S¨¢nchez y el abismo catal¨¢n
Quiz¨¢s estemos m¨¢s ante una escena de ¨®pera bufa que de tragedia griega
Dice el profesor de Ciencia Pol¨ªtica Ignacio Molina que dentro de unos a?os veremos la crisis catalana como una prueba de la solidez del Estado constitucional espa?ol, porque la racionalidad se ir¨¢ imponiendo ante la evidencia de que el independentismo no es en Catalu?a mayoritario. La pregunta entonces es: ?cu¨¢nta energ¨ªa, recursos y jirones a la convivencia nos va a costar el trayecto? Hace un a?o, Puigdemont proclam¨® la independencia un viernes y se fug¨® de Espa?a el lunes; al tiempo se impuso la realidad de que ning¨²n pa¨ªs reconoc¨ªa su declaraci¨®n unilateral, y poco despu¨¦s Ciudadanos se convirti¨® en el partido m¨¢s votado en Catalu?a. Desde entonces, la dirigencia independentista no ha tenido m¨¢s argamasa para sostener su edificio que los presos preventivos y la esperanza de que la coyuntura o un accidente jueguen a su favor. Esperando a ese Godot van estirando el tiempo, de ocurrencia en ocurrencia, mientras la frustraci¨®n y el hartazgo prenden no solo en Catalu?a, sino en toda Espa?a.
Varias generaciones de espa?oles nos hemos hecho adultos esperando pacientemente que acabara la pesadilla de muerte y dolor que fue ETA. Una pesadilla que impon¨ªa su agenda sangrienta desplazando de forma permanente los debates de nuestro tiempo porque la violencia de aquel anacronismo lo ocupaba todo.
Y aqu¨ª estamos, siete a?os despu¨¦s de la derrota definitiva de la banda, enganchados a otro bucle sin fin, con origen ajeno a los problemas reales, aunque con la enorme diferencia de que, hasta ahora, este bucle ha sido mayoritariamente pac¨ªfico. No sabemos qu¨¦ consecuencias puede tener la irresponsabilidad de alguien como Quim Torra que, desde la presidencia de la Generalitat, llama a la v¨ªa eslovena, desautoriza a los Mossos e incentiva a los CDR. Causa alarma, es verdad, pero teniendo en cuenta que el personaje se caracteriza por lanzar con toda solemnidad ultim¨¢tums que no siguen ni los suyos, quiz¨¢s estemos m¨¢s ante una escena de ¨®pera bufa que de tragedia griega. Ya han matizado sus palabras quienes, sorprendentemente, le permiten ocupar y desprestigiar la presidencia vicaria de la Generalitat.
Hay un elemento m¨¢s que ha cohesionado y alargado el bucle rupturista: los errores del Gobierno central. Ese es abismo al que se asoma Pedro S¨¢nchez si la situaci¨®n se sigue tensando. Acertar. ?Lo har¨¢ solo? ?De qu¨¦ sirve entonces que Ciudadanos ganara las elecciones en Catalu?a?
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