Triple esclavitud en Hungr¨ªa
La Hungr¨ªa de V¨ªktor Orb¨¢n cumple ya la mitad de los seis principales rasgos del nazismo
La Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n ¡ªun socio cardinal del PP europeo¡ª cumple ya la mitad de los seis principales rasgos del nazismo: limpieza ¨¦tnica aderezada de antisemitismo, destrucci¨®n de la separaci¨®n de poderes, creciente restricci¨®n de derechos pol¨ªticos y sociales.
Para completar el carnet de los camisas pardas solo le quedar¨ªa rellenar otros tres: abrogar el Parlamento, corporativizar la econom¨ªa y practicar el asesinato masivo y la guerra. As¨ª que Orb¨¢n es un seminazi.
No da puntada sin hilo. Inici¨® la limpieza ¨¦tnica persiguiendo a la minor¨ªa gitana. La prosigui¨® expulsando a golpes a los refugiados sirios, en 2015. La perfeccion¨® el pasado verano con el antisemitismo del paquete legislativo ¡°Stop Soros¡± (?se llama oficialmente as¨ª!), que permite encarcelar a quien ayude a los inmigrantes sin papeles a solicitar asilo. Tambi¨¦n impuso un impuesto del 25% a la ¡°promoci¨®n de la inmigraci¨®n¡±. Y la culmin¨® forzando el exilio, a Viena, de la Universidad patrocinada por el financiero-fil¨¢ntropo jud¨ªo.
La base econ¨®mica de su xenofobia es de frenop¨¢tico: expulsa extranjeros, pero mantiene un nivel de paro residual (3,7% de los activos) gracias a la ayuda exterior ¡ªlos fondos de la UE¡ª y a la promoci¨®n de la emigraci¨®n. Todos se largan de ah¨ª.
La destrucci¨®n del poder judicial independiente empez¨® con la ley que prejubil¨® a los magistrados del Tribunal Supremo, en su mayor¨ªa discrepantes. Y sigue ahora con la creaci¨®n de un sistema judicial paralelo: abordar¨¢ asuntos como la legislaci¨®n electoral, la corrupci¨®n, el asilo, la propiedad de peri¨®dicos, la adjudicaci¨®n de obra p¨²blica... y no estar¨¢ sometido ni siquiera al nuevo Supremo adicto, sino directamente al Gobierno.
La tripleta se completa con la ley de esclavitud laboral, que permite ampliar a 400 las horas extras anuales exigibles por el empresario (hoy, 250), y pagarlas al cabo de tres a?os. Sin mediaci¨®n sindical ni judicial, ni del convenio. Sin derechos sociales.
Esta nueva esclavitud ha despertado una protesta sin parang¨®n en las calles de Budapest. Es transversal, y a¨²na hasta a los gitanos y a sus enemigos de la exultraderecha (Jobbik). Esta uni¨®n es el gran peligro para Orb¨¢n. Pues aunque detenta dos tercios de la C¨¢mara, solo ostenta una exigua mitad del voto popular. Cualquier erosi¨®n de este le pondr¨ªa en la picota. Y le amenazar¨ªa mucho m¨¢s si no contase con el sorprendente apoyo de Pablo Casado y otros liberales del PP europeo.
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