Payasos gladiadores
Los pol¨ªticos de las democracias occidentales se est¨¢n volviendo m¨¢s radicales que sus votantes
Tenemos los pol¨ªticos m¨¢s preparados de la historia, pero tambi¨¦n los m¨¢s maleducados. Lo sufre estoicamente cada semana la presidenta del Congreso, Ana Pastor, portavoz de una forma de hacer pol¨ªtica, moderada y respetuosa, que est¨¢ siendo reemplazada en todo el mundo conocido por una pol¨ªtica radical y grosera. ?Por qu¨¦? ?C¨®mo es posible que sociedades cada vez m¨¢s formadas voten a representantes cada vez m¨¢s polarizados? Hemos estudiado m¨¢s a?os que cualquier otra generaci¨®n de la historia. Pero, cuando podr¨ªamos tomarnos la pol¨ªtica m¨¢s en serio, votamos m¨¢s que nunca a payasos.
En esta deriva, los medios desempe?an un papel, pero hay una din¨¢mica m¨¢s perversa detr¨¢s de esta tabernalizaci¨®n del Parlamento. Sus se?or¨ªas ya no est¨¢n pendientes de las sosegadas cr¨®nicas period¨ªsticas del d¨ªa siguiente alabando su oratoria, sino de las precipitadas conexiones televisivas y tuits del minuto presente. Los espectadores preferimos ingerir esta pol¨ªtica de insultos y (amagos de) escupitajos que, como la comida r¨¢pida, nos inunda el cerebro de az¨²car. Y nos hace dependientes. Los art¨ªculos y reportajes de cocci¨®n lenta son verdura: m¨¢s nutritiva, pero menos atractiva.
Tenemos un problema diet¨¦tico, de malos h¨¢bitos en el consumo de la pol¨ªtica promovidos por una industria medi¨¢tica que nos ha vuelto adictos a los mensajes inmediatos. Pero tambi¨¦n es un problema de la materia prima: los pol¨ªticos son distintos a los de hace una o dos generaciones.
Hay muchos pol¨ªticos reflexivos y comedidos. Y casi todos est¨¢n movidos por una sincera vocaci¨®n de servicio p¨²blico. Pero los pol¨ªticos de las democracias occidentales se est¨¢n volviendo m¨¢s radicales que sus votantes. Hace unos a?os, pocos expertos dudaban de la validez del teorema del votante mediano, seg¨²n el cual los pol¨ªticos buscan el centro, porque es ah¨ª donde se concentran la mayor¨ªa de votantes.
Pero datos emp¨ªricos y experimentos recientes sugieren que la polarizaci¨®n es una estrategia m¨¢s eficiente cuando, como ocurre ahora, es relativamente f¨¢cil entrar en pol¨ªtica. Los nuevos jugadores, de Trump a Vox, pasando por Alternativa para Alemania, se incorporan a la pol¨ªtica por los extremos. Las personas de ideolog¨ªa moderada se lo piensan mucho m¨¢s antes de meterse en una jungla tan cruelmente competitiva. Solo los m¨¢s sedientos de sangre, poder o fama pasajera se lanzan a la arena.
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