Los kawahivas son un estorbo para Bolsonaro
Tribus enteras est¨¢n siendo atacadas y exterminadas para robar sus tierras y sus recursos en Brasil
La ONU define el genocidio como ¡°cualquiera de los actos perpetrados con la intenci¨®n de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, ¨¦tnico, racial o religioso¡±. Pero la clasificaci¨®n de tales cr¨ªmenes como genocidio o no, es en parte cuesti¨®n del n¨²mero de v¨ªctimas. Mientras que los genocidios de Ruanda o Bosnia recibieron atenci¨®n global, much¨ªsimos otros se producen fuera del campo visual de la opini¨®n p¨²blica. Estos segundos no son ni investigados ni reconocidos porque implican a pueblos de unos cuantos centenares, o incluso unas pocas docenas de personas.
A pesar de que el convenio sobre el genocidio de la Organizaci¨®n Naciones Unidas (ONU) entrara en vigor hace 70 a?os, tribus enteras siguen siendo atacadas y exterminadas por la sociedad dominante con el fin de robarles sus tierras y sus recursos. En estos momentos, en las profundidades de la selva amaz¨®nica, uno de estos pueblos est¨¢ huyendo. Se trata de los kawahivas, una peque?a tribu aislada de unas pocas docenas de miembros, supervivientes de oleadas de ataques violentos que los han llevado al borde de la extinci¨®n. No sabemos casi nada de ellos, salvo que huyen de las sierras mec¨¢nicas y del genocidio en una regi¨®n de la Amazonia que tiene la mayor tasa de deforestaci¨®n ilegal del pa¨ªs. El territorio de los kawahivas se halla cerca de la ciudad de Colniza, una de las zonas m¨¢s violentas de Brasil, donde el 90 % de la renta viene de la tala ilegal para la industria maderera. A menos que las autoridades brasile?as act¨²en de inmediato, el genocidio de los kawahivas se cumplir¨¢ dentro de poco.
A menudo, las peque?as tribus como los kawahivas son vistas como un obst¨¢culo al avance de la agroindustria, las industrias extractivas, las carreteras y las presas. La Amazonia brasile?a es el hogar de alrededor de 100 tribus aisladas, que constituyen la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n no contactada del mundo. Son los pueblos m¨¢s vulnerables de nuestro planeta.
A medida que se invade y se destruye la selva en nombre del progreso econ¨®mico y del lucro personal, estos pueblos son atacados y liquidados por el simple hecho que forasteros codiciosos saben que pueden hasta matar con impunidad. Estos son genocidios silenciosos e invisibles, de los que apenas existen testigos. A menudo, la noticia solo sale a la luz meses o a?os m¨¢s tarde. Es probable que jam¨¢s lleguemos a conocer el n¨²mero real de pueblos ind¨ªgenas no contactados que han sido eliminados por ser ind¨ªgenas, por ser un ¡°estorbo¡±.
Esta mentalidad se remonta al Lejano Oeste de los siglos XVIII y XIX, cuando los pueblos nativos de los Estados Unidos fueron aniquilados por los colonos, muchos de los cuales consideraban que ¡°el ¨²nico indio bueno es el indio muerto¡±. Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, tambi¨¦n piensa esto. Ha declarado que ¡°es una verg¨¹enza que la caballer¨ªa brasile?a no fuera tan eficaz como los estadounidenses, que exterminaron a sus indios¡±.
Sus palabras de odio a?aden combustible a una situaci¨®n ya incendiaria: en los ¨²ltimos meses los que quieren apropiarse de tierras ind¨ªgenas han sido alentados y han proliferado los ataques a comunidades ind¨ªgenas. Bolsonaro ha propuesto sacar a la FUNAI, el Departamento de Asuntos Ind¨ªgenas responsable de los pueblos ind¨ªgenas no contactados, del Ministerio de Justicia para ubicarla en el nuevo Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos. Esto sin duda reducir¨¢ la eficacia e influencia de la FUNAI. Es m¨¢s, ha nombrado como nueva ministra a Damares Alves, una predicadora evang¨¦lica y asistente parlamentaria. Junto con otras personas, ella fund¨® Atini, un grupo que se dedica a evangelizar en las comunidades ind¨ªgenas que est¨¢ siendo investigado por la fiscal¨ªa por incitaci¨®n al odio racial en contra de los pueblos ind¨ªgenas.
Bolsonaro ha prometido que bajo su presidencia no se proteger¨¢ ¡°ni un mil¨ªmetro¡± m¨¢s de tierras ind¨ªgenas. Sonia Guajajara, mujer ind¨ªgena que integr¨® la candidatura de otro aspirante a la presidencia en 2018, declar¨® durante la campa?a: ¡°En Brasil, hay una decisi¨®n pol¨ªtica de no demarcar territorios y, cuando se niega [la demarcaci¨®n] se condena una poblaci¨®n entera al exterminio¡±.
Pero las cosas no tienen que ser as¨ª. Survival International fue fundada hace 50 a?os, tras la publicaci¨®n del art¨ªculo ¡°Genocidio¡±, de Norman Lewis, en el Sunday Times [diario brit¨¢nico] en 1969, que revel¨® las atrocidades que sufrieron muchos pueblos ind¨ªgenas en Brasil el siglo pasado. Los 50 a?os de nuestras campa?as exitosas demuestran la fuerza e influencia de la sensibilizaci¨®n y la movilizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica contra los gobiernos y las empresas que no respetan los derechos de los pueblos ind¨ªgenas. Ahora m¨¢s que nunca hemos de movilizar nuestra fuerza colectiva para denunciar y poner fin a estos genocidios escondidos. Si no lo hacemos y estos pueblos son aniquilados, ser¨¢ para nuestra verg¨¹enza eterna. No solo habremos perdido a una parte vibrante y rica de la diversidad humana, sino tambi¨¦n nuestra propia humanidad.
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