Sin Marielle Franco, pero no sola

Diciembre es un mes de fiestas para los brasile?os, de encuentros y uni¨®n. Es tambi¨¦n un momento de fe y renovaci¨®n simbolizado en el cambio de a?o. De esperanza por el inicio de un nuevo ciclo. Para nuestra familia, diciembre fue siempre un mes de mucha alegr¨ªa. Adem¨¢s de las fiestas tradicionales, celebramos tres cumplea?os entre Navidad y A?o Nuevo. Era con esa alegr¨ªa que siempre celebr¨¢bamos la vida y nos prepar¨¢bamos para enfrentar las batallas que est¨¢n por venir.

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Marielle fue la primera hija de mi matrimonio con Antonio. Antes de que ella naciera, sol¨ªamos pasar la Navidad en casa de familiares. Pero desde 1979 preferimos reunirnos en nuestra casa. ?Un hijo es algo profundo, sale de las entra?as! Y, cuando se tiene un hijo, uno piensa que ya nunca se va a quedar solo. Despu¨¦s de Marielle lleg¨® Anielle. Despu¨¦s, nuestras dos nietas. As¨ª, con muchas mujeres, se formo nuestro hogar.

Hace nueve meses nos arrancaron a la persona mas fiestera de todas nosotras. Destruyeron la vida de mi hija Marielle Franco. Nueve meses fue el tiempo de su gestaci¨®n hace casi 40 a?os, llena de expectativas. Este diciembre va a ser doloroso. Recordar que hace un a?o celebr¨¢bamos el cumplea?os de nuestra nieta, en una fiesta sorpresa organizada por su madre Marielle, es duro. La casa estaba llena de amigos y amigas, llena de alegr¨ªa. Marielle sonre¨ªa.

Todo cambi¨® muy r¨¢pido, aunque parece que el tiempo se ha detenido en aquel 14 de marzo. Marielle me hab¨ªa invitado para estar en ese acto p¨²blico, que ser¨ªa el ¨²ltimo de su vida, argumentando que terminar¨ªa pronto. Cansada, yo no fui. No consegu¨ª despedirme de mi hija. De hecho, el acto acab¨® temprano, pero poco tiempo despu¨¦s ella ya no estaba m¨¢s entre nosotros, ya pertenec¨ªa a Dios. Cuando ella se fue empez¨® a llover: como si el cielo llorase junto a nosotros.

Nuestra familia vive luchando para no dejar que esta barbarie caiga en el olvido o quede sin respuesta

Nuestra p¨¦rdida con el asesinato de Marielle fue tambi¨¦n la p¨¦rdida de muchas familias. No fueron pocas las veces que ella sali¨® de casa, de madrugada, para acoger a otras madres que hab¨ªan sido v¨ªctimas de la violencia, en su mayor¨ªa negras como nosotras, y acompa?arlas en el dolor por la p¨¦rdida de sus hijos. Tal vez por eso ella era tan querida all¨ª por donde pasaba. Nunca podr¨ªamos imaginar que la violencia llegar¨ªa a nuestro hogar, que ser¨ªamos nosotros los que perder¨ªamos una hija que acompa?¨® a tantas madres en ese trance.

Marielle no est¨¢ m¨¢s entre nosotros, pero sigue presente en nuestras vidas. De vez en cuando es como si yo oyese su voz. Nuestra familia vive luchando para no dejar que esta barbarie caiga en el olvido o quede sin respuesta. En esta Navidad vamos a preparar nuestra casa, una vez m¨¢s, para celebrar la vida. Porque vamos a renacer con mas fuerza y garra para vivir todo esto. Vamos a renacer mirando al futuro con esperanza y fe, en busca de justicia.

Marinete da Silva es madre de Marielle Franco y abogada y ha acompa?ando a Amnist¨ªa Internacional por Espa?a esta semana durante la celebraci¨®n del 70 Aniversario de la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos.

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