Calor de invierno
Mientras para muchos animales llega el momento de migrar o hibernar, para los osos polares el invierno es tiempo de disfrutar. Cazados en un cari?oso abrazo (o, al menos, eso parece), esta pareja representa el vivo ejemplo de c¨®mo la nieve puede ofrecer el mejor escenario para una pintoresca sesi¨®n de juegos e intercambio de afectos. Al acumular grasa durante el verano, estos habitantes de las tierras del norte son capaces de sobrevivir a la m¨¢s inclemente de las estaciones. A diferencia de otros osos, adem¨¢s, no tienen la necesidad de resguardarse durante semanas. La excepci¨®n son las hembras pre?adas, que dan a luz a sus cr¨ªas durante este periodo en refugios que ellas mismas excavan en el hielo.
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