Brassens tiene la respuesta
La crisis eslovena empez¨® como un problema democr¨¢tico, no nacionalista
El camino de Eslovenia hacia la independencia no empez¨® como un problema nacionalista, sino pol¨ªtico. Tras la muerte de Tito, algunas rep¨²blicas yugoslavas trataron de iniciar un viaje hacia la democracia y se encontraron con la resistencia brutal de los representantes serbios, acaudillados por Slobodan Milosevic. Este luciferino dirigente dio todas las patadas que pudo al avispero de Kosovo, una provincia serbia de mayor¨ªa albanesa, para as¨ª encontrar un pretexto para enviar sus tropas y mandar un mensaje claro a las rep¨²blicas de lo que les pod¨ªa ocurrir si trataban de rebelarse.
El documental de la BBC The Death of Yugoslavia, que puede verse ¨ªntegro en YouTube y merece mucho la pena, lo cuenta muy bien, porque adem¨¢s el relato se articula bas¨¢ndose en los propios testigos, entre ellos, Milosevic. Narra por ejemplo c¨®mo el espionaje yugoslavo, controlado por Belgrado, detuvo a dos periodistas de una revista cr¨ªtica eslovena y los amenaz¨® con mandarlos al pared¨®n, dejando muy claro que extravagancias como la libertad de expresi¨®n no iban a ser toleradas.
Tambi¨¦n se puede recurrir al archivo de este mismo diario y buscar los an¨¢lisis del a?orado Manuel Azc¨¢rate. Esto es lo que escribi¨® en un art¨ªculo de marzo de 1989 titulado ¡®Borrasca en Yugoslavia¡¯: ¡°El problema de la democratizaci¨®n de la vida pol¨ªtica es asimismo decisivo. En Eslovenia se avanza hacia un pluralismo pol¨ªtico, objetivo en el que coinciden amplios sectores¡±, escribi¨® Azc¨¢rate, quien explicaba sobre el nacionalismo serbio: ¡°Hay una vieja receta populista que consiste en exaltar el nacionalismo para encubrir otros problemas¡±.
Se trata de una frase que tiene una aplicaci¨®n muy clara en la actualidad, como tambi¨¦n la idea de que solo se puede combatir un desaf¨ªo contra la democracia con m¨¢s democracia, porque en caso contrario solo se lograr¨¢ dar argumentos al contrario. Mientras tanto, siguen apareciendo aquellos que hablan de guerras en las que solo combatir¨¢n los dem¨¢s. Como en la canci¨®n Morir por las ideas, de Georges Brassens, que siempre tiene una respuesta para todo: ¡°Morir por las ideas / de acuerdo, pero de muerte lenta.?/ Aquellos que llaman al martirio / casi siempre se lo toman con mucha calma aqu¨ª abajo¡±.
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