La Guerra Fr¨ªa es un proceso
La hegemon¨ªa cultural divide al mundo un cuarto de siglo despu¨¦s de la ca¨ªda de la URSS
A finales de la d¨¦cada de los a?os cincuenta del siglo pasado las tensiones geopol¨ªticas mundiales estaban a flor de piel. Las dos superpotencias, EE UU y URSS, ten¨ªan la capacidad at¨®mica de destruir el mundo. En los colegios estadounidenses se explicaba a los ni?os la forma de actuar ante la posible aniquilaci¨®n del mundo, y las familias constru¨ªan refugios contra la bomba nuclear en el jard¨ªn trasero de sus casas. En esas circunstancias, el secretario general del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS) y sucesor de Stalin, Nikita Jruschov, se empe?¨® en conocer EE UU, el pa¨ªs que amenazaba con destruir, y fue invitado a visitarlo por el presidente Eisenhower. Se viv¨ªan los efectos m¨¢s duros de la Guerra Fr¨ªa, aquellos que se ven en las pel¨ªcu?las de la ¨¦poca. Un hilarante libro de Peter Carlson (Kruschev se cabrea; Antonio Machado Libros) describe aquel viaje en el que el sovi¨¦tico estuvo a punto de llegar a las manos con el vicepresidente de EE UU, un tal Richard Nixon, y sus encuentros con Marilyn Monroe (que declar¨®: ¡°Me mir¨® como un hombre mira a una mujer¡±), Frank Sinatra o Shirley MacLaine. Jruskov entr¨® en c¨®lera porque no le dejaron visitar Disneylandia.
La Guerra Fr¨ªa muri¨® cuando Gorbachov dict¨® el final de la URSS en 1991. Muri¨® en su f¨®rmula geopol¨ªtica por diluci¨®n de uno de los contendientes, pero no en las dem¨¢s formas. Veinticinco a?os despu¨¦s fue elegido presidente de EE UU Donald Trump. La victoria de su eslogan electoral ¡°Am¨¦rica primero¡± significaba de hecho que una buena parte de los ciudadanos de ese pa¨ªs segu¨ªan creyendo que solo pueden estar a salvo si el mundo se parece mucho a EE UU, y si los diferentes Gobiernos del mundo se atienen a la voluntad de la Casa Blanca. Ello significa que la Guerra Fr¨ªa ideol¨®gica solo hab¨ªa desaparecido en parte o continuaba latente. Desarrolla esta idea el historiador americano Odd Arne Westad en su monumental La Guerra Fr¨ªa. Una historia mundial (Galaxia Gutenberg). ?Significa esto que continuamos en un mundo bipolar con dos bloques, ideolog¨ªas y sistemas frontalmente contrapuestos? No parece as¨ª, aunque la idea de que la Guerra Fr¨ªa es un proceso que tiene continuidad por otros medios est¨¢ muy bien desarrollada por el profesor italiano residente en M¨¦xico Vanni Pettin¨¤ en su libro La Guerra Fr¨ªa en Am¨¦rica Latina (El Colegio de M¨¦xico). M¨¢s exactamente, lo que estamos contemplando es una rivalidad creciente, aunque asim¨¦trica, entre EE UU y Rusia (ya no existe la Uni¨®n Sovi¨¦tica) que posiblemente continuar¨¢ intensific¨¢ndose.
No es casualidad que aparezcan tantos libros sobre el tema. A los ya citados se podr¨ªa a?adir el de Rafael Rojas (La polis literaria; Taurus), que analiza el papel de la literatura como ¡°arma revolucionaria¡± en el contexto de las tres d¨¦cadas largas de Guerra Fr¨ªa, y c¨®mo las dos grandes instituciones rivales en la pugna por la hegemon¨ªa cultural, el Congreso por la Libertad de la Cultura y el Congreso Mundial por la Paz, tuvieron gran presencia en Am¨¦rica Latina, as¨ª como la centralidad en aquella de escritores como Garc¨ªa M¨¢rquez, Vargas Llosa, Julio Cort¨¢zar o Carlos Fuentes. La Guerra Fr¨ªa, que arranc¨® en el a?o 1947, termin¨® con las grandes esperanzas de que la rendici¨®n de Alemania pudiera crear un mundo nuevo y mucho mejor a partir de las ruinas morales y f¨ªsicas de la Segunda Guerra Mundial. La combinaci¨®n del enorme poder de EE UU y la ?URSS, y el hundimiento pr¨¢cticamente total de la mayor parte de sus rivales crearon un nuevo y sombr¨ªo entorno: el de la Guerra Fr¨ªa. Europa se dividi¨® en dos por muchas d¨¦cadas.
La extensi¨®n de las democracias iliberales, el crecimiento de fuerzas de extrema derecha, la hegemon¨ªa de la revoluci¨®n conservadora en sus diferentes oleadas, el proteccionismo econ¨®mico, las pol¨ªticas de perjuicio al vecino, el baile de fronteras, los movimientos migratorios, la imponente desigualdad, etc¨¦tera, son distintas respuestas a los dilemas que marca la continuaci¨®n de una Guerra Fr¨ªa que hasta el momento puede considerarse a¨²n de baja intensidad.
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