Hablar del futuro
El ciclo electoral que viene debe servir para abordar problemas de la gente
Durante el a?o que comienza se renovar¨¢n los Ayuntamientos, la mayor parte de los Parlamentos auton¨®micos y el grupo de electos espa?oles en la Euroc¨¢mara. Adem¨¢s, el presidente del Gobierno podr¨ªa verse obligado a disolver las Cortes y convocar elecciones generales anticipadas. Pocas veces se ha producido una circunstancia en la que, como ocurrir¨¢ el pr¨®ximo mes de mayo, los ciudadanos decidir¨¢n la composici¨®n de todas o casi todas las instancias de poder establecidas por la Constituci¨®n de 1978. Los riesgos de que aumente la fragmentaci¨®n y la radicalizaci¨®n pol¨ªtica existen, como ha quedado patente en Andaluc¨ªa. Pero si ambos fen¨®menos se producen no ser¨¢ por ninguna fatalidad, sino por decisiones conscientes detr¨¢s de las que existen responsabilidades. El malestar de los ciudadanos puede explicar el voto a opciones pol¨ªticas que rechazan principios constitucionales, no justificarlo, como hacen impl¨ªcitamente los partidos al radicalizar por razones electoralistas sus programas. De igual manera, la necesidad de conformar mayor¨ªas para evitar la par¨¢lisis institucional puede exigir que las fuerzas pol¨ªticas alcancen acuerdos con cualquier electo, pero no en torno a cualquier programa. Sostener que el pacto con los partidos de un extremo es correcto e incorrecto con los del otro es solo una prueba de que la virtud democr¨¢tica se quiere convertir en otro disfraz del ventajismo.
Editoriales anteriores
La acci¨®n pol¨ªtica en Espa?a lleva demasiado tiempo secuestrada por el problema territorial, impidiendo que se completen los acuerdos imprescindibles para abordar otras realidades que exigen urgente respuesta. La fractura pol¨ªtica que el independentismo ha provocado en su propia comunidad se est¨¢ proyectando sobre el resto de Espa?a, debido, entre otras razones, a las deliberadas distorsiones en el funcionamiento de los respectivos Parlamentos. En el caso de Catalu?a, la responsabilidad recae tanto sobre los propios independentistas, que desde la Mesa controlan la actividad de la C¨¢mara hasta el extremo de abrirla y cerrarla a su antojo, como sobre el principal grupo de la oposici¨®n. La estrategia de Ciudadanos en Catalu?a se resume en pedir cuentas al Ejecutivo central de las salidas de tono del aut¨®nomo, anulando el contrapoder que deber¨ªa encarnar el Parlament. Si la menci¨®n a la v¨ªa eslovena por parte del presidente de la Generalitat fue tan grave como para que Ciudadanos presentase una querella en los juzgados, con m¨¢s raz¨®n lo era para presentar una moci¨®n de censura en la C¨¢mara auton¨®mica donde es el grupo mayoritario.
Por lo que respecta al Parlamento central, los partidos que controlan la Mesa han mantenido frente al Gobierno un comportamiento semejante al de los independentistas, en el sentido de que la han convertido en un ¨®rgano al servicio de sus propios fines. Impedir mediante el filibusterismo la discusi¨®n de los Presupuestos Generales del Estado puede acabar provocando el adelanto electoral, seg¨²n es su prop¨®sito, pero al precio de postergar la atenci¨®n a problemas que llevan demasiado tiempo a la espera de soluci¨®n. Entre ellos, los de los j¨®venes para los que el empleo es casi un sue?o inalcanzable, v¨ªctimas silenciosas de un reparto radicalmente injusto de las cargas de la crisis. El drama que padecen quienes est¨¢n perseverando en el esfuerzo para formarse aun sabiendo que en su pa¨ªs no se les conceder¨¢ siquiera la ocasi¨®n de desarrollar lo aprendido no puede permanecer al margen de las instituciones, paralizadas por las especulaciones en torno al porvenir de unas u otras naciones y por juegos electorales que sacrifican lo irrenunciable a lo que conviene. Hablar del futuro de un pa¨ªs es una abstracci¨®n ret¨®rica cuando no equivale a hablar de la situaci¨®n que padecen sus j¨®venes. El ciclo electoral que se abre es el momento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.