?Por qu¨¦ sufren las tortugas el ¡®mal del buceador¡¯?
Investigadores de la Fundaci¨®n Oceanogr¨¤fic descubren que el estr¨¦s al verse atrapadas en redes de pesca provoca la relajaci¨®n de un esf¨ªnter en la arteria pulmonar
Investigadores de la Fundaci¨®n Oceanogr¨¤fic han descubierto la causa del mal del buceador en las tortugas atrapadas en redes de pesca, un trabajo que han publicado en la revista Journal of Experimental Biology y que han elaborado a partir de estudios in vitro con tejidos de cinco tortugas.
Seg¨²n ha informado el Oceanogr¨¤fic en un comunicado, hasta hace menos de una d¨¦cada no hab¨ªa evidencias de que los animales que bucean pueden sufrir el s¨ªndrome de descompresi¨®n o enfermedad del buceador. Sin embargo, el descubrimiento en 2014 por parte de investigadores de la Fundaci¨®n Oceanogr¨¤fic de que muchas tortugas atrapadas en redes de pesca mueren por esta enfermedad ha abierto toda una nueva ¨¢rea de estudio, y ha alertado de que "podr¨ªan estar muriendo por la acci¨®n humana m¨¢s tortugas de lo que se cre¨ªa".
Ahora, los mismos autores describen en ese trabajo el mecanismo fisiol¨®gico que est¨¢ detr¨¢s de este fen¨®meno. Los investigadores explican c¨®mo estos animales evitan la descompresi¨®n en condiciones normales y por qu¨¦ puede fallar el sistema en situaciones de estr¨¦s, provocando el denominado mal del buceador.
El nuevo trabajo, liderado por el veterinario Daniel Garc¨ªa-P¨¢rraga, pone el foco en un esf¨ªnter espec¨ªfico situado en la arteria pulmonar de las tortugas marinas. Cuando estos animales bucean normalmente este esf¨ªnter cierra el acceso de la sangre a los pulmones, mientras que en situaciones de estr¨¦s, por ejemplo, cuando quedan atrapados en las redes, ocurre lo contrario: el esf¨ªnter se relaja y la sangre llega a los pulmones.
El acceso de la sangre a los pulmones durante la inmersi¨®n es lo que pone a la tortuga en riesgo de padecer el s¨ªndrome de descompresi¨®n. Cuando un buceador humano se sumerge, el nitr¨®geno pasa de los pulmones al torrente sangu¨ªneo y a los tejidos. Durante su regreso a la superficie, deber¨¢ hacer paradas a distintas profundidades para dar tiempo a que el gas regrese a los pulmones para ser expulsado puesto que, de lo contrario, el nitr¨®geno disuelto en sangre puede formar las burbujas que dan lugar al?mal del buceador.
Las tortugas marinas no hacen paradas al subir, sino que cierran su esf¨ªnter en la arteria pulmonar desde el inicio de la inmersi¨®n, evitando as¨ª en todo momento que el nitr¨®geno llegue a la sangre."Nuestro trabajo demuestra que cuando la tortuga bucea normalmente su sistema circulatorio funciona de manera diferente de cuando est¨¢ estresada", explica Garc¨ªa-P¨¢rraga.
"Cuando la tortuga bucea tranquila aguanta bien, porque tiene la capacidad de que la sangre no pase por el pulm¨®n -o que pase muy poca-, pero cuando se queda enmallada y libera adrenalina, el esf¨ªnter se relaja", ha descrito.
Se trata de una primera demostraci¨®n hecha in vitro, no con animales vivos. Los investigadores recurrieron a tejidos de cinco tortugas que ya ten¨ªan heridas letales, y los expusieron a los neurotransmisores que se emplean habitualmente para estudiar fisiolog¨ªa de los vasos sangu¨ªneos y del m¨²sculo liso respiratorio.?
Los animales secretan o no estos compuestos en funci¨®n del grado de estr¨¦s que sufren, as¨ª que variando sus concentraciones los investigadores pudieron simular situaciones de buceo "normal" y de estr¨¦s, y comparar ambas.
"Este trabajo propone un mecanismo que permite a las tortugas restringir el flujo sangu¨ªneo a trav¨¦s de los pulmones y limitar el intercambio de gases durante el buceo, para reducir el riesgo de embolia gaseosa", especifican en el trabajo. Dado que en situaciones de estr¨¦s el esf¨ªnter se relaja, "este mecanismo se vuelve una desventaja, y aumenta el riesgo de enfermedad descompresiva cuando la tortuga queda atrapada en las redes".
El hallazgo de que las tortugas pueden en efecto sufrir el s¨ªndrome de descompresi¨®n es el logro que precede al trabajo que ahora se publica, y supuso en su d¨ªa un importante cambio de paradigma.
"Antes se daba por hecho que las tortugas marinas, como otros animales buceadores, habr¨ªan desarrollado mecanismos de adaptaci¨®n a los cambios de presi¨®n, y que por tanto no sufr¨ªan la descompresi¨®n", explica Garc¨ªa-P¨¢rraga. Pero en 2014 este grupo postul¨® que los animales sufr¨ªan la enfermedad descompresiva al observar que algunas tortugas que hab¨ªan quedado atrapadas en redes de pesca y que, en apariencia, estaban sanas, mor¨ªan a los pocos d¨ªas.
El hecho de que los animales se curaran tras pasar unas horas en una c¨¢mara hiperb¨¢rica, igual que se hace con los buceadores humanos, les dio la raz¨®n.
Este hallazgo tuvo un gran impacto en la comunidad cient¨ªfica y tambi¨¦n en la conservaci¨®n, ya que implica que muchas de las tortugas capturadas en las redes, y devueltas al mar, podr¨ªan morir poco despu¨¦s. El impacto real de la pesca sobre las tortugas puede ser mayor de lo estimado hasta ahora.
En la actualidad llegan cada a?o al Oceanogr¨¤fic casi un centenar de tortugas marinas, principalmente tortuga boba o Caretta caretta, que han sido capturadas accidentalmente o aparecen enfermas en la costa. Los pescadores ya conocen el problema y la soluci¨®n y no las devuelven inmediatamente al mar, sino que facilitan el que puedan ser descomprimidas en la c¨¢mara hiperb¨¢rica de la Fundaci¨®n Oceanogr¨¤fic antes de regresar a aguas abiertas.
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