Educar en la era digital o c¨®mo aprovechar el lado luminoso del presunto enemigo
Quienes educamos en el siglo XXI, enfrentamos retos que no exist¨ªan antes, por lo que no hay un hist¨®rico, ni referentes que nos marquen el camino a seguir
Es tiempo de regalos, especialmente para nuestros ni?os y ni?as. Seg¨²n Amazon, los dispositivos electr¨®nicos tuvieron esta pasada Navidad, el principal protagonismo. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica explica que, en Espa?a, el 45,2% de los ni?os y ni?as de 11 a?os ya dispone de tel¨¦fono m¨®vil y el 92,4 % de esa edad ya navega por Internet. Pero no hace falta consultar los datos, esta es una realidad que no se le escapa a nadie.
Quienes educamos en el siglo XXI, enfrentamos retos que no exist¨ªan antes, por lo que no hay un hist¨®rico, ni referentes que nos marquen el camino a seguir. Nos movemos a golpe de intuici¨®n, dando palos de ciego entre lo que creemos, leemos y nos dicen, siendo nosotros mismos, muchas veces tambi¨¦n presas f¨¢ciles de las nuevas tecnolog¨ªas.
Podemos encontrar voces presuntamente expertas, que abogan por una especie de regreso a la era del ¨¢baco, recomendando exiliar de la vida de nuestros hijos cualquier dispositivo digital al mismo tiempo que otras voces, tan expertas como las anteriores, plantean que todo el monte es or¨¦gano y que, dado que son nativos digitales, no debemos poner puertas al campo.
Un estudio llevado a cabo por la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en 2009 (es decir, que tiene ya 10 a?os) se?al¨® que ya en aquel momento la exposici¨®n a nuevas tecnolog¨ªas era de 45 horas por semana: televisi¨®n, videojuegos, m¨®viles, etc.¡). No es dif¨ªcil intuir que en 10 a?os se hayan incrementado considerablemente las horas de exposici¨®n y uso de ¡°pantallas¡±, hasta el punto de que ya hablamos de Adicci¨®n a Nuevas Tecnolog¨ªas, aparecen t¨¦rminos como nomofobia para definir por ejemplo la adicci¨®n al m¨®vil, ciberbullying (acoso a trav¨¦s del m¨®vil y la red), phubbing ( sentirte ignorado por pareja, familia o amigos porque est¨¢n absortos en sus m¨®viles, o fomo (miedo a perderse algo en las redes sociales o a quedar excluido de un evento).
La pregunta que surge es si realmente estamos ante una pandemia a escala planetaria o por el contrario solamente es el natural y repetitivo miedo que la humanidad ha sentido ante el avance tecnol¨®gico. En todo caso y con la informaci¨®n disponible no queda m¨¢s alternativa que gestionarlo con nuestros hijos y con nosotros mismos. Ignorar una realidad no la hace desaparecer y muy al contrario, suele terminar haci¨¦ndose m¨¢s lesiva. Gestionar es la palabra, tirar del sentido com¨²n, tender al equilibrio y aprovechar el lado luminoso del presunto enemigo.
Es cierto, nuestros hijos son nativos digitales, pero nosotros no. Por ello, no disponemos de br¨²jula que nos gu¨ªe por un territorio del que a¨²n no hay mapa, y nuestros hijos por su parte, no disponen de herramientas que les apoyen a hacer una gesti¨®n equilibrada de los recursos tecnol¨®gicos disponibles en la era que les ha tocado vivir.
La pregunta que surge es si realmente estamos ante una pandemia a escala planetaria o por el contrario solamente es el natural y repetitivo miedo que la humanidad ha sentido ante el avance tecnol¨®gico
Algunos de los indicadores de que nuestros ni?os y j¨®venes est¨¢n haciendo un uso t¨®xico o adictivo los marca la Asociaci¨®n Americana de Psiquiatr¨ªa:
- Privarse de sue?o (<5 horas) para estar conectado a la red, a la que se dedica tiempos de conexi¨®n anormalmente altos.
- Descuidar otras actividades importantes como el contacto y el compartir con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud.
- Recibir quejas en relaci¨®n con el uso de la red de alguien cercano, como los padres o los hermanos, sin prestarles atenci¨®n o negando el uso desmedido.
- Pensar en la red constantemente, incluso cuando no se est¨¢ conectado a ella y sentirse irritado excesivamente cuando la conexi¨®n falla o resulta muy lenta. e. Intentar limitar el tiempo de conexi¨®n, pero sin conseguirlo, y perder la noci¨®n del tiempo.
- Mentir sobre el tiempo real que se est¨¢ conectado o manejando un videojuego.
- Aislarse socialmente, mostrarse irritable y bajar el rendimiento escolar o laboral.
- Sentir euforia y activaci¨®n an¨®malas cuando se est¨¢ delante de la computadora. De este modo, conectarse al ordenador al llegar a casa, o al levantarse y ser lo ¨²ltimo que se hace antes de acostarse, as¨ª como reducir el tiempo de las tareas cotidianas tales como comer, dormir, estudiar o charlar con la familia, configuran el perfil de un adicto a Internet.
Para la gesti¨®n equilibrada de las nuevas tecnolog¨ªas y la prevenci¨®n de comportamientos adictivos, sugerimos:
- Informar a nuestros hijos acerca de los riesgos que supone la exposici¨®n ilimitada a pantallas en un cerebro en desarrollo, usando un lenguaje adaptado a cada edad.
- Con esa informaci¨®n comprendida, negociar el tiempo (diario, semanal¡ ) que nos parece (a todos) adecuado.
- Es imprescindible que asuman el compromiso de lo pactado ya que es mucho m¨¢s importante educar en el valor ¨¦tico del compromiso que un exceso de horas de pantalla.
- Dado que el tiempo ha sido pactado y tenemos su compromiso de que sea respetado, no estaremos vigilando si lo cumplen o no: ellos trabajan un valor y nosotros otro: la confianza.
- Si inicialmente no lo logran, pero hacen avances, reforzaremos estos nuevos intentos de autorregulaci¨®n y de respeto a la palabra dada,
- Coherencia por nuestra parte: no abriremos la posibilidad de usar pantallas cuando nos viene bien a nosotros fuera del tiempo pactado.
- No uses las ¡°pantallas¡± como refuerzo ni como castigo. Les est¨¢n dando una categor¨ªa de ¡°valor deseable¡± lo que las hace m¨¢s atractivas.
- No demonices a la herramienta: depende de su uso que sea ¨²til o t¨®xico; por ejemplo, muchos ni?os tienen muy desarrollada la inteligencia viso espacial o su estilo de aprendizaje es visual. La pantalla puede ser un veh¨ªculo perfecto para el aprendizaje en este tipo de ni?os.
- Es importante seleccionar el tipo de juego, adecuado a la edad y que aporte alg¨²n tipo de enriquecimiento. Sobra decir que los juegos violentos o con contenido no sincronizado con la edad del ni?o est¨¢n fuera de la ecuaci¨®n.
- Incorporar su uso como una herramienta m¨¢s de aprendizaje, tambi¨¦n acad¨¦mico: para hacer presentaciones, investigar¡).
- El ni?o o ni?a no debe estar en una habitaci¨®n de la casa sin la supervisi¨®n de un adulto, siempre es mejor que est¨¦ donde se encuentre alguno de los padres.
- Juega con ¨¦l. M¨¦tete en su mundo, conoce a tu hijo a trav¨¦s de lo que le gusta y ¨²salo como una estrategia m¨¢s de vinculaci¨®n y disfrute. Desde ese lugar, podr¨¢s proponer juegos o actividades diferentes y tienes m¨¢s posibilidades de ser escuchado y seguido en tu propuesta.
- Establece filtros y controles parentales. Los psic¨®logos estamos viendo muchos padres alarmados porque sus hijos han tenido acceso a la pornograf¨ªa antes de los 8 a?os.
- ?Respeta la edad marcada para cada red social. Si no tiene la edad, no la tiene. Toca esperar.
- ?Estar muy atentos a con quien se relacionan de manera virtual. Si has establecido una relaci¨®n de confianza donde no eres percibido como el esp¨ªa y tu hijo siente que juegas en su mismo equipo, es altamente probable que te lo cuenten.
- ?Dedica tiempo a tu hijo, ll¨¦valo contigo a las tareas cotidianas, incl¨²yelo en la medida de lo posible en las conversaciones, proponle actividades alternativas que impliquen tu presencia: ir a la compra, cocinar, jugar a un juego de mesa¡
- ?No tengas la televisi¨®n encendida en la casa como si fuera la nevera. Se encender¨¢ para su uso concreto en momentos determinados, no como ruido de fondo. Selecciona contenidos que pod¨¢is compartir y aprovecha para hablarles sobre la publicidad y sus mentiras y prop¨®sitos manipuladores.
- ?Potencia las relaciones sociales reales: estimula que vengan ni?os a casa, que tus hijos queden con otros ni?os, etc.¡
- ?Obviamente, nada de esto tiene ning¨²n efecto si vives mirando tu propio m¨®vil.
El lado oscuro del abuso de las nuevas tecnolog¨ªas implica entre otras limitaciones:
- ?Un d¨¦ficit de habilidades sociales.
- ?Aislamiento
- ?Distorsiones cognitivas
- ?Sobrecarga sensorial o hiperestimulaci¨®n.
- ?Desequilibrio entre los diferentes aspectos del desarrollo evolutivo.
- ?Inhibici¨®n social.
- ?Pobre tolerancia a la frustraci¨®n y al autocontrol.
Pero, tambi¨¦n tiene un lado luminoso cuando son utilizadas con sentido com¨²n y equilibrio:
- ?Potencian el aprendizaje y pueden hacerlo m¨¢s atractivo.
- ?Es otro veh¨ªculo m¨¢s de comunicaci¨®n.
- ?Las posibilidades de investigar y aprender acerca de algo son ilimitadas.
- ?Estimula la habilidad para la toma de decisiones y resoluci¨®n de problemas.
- ?Aumenta la creatividad en algunas ¨¢reas.
- ?Existen programas espec¨ªficos para el desarrollo de la memoria, el c¨¢lculo mental, la atenci¨®n, etc.
- ?Es una herramienta que los padres pueden usar de forma selectiva, decidiendo a qu¨¦ contenidos exponer a sus hijos y a cu¨¢les no.
- ?Las pedagog¨ªas m¨¢s vanguardistas, tales como el aprendizaje inductivo o el flipped classroom, incorporan a las nuevas tecnolog¨ªas como herramientas indispensables. Y es ah¨ª hacia donde todo apunta que se dirige el futuro de nuestros hijos.
*Olga Carmona es psic¨®loga cl¨ªnica y experta en psicoterapia breve y en psicopatolog¨ªa de la infancia y la adolescencia
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