La aventura cotidiana de Andr¨¦s Iniesta en Jap¨®n
El exjugador del Bar?a, de car¨¢cter tranquilo, desvela c¨®mo est¨¢ siendo su adaptaci¨®n futbol¨ªstica y personal
Andr¨¦s Iniesta comprob¨® al instante que Jap¨®n no es Espa?a. Ocurri¨® a los pocos d¨ªas de su llegada a Kobe, cuando observ¨® que la gente le miraba como en tantos rincones del mundo, pero no se le echaba encima al pasear por la calle. ¡°El contacto con los aficionados es distinto¡±, reconoce el futbolista, de 34 a?os, a EL PA?S. ¡°En Jap¨®n mantienen cierta distancia, mientras que en Espa?a es quiz¨¢s m¨¢s pasional. All¨ª no te interrumpen cuando realizas una actividad o conversas con alguien¡±. La admiraci¨®n se gestiona de otro modo: un d¨ªa que paseaba por la calle percibi¨® que la gente se agolpaba a sus espaldas. ¡°Te giras y puedes ver 20 personas que te siguen¡±, admite.
Dejar atr¨¢s 20 a?os en Barcelona no es f¨¢cil. Y m¨¢s si te ficha un equipo de media tabla japon¨¦s. ¡°Del pa¨ªs, sorprende todo. La forma de ser y actuar de la gente. Lo primero de que te das cuenta es la paz que transmite la sociedad¡±. No es que la capital catalana sea agitada, asegura, sino que en el otro lado del mundo la vida fluye con sosiego. ¡°Es que puede haber mucha gente, pero no tienes la sensaci¨®n de que haya aglomeraciones. Los ni?os van solos, los coches no pitan, no se estresan, son puntuales¡ Si el tren bala tiene que llegar a las 6.22, llega a las 6.22¡±.
El car¨¢cter nip¨®n cogi¨® a Iniesta a contrapi¨¦ cuando las cosas empezaron a torcerse en el equipo: el Vissel encaden¨® siete derrotas en ocho partidos?y el descenso a Segunda Divisi¨®n parec¨ªa una posibilidad. ¡°?Yo me quer¨ªa morir!¡±, exclama. A su alrededor, sin embargo, la amargura se gestionaba de manera distinta. A la japonesa. Sus compa?eros no parec¨ªan sentir la sensaci¨®n de fracaso habitual en el Camp Nou tras un tropiezo. ¡°La impresi¨®n es que ellos piensan: ¡®ya est¨¢, hemos perdido. No podemos hacer nada m¨¢s¡¯. Es como si pasaran p¨¢gina, y no te acabas de acostumbrar¡±, admite. Las derrotas, al menos, no pasan por el filtro de cuatro peri¨®dicos deportivos diarios e incontables programas televisivos. ¡°Es diferente¡±, acepta, ¡°y si dicen algo malo de ti no te enteras porque est¨¢ en japon¨¦s¡±.
El mestizaje tambi¨¦n es comunicativo. Iniesta es el capit¨¢n de su equipo pero no puede realizar las charlas que sol¨ªa en el Camp Nou por razones obvias. En el equipo se hablan muchos idiomas para que todos entiendan el mismo mensaje. ¡°Hablamos japon¨¦s, espa?ol, ingl¨¦s, franc¨¦s¡ todos sabemos un poco de todo. Es un popurr¨ª¡±. Pero cuando la comunicaci¨®n no fluye ni con signos, aparece un comod¨ªn: ¡°Tengo un traductor todo el rato¡±.
Aprender el idioma fue una de las primeras obligaciones de Iniesta y su familia para acelerar su adaptaci¨®n. No es sencillo: la gram¨¢tica japonesa no tiene nada que ver con la espa?ola, no existen tiempos futuros ni art¨ªculos, por no hablar de la escritura. ¡°Recibimos con Anna [su pareja] un profesor particular cada dos d¨ªas aproximadamente¡±, explica Iniesta. Su mujer lleva por las ma?anas a los ni?os a la escuela cuando Iniesta se va a entrenar, y el futbolista puede recogerlos por la tarde. ¡°Estos primeros meses han servido para situarnos¡±, admite.
?Nuevos h¨¢bitos
Adaptarse a los gustos japoneses no fue dif¨ªcil. Los makis y los nigiris se cuelan a menudo en su cocina, aunque el futbolista casi renunci¨® a elaborarlos ¨¦l mismo. Sus capacidades culinarias no parecen tan brillantes como las futbol¨ªsticas. ¡°Hice dos cursos, dos aproximaciones, pero¡¡±, admite entre risas. ¡°Intentamos comer lo que sol¨ªamos en Barcelona, pero ahora podemos incluir los soba y los ramen, un tipo de pasta tradicional de aqu¨ª¡±. En Jap¨®n tiene que adelantar las comidas para ajustarse al ritmo de la gente. ¡°Es que todo se adelanta. El desayuno, la cena¡ Todo es m¨¢s temprano". Por lo que ver al Bar?a por televisi¨®n, con ocho horas de diferencia entre Kobe y Barcelona, resulta complicado. ¡°Vi el partido contra el Madrid. Se jug¨® temprano: en casa eran las 00.45 y aguant¨¦. Cuando me levanto busco el resultado, me gustar estar pendiente¡±, ha a?adido durante un acto promocional de Ariel #3en1Pod.
En el Camp Nou ya coincidi¨® con David Villa, su nuevo compa?ero de equipo. El delantero se suma al t¨¦cnico Juanma Lillo y al fisioterapeuta Emili Ricart como sus compatriotas en el club. Su presencia minimiza la distancia y la a?oranza. ¡°Tener gente que conoces al lado ayuda. Es importante¡±. ?Por qu¨¦? ¡°Est¨¢s muy lejos¡±, responde. Aun as¨ª, Iniesta vive encantado en el sosiego japon¨¦s.
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