La hidra de Vox
Espa?a ha dejado de ser excepcional por la derecha, pero lo sigue siendo por la izquierda
Cuando acud¨ªamos a un congreso internacional, los polit¨®logos espa?oles met¨ªamos en la maleta una respuesta para la inevitable pregunta de nuestros colegas: ?por qu¨¦ no ten¨¦is ultraderecha en Espa?a? Tras una dura crisis econ¨®mica, sufr¨ªs una importante desigualdad. Tras una oleada de casos de corrupci¨®n, sois de los europeos que m¨¢s desconf¨ªan de sus pol¨ªticos. Adem¨¢s, pocas sociedades han recibido m¨¢s inmigrantes en los ¨²ltimos 20 a?os. Si un pa¨ªs ¡°debiera¡± tener un partido de extrema derecha exitoso es Espa?a.
Los polit¨®logos espa?oles no sab¨ªamos qu¨¦ contestar. Fabric¨¢bamos hip¨®tesis de todas las formas y colores. Algunas m¨¢s deprimentes, del tipo: ¡°Bueno, es que el recuerdo de la dictadura de Franco est¨¢ todav¨ªa muy vivo¡±. Otras m¨¢s animosas: ¡°Los espa?oles somos uno de los pueblos m¨¢s tolerantes del planeta, tal y como indican las actitudes hacia los extranjeros o la comunidad LGTB¡±.
Ya no tendremos que especular m¨¢s. Tras la irrupci¨®n de Vox en las elecciones andaluzas, Espa?a ha dejado de ser excepcional por la derecha, pero lo sigue siendo por la izquierda. En las democracias liberales hay muchos partidos como Vox, pero pocos como Podemos.
La izquierda alternativa en Europa ha sido superada por el nacionalpopulismo gracias a una estrategia err¨®nea. Han insistido durante a?os en la misma t¨¢ctica suicida que ahora proponen los dirigentes de Podemos: la activaci¨®n de un movimiento ¡°antifascista¡±. Manifestaciones, cordones sanitarios, boicoteos a los actos pol¨ªticos de la derecha populista, y un largo etc¨¦tera de acciones reactivas que, como era de esperar, permiten a los l¨ªderes de la ultraderecha manejar la agenda pol¨ªtica. En todo el continente, tanto la izquierda poscomunista como el resto de partidos tradicionales han desgastado m¨¢s energ¨ªas enfrent¨¢ndose a los dirigentes de extrema derecha que dialogando con sus potenciales votantes.
Los nacionalpopulismos, como Vox, son la mitol¨®gica hidra de Lerna, la monstruosa serpiente polic¨¦fala a la que, si le cortaban una cabeza, le sal¨ªan dos m¨¢s. Si les atacamos directamente ¡ªacus¨¢ndolos de fascistas, xen¨®fobos, hom¨®fobos o haber lanzado una ¡°cruzada contra las mujeres¡±¡ª les reforzamos. Sus potenciales simpatizantes perciben esos calificativos como una prueba m¨¢s de la arrogancia de las ¨¦lites pol¨ªticas.
As¨ª la hidra conquist¨® Europa. Y ahora ha llegado a Espa?a.
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