?C¨®mo ibas vestida cuando te violaron?
La violencia sexual es tab¨² en Senegal. Y no hay datos oficiales porque la mayor¨ªa de mujeres no lo cuenta: temen ser estigmatizadas. Una exposici¨®n en Dakar genera gran pol¨¦mica al romper este silencio
¡°Hola, me llamo Fatou, tengo 20 a?os y soy estudiante de Ciencias Pol¨ªticas en Dakar. Yo tuve el coraje de ir a la polic¨ªa y al hospital. Entr¨¦ en una sala, hab¨ªa seis personas, el m¨¦dico me mir¨® y me dijo: ¡®Desv¨ªstete, t¨²mbate, ¨¢brete de piernas¡¯. As¨ª, sin m¨¢s, sin ning¨²n tacto, sin ninguna humanidad. ?Cre¨¦is que esto es normal? Lo peor no fue que me violaran, si no c¨®mo me trataron en el hospital horas despu¨¦s. Fue horrible¡±, comenta la joven sin que le tiemble la voz. Entonces devolvi¨® el micr¨®fono y se sent¨® ante un auditorio de m¨¢s de 200 personas que, despu¨¦s de un silencio te?ido de espanto y todav¨ªa en shock, rompi¨® en un aplauso.
Era la primera vez que Fatou hablaba en p¨²blico de este tema. Ocurri¨® durante un debate sobre la violaci¨®n en el Mus¨¦e de la Femme de Dakar el pasado octubre. La discusi¨®n, que cre¨® un ambiente tenso y acalorado, inauguraba la muestra ?C¨®mo ibas vestida?, una exposici¨®n que recoge decenas de testimonios desgarradores acompa?ados de las prendas que las mujeres? ¡ªy muchas ni?as¡ª llevaban cuando las violaron para denunciar la tendencia a culpar a las v¨ªctimas de violencia sexual por la vestimenta que llevan. Estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta finales de enero.
Al mismo tiempo, a pocos kil¨®metros del museo, la ONG Human Rights Watch presentaba el informe No es normal. Explotaci¨®n sexual, acoso y abuso en las escuelas de secundaria en Senegal, una investigaci¨®n que recoge testimonios de 164 ni?as y adolescentes v¨ªctimas de abusos sexuales y acoso por parte de algunos profesores. El documento analiza exhaustivamente la situaci¨®n del pa¨ªs, investiga las causas principales de los abusos e interpela al Gobierno de Senegal para que adopte medidas urgentes que frenen la violencia contra las ni?as y adolescentes en el entorno escolar.
El testimonio de Fatou est¨¢ lejos de ser un caso aislado. Lo sorprendente es que lo verbalice en p¨²blico y en primera persona. La sexualidad, y aun m¨¢s la violaci¨®n, son tab¨² en Senegal. ¡°Es dif¨ªcil tener datos oficiales porque la mayor¨ªa no lo cuenta. Existe una gran presi¨®n social y familiar para que las v¨ªctimas de violaci¨®n y de abusos no denuncien. Las mujeres tienen miedo a ser estigmatizadas y mal juzgadas¡±, asegura Awa Tonkara, secretaria ejecutiva de la Asociaci¨®n de Juristas Senegalesas. En Senegal, la violaci¨®n es un delito castigado con penas de cinco a diez a?os de prisi¨®n, ¡°pero la ley no establece una edad m¨ªnima para el consentimiento sexual¡±, se?ala la jurista. ¡°Existe una ley, aunque no se aplica¡±.
En Senegal se registraron al menos 1971 casos de embarazos en las escuelas entre 2011 y 2014
La ¨²nica ley que se aplica extensamente en Senegal es la del silencio. Avergonzadas, victimizadas y culpabilizadas por haberlo provocado con su vestimenta y su comportamiento, las mayor¨ªa de las mujeres y ni?as nunca lo contar¨¢n a nadie. Y si lo cuentan, el maslaha, ¡ªpor el bien com¨²n, en idioma wolof, un atributo moral muy valorado y muy presente en la cultura y la tradici¨®n senegalesa¡ª har¨¢ que la familia de la v¨ªctima intente negociar con el perpetrador para llegar a un arreglo, generalmente econ¨®mico, sin acudir a la justicia para evitar el escarnio de la comunidad.
No es balad¨ª que coincidan tres eventos de naturaleza tan diversa como una exposici¨®n art¨ªstica, un debate p¨²blico y una rueda de prensa en Dakar en torno a un mismo tema. Todos tratan un tab¨² y comparten el mismo objetivo: romper el silencio. Estas iniciativas son la punta de un iceberg que es necesario embestir para terminar con la explotaci¨®n sexual y la violencia contra las mujeres y las ni?as, una lacra para un pa¨ªs como Senegal, respetado por liderar el desarrollo econ¨®mico, pol¨ªtico y social en la regi¨®n.
Incendio en las redes sociales
Activistas, asociaciones feministas y blogueras tomaron la palabra para denunciar los abusos a principios de 2018. De la indignaci¨®n y la necesidad de hablar nace @nopiwouma ¡ªno me voy a callar, en wolof¡ª un movimiento que surge para dar voz a las v¨ªctimas de agresiones sexuales. Han conseguido m¨¢s de 1.000 testimonios en poco m¨¢s de un a?o al poner un formulario an¨®nimo disponible en internet. Aunque muchas denuncias an¨®nimas no llegaron a prosperar, este p¨¦rf¨ªl en Twitter es un s¨ªmbolo de que los tiempos est¨¢n cambiando.
Revuelta por el silencio que rodea a las violaciones, la escritora, bloguera y feminista Ndeye Fatou Kane invent¨® el hashtag #balancetonsa?sa? (controla a tu pervertido), que nace con el mismo esp¨ªritu de denuncia.
Y de las redes sociales a la calle, un centenar de manifestantes se reunieron en la Plaza del Obelisco de Dakar el pasado 9 de diciembre para denunciar las agresiones sexuales y los abusos contra las mujeres. All¨ª estaba Fatima Zahra Ba, una joven dise?adora de moda senegalesa que ha lanzado el hashtag #doyna ¨Cen wolof basta ya¨C surgido recientemente como parte de la campa?a de la ONU 16 d¨ªas de activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y ni?as en Senegal. El evento termin¨® con un di¨¢logo abierto que aporta soluciones para erradicar esta forma de violencia tan extendida por todo el pa¨ªs.
El affaire songu¨¦ es otro tema que incendi¨® las redes sociales cuando el profesor de filosof¨ªa Songu¨¦ Diouf justificaba la violaci¨®n en la televisi¨®n senegalesa argumentando que las mujeres son provocadoras por naturaleza. "En las violaciones, hay que repartir la culpa y asignarle a cada uno su parte. Vosotras hac¨¦is todo para que os violemos. Y cuando os violamos, vamos a la c¨¢rcel. Y vosotras, que hab¨¦is hecho todo lo posible para que os violemos, qued¨¢is libres". Las declaraciones del cronista han causado tal indignaci¨®n que las psic¨®logas Ndeye Khaira Thiam, Aminata Mbengue y la jurista Fatima Sall han presentado una denuncia ante los tribunales contra el Profesor Songu¨¦ Diouf por apolog¨ªa de la violaci¨®n. ?ste se defend¨ªa en los medios apelando a la libertad de expresi¨®n y matizando que sus palabras se hab¨ªan malinterpretado.
La culpa no es de la falda
"?C¨®mo ibas vestida?" es una pregunta planteada demasiadas veces a las mujeres que han sufrido una violaci¨®n. Una pregunta intencionada y acusatoria que contiene de manera impl¨ªcita un mensaje: ¡°podr¨ªas haberlo evitado, si te hubieras vestido de otra manera¡±. La instalaci¨®n bautizada con este nombre fue creada en la Universidad de Kansas en 2013 por Jen Brockman y Mary A. Wyandt-Hiebert, y surgi¨® con el objetivo de desmontar el absurdo mito de que a las mujeres las violan por como van vestidas. ¡°No es una exposici¨®n art¨ªstica, es una exposici¨®n militante¡± declara Fatou Kin¨¦ Diouf, comisaria de la muestra en Senegal. ¡°Ha sido adaptada al contexto senegal¨¦s. Todos los testimonios son de mujeres y ni?as v¨ªctimas de abusos en nuestro pa¨ªs¡±, a?ade.
¡°Esta iniciativa surge para mostrar la violencia que implica esa pregunta. En Senegal es necesario abrir el debate y trasladarlo al espacio p¨²blico. La instalaci¨®n deja hablar a las prendas, de una manera muy simb¨®lica y reveladora¡±, contin¨²a Fatou Kin¨¦. ¡°Ninguna mujer es culpable de sufrir una violaci¨®n, no hay vestimenta ni actitud que pueda justificar una violaci¨®n, y esta exposici¨®n es la prueba¡± a?ade.
¡°Me han inspirado mucho las discusiones que se han mantenido en las redes sociales, hay una gran necesidad de hablar de ello, y queremos que el debate contin¨²e, por eso hemos programado paneles de discusi¨®n sobre la violaci¨®n, la asistencia a las v¨ªctimas de violencia en Senegal y el papel de los medios de comunicaci¨®n. Por otro lado, tambi¨¦n hay varias visitas de centros escolares en el programa, queremos que la exposici¨®n tenga un impacto real. La cultura de la violaci¨®n no se erradica cambiando de ropa, sino cambiando de mentalidad, a trav¨¦s de la sensibilizaci¨®n y la educaci¨®n¡±, completa.
La violencia sexual en las escuelas
El informe de HRW revela que el acoso y los abusos sexuales son recurrentes en las escuelas de secundaria, adem¨¢s de encontrarse entre las principales causas del abandono escolar y embarazo adolescente en Senegal, donde las tasas son todav¨ªa muy elevadas. Solo un 32% de ni?as se matricularon en secundaria entre 2008 y 2012, seg¨²n Unicef. Los datos de UNFPA revelan que el 8% de las j¨®venes entre 15 y 19 a?os ya han sido madres. Otra investigaci¨®n de UNFPA junto con GEEP apunta que se registraron al menos 1.971 casos de embarazos en las escuelas entre 2011 y 2014, y m¨¢s de la mitad abandonaron los estudios.
El machismo de los medios
Tanto HRW como el grupo de expertos convocados en el Mus¨¦e de la Femme apuntaron hacia la gran responsabilidad de los medios de comunicaci¨®n. Los titulares sensacionalistas, la publicaci¨®n de los nombres completos de las mujeres que han sufrido abusos y la descripci¨®n de su vestimenta para justificar el abuso son frecuentes en los peri¨®dicos, fuente de la que se nutri¨® Fatou Kin¨¦ Diouf, comisaria de la exposici¨®n T'etais habill¨¦e comment?, para desarrollar la muestra.
El informe de HRW tambi¨¦n incluye algunas recomendaciones clave para los medios, a quienes invita a profundizar en los casos de abusos a menores en otras regiones del pa¨ªs e insiste en no estigmatizar a todos los profesores. ¡°Es importante destacar el esfuerzo de muchos maestros y centros de educaci¨®n en la prevenci¨®n y la protecci¨®n de abusos en las escuelas¡± a?ade Elin Mart¨ªnez, ¡°as¨ª como el gran trabajo que est¨¢n haciendo las asociaciones y las ONG para reforzar la protecci¨®n y la defensa de los derechos de los ni?os¡± comenta Mart¨ªnez.
M¨¢s all¨¢ de las estad¨ªsticas, los testimonios recogidos en las regiones de Kolda, Sedhiou, Ziguinchor y Dakar para la investigaci¨®n de HRW relatan c¨®mo los maestros coaccionan a las j¨®venes ofreci¨¦ndoles dinero, comida, buenas calificaciones y regalos como tel¨¦fonos m¨®viles o ropa.
¡°Si rechazas al profesor, te da malas notas o te suspende¡±, dice Kodda, de 17 a?os, natural de Medina Yoro Foula. A?ssatou, de 16 a?os, tras rechazar las proposiciones de su maestro y obtener malas calificaciones, decidi¨® acudir al despacho del director de la escuela para confesarle el acoso que sufr¨ªa. El profesor lo neg¨® todo, aunque dej¨® de molestarla. No hubo ninguna investigaci¨®n y no se ejecut¨® ninguna acci¨®n disciplinaria ni sanci¨®n judicial contra ¨¦l. M¨¢s adelante, abus¨® sexualmente de otra joven: ¡°La dej¨® embarazada. ?l todav¨ªa sigue dando clase y ahora sale con otras ni?as¡±, a?ade A?ssatou.
¡°El pa¨ªs no dispone de un c¨®digo de conducta nacional que describa las obligaciones de los profesores hacia los alumnos¡± se?ala Elin Mart¨ªnez, investigadora en la secci¨®n de derechos infantiles de HRW y autora del estudio. ¡°Adem¨¢s, la mayor¨ªa de los maestros que cometen abusos y acosan a las ni?as nunca llegan a ser investigados¡±.
¡°El informe pone de manifiesto la gran debilidad del sistema¡±, explica Mart¨ªnez. Si bien el Gobierno de Senegal reconoc¨ªa la prevalencia de la violencia sexual en las escuelas apuntando a las menores como principales v¨ªctimas de abusos en el a?o 2012, la reacci¨®n al informe de HRW contradice sus propias investigaciones. ¡°La respuesta por parte de las autoridades y los sindicatos ha sido muy negativa, aunque por otro lado ha creado m¨¢s inter¨¦s medi¨¢tico, y eso es positivo, queremos abrir el debate¡±, comenta la investigadora. "Los medios se han centrado en la reacci¨®n del Gobierno y los sindicatos, que lo niegan y adem¨¢s manipulan el informe, en vez de prestar atenci¨®n a las historias de las ni?as que han sufrido los abusos y las violaciones por parte de sus profesores. Lo m¨¢s importante son los testimonios. Es vital destacar las historias. Todos hablan de cifras, nosotros hablamos de nombres. Se llaman A?ssata, Ma?muna, Fanta¡±, explica Mart¨ªnez
El papel del Gobierno
En 2013, el Gobierno senegal¨¦s adopt¨® una estrategia nacional para la protecci¨®n de los menores, aunque su aplicaci¨®n suscita dudas por parte de las asociaciones y ONG que trabajan en su protecci¨®n. Por otro lado, el pa¨ªs acumula una larga lista de tratados internacionales que ha ratificado, entre los que destacan la Convenci¨®n de los derechos del ni?o en 1990, la Convenci¨®n sobre la eliminaci¨®n de todas las formas de discriminaci¨®n contra las mujeres en 1985 y el Protocolo de Maputo en 2004. En teor¨ªa, los esfuerzos de la Administraci¨®n por combatir los abusos y garantizar los derechos son evidentes, aunque resultan insuficientes en la pr¨¢ctica.
Por este motivo, el informe de HRW interpela directamente al Ejecutivo para que adopte una pol¨ªtica nacional que luche contra la explotaci¨®n sexual en las escuelas. Tambi¨¦n recomienda implementar una formaci¨®n obligatoria dirigida a los profesores sobre la protecci¨®n y los derechos de los menores. Asimismo, apela a sindicatos y Gobierno a sumar fuerzas y establecer un c¨®digo de conducta para todo el personal educativo que refleje las obligaciones deontol¨®gicas y legales con los alumnos.
La violencia contra las mujeres es un problema de base, vivimos en una sociedad tremendamente patriarcal
Dior Fall Sow, presidenta de honor de la Asociaci¨®n de Juristas Senegalesas
La falta de responsabilidad del Estado fue una pieza central del debate sobre la violaci¨®n celebrado en el Mus¨¦e de la Femme, aunque tambi¨¦n lo fueron la cultura y la educaci¨®n. ¡°La violencia contra las mujeres es un problema de base, vivimos en una sociedad tremendamente patriarcal, el problema est¨¢ en las ideas y en los valores que se transmiten a las mujeres¡±, comenta Dior Fall Sow, presidenta de honor de la Asociaci¨®n de Juristas Senegalesas y primera mujer procuradora de la Rep¨²blica. ¡°Para combatir los abusos hace falta educaci¨®n¡±, a?ade la participante Mona Chasserio, presidenta y fundadora de La Maison Rose, un lugar de acogida para las mujeres y los menores v¨ªctimas de violencia sexual en Guediawaye, un barrio en la periferia de Dakar.
HRW denuncia la falta de informaci¨®n para los j¨®venes sobre salud sexual y reproductiva en las escuelas. Aunque el Gobierno de Senegal se ha comprometido en varias ocasiones a adoptar un programa de salud sexual y planificaci¨®n familiar, este no incluye a los adolescentes ni a los centros escolares debido a que impartir educaci¨®n sexual a los j¨®venes contradice los valores morales de la cultura senegalesa.
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