de las notas de los desfiles y colecciones de Missoni y estaba unida al clan por una estrecha amistad solo interrumpida por su muerte en 2012. Si revisamos precisamente el amplio cat¨¢logo del marido de Piaggi, el fot¨®grafo Alfa Castaldi, podemos tener una idea del papel de la familia en la estructura de la firma, de padre a hijos, y ahora ya en la perspectiva de los nietos. Otro detalle y nada balad¨ª: Missoni es un ejemplo singular de firma familiar de ¨¦xito que ha resistido gallardamente los golosos envites de compra de grupos y financieras. La absorci¨®n es un fantasma que siempre est¨¢ presente, pero quiz¨¢s parte de la cohesi¨®n y de esa firmeza tiene su explicaci¨®n en unas f¨®rmulas est¨¦ticas que pueden ser cambiantes pero estables a la vez, inamovibles en su base pero admitiendo infinitas variantes en sus desinencias formales, algo as¨ª como un escudo simb¨®lico: el zig-zag, la sucesi¨®n de ondas, la base crom¨¢tica especulada sobre la cuadr¨ªcula de los telares lejos de ser un cors¨¦ han sido una fuente de m¨²ltiples sabores.
Desde hace varias temporadas Angela Missoni se ha empe?ado en una b¨²squeda complicada: la reutilizaci¨®n de algunos elementos y l¨ªneas tanto crom¨¢ticas como secuenciales de colecciones precedentes. Esta iniciativa un¨ªa varios conceptos: lo vintage con el reciclado y lo ecol¨®gico, pues a la vez, la firma se embarcaba en otro proceso de investigaci¨®n y pruebas para erradicar los pl¨¢sticos. Recientemente, un informe oficial aseguraba que la familia Missoni mantiene un 58,8% de las acciones del grupo y que el FSI (Fondo Strategico Italiano) asum¨ªa el restante 41,2%, manteniendo a Angela Missoni como presidenta y directora creativa. Pensemos que hoy Missoni, a¨²n familiar, a¨²n 100% italiana, exporta m¨¢s del 75% del total de su producci¨®n y reconoce una facturaci¨®n que supera los 150 millones anual, lo que quiere decir que algo va bien andando en zig-zag.
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