Chalecos
Esas multitudes que han invadido las calles del pa¨ªs vecino tienen sus vidas detenidas en un arc¨¦n
Susana D¨ªaz perdi¨® las elecciones en el instante mismo de ganarlas. El candidato del PP, en cambio, las gan¨® en el momento de perderlas. Definitivamente, Dios ha confundido nuestras lenguas. Vean si no: Ciudadanos y Vox, que quedaron por detr¨¢s del PSOE y del PP, tambi¨¦n tuvieron una noche de gloria. Los ¨²nicos que perdieron sin paliativos, sin matices, sin contradicci¨®n alguna, fueron los de Adelante Andaluc¨ªa. Bueno, hay tambi¨¦n unos ganadores incontestables: los abstencionistas. Bien es verdad que incontestables hasta cierto punto, ya que si no han votado es porque vienen perdi¨¦ndolo todo, incluida la moral, desde hace varias legislaturas. Han ganado, en fin, porque perd¨ªan. Nadie intentar¨¢ acercarse a ellos para pactar puesto que carecen de representantes. No tienen rostro ni sindicato ni organizaci¨®n que los acoja, pero un d¨ªa de estos se ponen un chaleco amarillo y la arman. Espa?a est¨¢ potencialmente llena de chalecos amarillos franceses, valga la pirotecnia.
El chaleco amarillo, que ven¨ªa sirviendo para se?alar el lugar de un percance individual, sirve ahora para metaforizar un desastre colectivo. Esas multitudes que han invadido las calles del pa¨ªs vecino tienen sus vidas detenidas en un arc¨¦n, el mismo en el que se han visto obligados a aparcar su existencia quienes no fueron a votar en Andaluc¨ªa. Si la izquierda pretende recuperar a sus votantes debe hacer campa?a en los m¨¢rgenes de la realidad, adonde han sido expulsadas las clases a las que en otro tiempo representaban. All¨ª encontrar¨¢n contribuyentes con sus biograf¨ªas averiadas, si no rotas, a la espera de que los recoja una gr¨²a. ?C¨®mo van a desplazarse al colegio electoral desde la nada? Primero tendr¨¢n que ir Mapfre o la Mutua a por ellos.
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