Senegal, ?pa¨ªs sin colores?
En pleno siglo XXI, el primer responsable del desarrollo de un pa¨ªs deber ser el propio pa¨ªs. Asumir esta idea permite a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo empoderarse, hacer propio su destino, y evita victimismos
Senegal es un pa¨ªs de gente grande y esbelta, bellas mujeres y hombres fuertes. Todos ellos est¨¢n siempre dispuestos a bromear y a hacerte participe de la diversi¨®n. Su hospitalidad es tan destacable y particular que hasta tiene nombre propio: la Teranga. La belleza de sus maravillosos paisajes de gigantescos ¨¢rboles baobabs es absolutamente estremecedora... Pero el pa¨ªs sufre de un raro problema: su cielo est¨¢ siempre cubierto de una pel¨ªcula de polvo marr¨®n. As¨ª, las ciudades de Senegal viven en una perenne nube de polvo que todo lo cubre de un color pardo y que eclipsa los bellos colores que emanan del pa¨ªs.
Un antiguo compa?ero y amigo que trabaj¨® conmigo en Am¨¦rica Latina ahora trabaja en Dakar. Durante mi visita a Senegal, me explica algunas dificultades a las que se enfrenta el pa¨ªs. "Aqu¨ª existe aun la poligamia". Comenta mi antiguo compa?ero que muchas mujeres, antes de casarse, aseguran que nunca aceptar¨ªan casarse con un marido pol¨ªgamo. Muchas, con el tiempo, se ven obligadas a aceptarlo, tienen hijos y dependen econ¨®micamente de sus c¨®nyuges.
El gobierno senegal¨¦s toma acciones para luchar contra este y otros problemas. Pero, de facto, en este pa¨ªs el poder pertenece a las cofrad¨ªas religiosas. Y los Califatos, sus m¨¢ximos dirigentes, imponen frecuentemente sus ideas. Esto, a veces, impide al pa¨ªs progresar. Un ejemplo es la situaci¨®n de los derechos de los homosexuales que se ha visto muy degradada durante los ¨²ltimos a?os.
Durante mi viaje visito la casa de los esclavos en la isla de Gore. All¨ª, los europeos somet¨ªan a los africanos a condiciones infrahumanas. Y esto con el fin de prepararles para el (no menos) inhumano viaje a Am¨¦rica. All¨ª los vend¨ªan como esclavos. Estudiando la historia del pa¨ªs aprendo c¨®mo desde Europa se trazaron las fronteras de los pa¨ªses de la regi¨®n. Para ello se separaron y se anexaron pueblos de manera artificial. No se pens¨® en las consecuencias de estos trazados para la poblaci¨®n.
Me pregunto si somos nosotros, los europeos, los responsables ¨²ltimos de los males de este pa¨ªs hermoso
Durante la II Guerra Mundial, varios pa¨ªses europeos reclutaron a miles de senegaleses a los que nunca se les recompens¨®, como se les hab¨ªa prometido, por su participaci¨®n en una guerra que les era ajena.
As¨ª, me pregunto si somos nosotros, los europeos, los responsables ¨²ltimos de los males de este pa¨ªs hermoso. Eso equivaldr¨ªa a afirmar que Europa debe considerar su ayuda al desarrollo como algo parecido a un justo castigo. Pero, ?debemos construir nuestra ayuda al desarrollo desde el sentimiento de culpa?
Y sigo meditando: ?O quiz¨¢s los culpables de las disfunciones senegalesas sean los dirigentes del pa¨ªs? ?O su poblaci¨®n? ?O acaso los responsables son sus cabecillas religiosos?
Un africano (heterosexual) increpaba a un europeo (homosexual): "Vosotros los europeos sois los culpables de la pobreza en la que vive mi pa¨ªs por los genocidios y el saqueo al que nos sometisteis al invadirnos". El segundo le responde: "Y vosotros los heterosexuales sois los culpables de las aniquilaciones y vejaciones a las que nos hab¨¦is sometido a los homosexuales a lo largo de toda la historia de la humanidad por el simple hecho de ser distintos de vosotros".
Lo que quiero decir es que hay situaciones en las que todos los actores involucrados son culpables. O ninguno. O simplemente determinar qui¨¦n es culpable o inocente es pr¨¢cticamente imposible y, sobre todo, in¨²til.
Todos deben contribuir al correcto desarrollo de los pa¨ªses que sufren ciertos retrasos. En el a?o 2005 visit¨¦ Berl¨ªn. Me impresion¨® que, por todos lados, hab¨ªa placas conmemorativas, monumentos recordatorios y llamadas a la memoria para recordar a los millones de jud¨ªos asesinados por los alemanes nazis. Creo que, en ese sentido, la alemana es una buena pr¨¢ctica. Facilita a su poblaci¨®n, primero, conocer su propia historia y evitar as¨ª repetir errores. Segundo, comprender por qu¨¦ deben contribuir al desarrollo de ciertos pueblos y pa¨ªses.
Pienso que los pa¨ªses ricos no deben hacer ayuda al desarrollo desde la culpa. Me pregunto hasta qu¨¦ punto un joven alem¨¢n puede ser culpado por los cr¨ªmenes cometidos por su tatarabuelo (el caso de Alemania es extrapolable al resto de pa¨ªses europeos). La culpa, adem¨¢s, lleva al resentimiento, al odio y finalmente al conflicto.
Es beneficioso pensar que, en pleno siglo XXI, el primer responsable del desarrollo de un pa¨ªs es el propio pa¨ªs. Esa idea hace a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo empoderarse de propio su destino y evita victimismos.
Durante su historia reciente, Senegal ha gozado de una importante solidez democr¨¢tica. La riqueza de su industria pesquera es innegable. Su clima, sus playas y sus antiguas ciudades coloniales le brindan un importante potencial tur¨ªstico. Es Senegal, en varios sentidos, la envidia de muchos pa¨ªses del continente. Con la ayuda de terceros pa¨ªses, deben los senegaleses seguir esforz¨¢ndose y pulir imperfecciones de su sistema. Seguro que as¨ª lograr¨¢ por fin Senegal brillar con todo su colorido esplendor.
Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. El art¨ªculo no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja.?
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