Audrey Azoulay: ¡°Una empresa no es la misma si hay mujeres tomando decisiones¡±
La exministra de Cultura de Francia ha cumplido un a?o al frente de la Unesco. El reciente portazo de Estados Unidos e Israel a la instituci¨®n que vela por la cultura, la educaci¨®n y la ciencia en el seno de Naciones Unidas fue un duro rev¨¦s. Pero la alfabetizaci¨®n femenina en el ¨¢mbito global, la protecci¨®n del patrimonio art¨ªstico, la bio¨¦tica y la inteligencia artificial no pueden esperar
RETRATAR a Audrey Azoulay (Par¨ªs, 1972) como una mujer irremediablemente guapa, elegante y refinada, adem¨¢s de cautivadora en el t¨² a t¨², supondr¨ªa, con toda probabilidad, incurrir en el estigma machista que esta francesa hija de jud¨ªos marroqu¨ªes (su padre, el banquero Andr¨¦ Azoulay, fue consejero del rey Hassan II) quiere combatir desde su puesto de directora general de la Unesco. As¨ª que no lo haremos. Azoulay cumpli¨® en noviembre un a?o al frente del organismo de Naciones Unidas que vela por la educaci¨®n, la cultura y la ciencia. Objetivos prioritarios: poner en pie iniciativas educativas de nuevo cu?o para alfabetizar a ni?as y mujeres; utilizar la diplomacia cultural y la defensa del patrimonio como arma de paz; y sentar las bases de un arsenal ¨¦tico para controlar los posibles excesos de la inteligencia artificial y los avances cient¨ªficos. Exministra de Cultura en el Gobierno del presidente Fran?ois Hollande, su pedigr¨ª no admite dudas: es diplomada por la muy prestigiosa y muy elitista Escuela Nacional de la Administraci¨®n francesa (ENA), por el Instituto de Estudios Pol¨ªticos de Par¨ªs y por la Universidad de Lancaster en Reino Unido (Administraci¨®n de Empresas). Nada m¨¢s sentarse en su despacho de la sede de la Unesco en Par¨ªs, en noviembre de 2017, Estados Unidos e Israel anunciaron que se iban de la instituci¨®n ¡°por demasiado politizada y antiisrael¨ª¡±. Azoulay inicia ma?ana una visita a Espa?a, entre otras cosas para dar carta de naturaleza a la declaraci¨®n del yacimiento cordob¨¦s de Medina Azahara como patrimonio de la humanidad.
De ministra de Cultura de Francia a directora general de la Unesco¡ ?Son planetas distintos o no tanto? Entre los dos puestos hay m¨¢s continuidad de lo que pudiera parecer, porque la Unesco es una casa donde se respira cierta concepci¨®n de la cultura muy ligada a la educaci¨®n, y mi concepto del Ministerio de Cultura era precisamente ese. Adem¨¢s, siendo ministra ya tuve que trabajar muy intensamente en colaboraci¨®n con la Unesco, sobre todo en lo relativo a la diversidad cultural.
Como m¨¢xima responsable de este organismo, ?aplica usted el principio de excepci¨®n cultural de la misma forma en que lo hac¨ªa como ministra de Francia? Depende de qu¨¦ se considere como excepci¨®n cultural. Pero si hablamos de la idea de defender que la cultura no es una mercanc¨ªa, desde luego que s¨ª. La especificidad cultural m¨¢s all¨¢ de lo comercial. Eso lo promovemos a trav¨¦s de nuestros textos legales, nuestras convenciones¡ Ahora mismo, por ejemplo, estamos centrados en el tema de la remuneraci¨®n de los autores en el ¨¢mbito digital, un debate que tiene lugar actualmente en el Parlamento Europeo y que es un asunto muy, muy dif¨ªcil.
Pero esa defensa apasionada de lo cultural no parece compartida por otros socios europeos¡ La cultura suele quedar muy bien para la foto, pero a la hora de repartir presupuestos suele ser el patito feo. Totalmente de acuerdo. Uno de nuestros objetivos es precisamente demostrar todo lo que puede aportar la cultura en los desaf¨ªos pol¨ªticos a los que nos enfrentamos hoy, en la reconciliaci¨®n despu¨¦s de conflictos, por ejemplo, o en la recuperaci¨®n del patrimonio, o en el empleo juvenil a trav¨¦s de las industrias culturales. Est¨¢ claro que estos temas no pueden ser algo marginal.
¡°En educaci¨®n hay una gran infrainversi¨®n globalmente. Faltan 40.000 millones de d¨®lares [unos 35.200 millones de euros] por a?o en el mundo¡±
Todo es pol¨ªtica, la cultura y la educaci¨®n tambi¨¦n. Imagino que hay importantes presiones y luchas en el seno de la Unesco. Las luchas pol¨ªticas han adquirido demasiado protagonismo. A veces enrarecen el debate. Mi misi¨®n es establecer coaliciones, llegar a los consensos necesarios para poner en marcha los proyectos. No siempre es f¨¢cil. Por ejemplo, en Mosul, en Irak, pusimos en marcha una iniciativa para la que casi no ten¨ªamos dinero, y tuvimos que explicar intensivamente por qu¨¦ merec¨ªa la pena trabajar sobre la educaci¨®n y la cultura en ese lugar y en ese momento concreto. Logramos que un n¨²mero suficiente de Estados nos apoyara, logramos reunir m¨¢s de 100 millones de euros, y la Uni¨®n Europea dar¨¢ otros 20 para actuaciones en Mosul y Basora. Se pueden conseguir grandes cosas.
Su designaci¨®n como directora general no fue sencilla. Hab¨ªa hasta cinco candidaturas de pa¨ªses ¨¢rabes. Consideraban que ya hab¨ªa llegado la hora de que uno de los suyos dirigiera la Unesco. ?C¨®mo es hoy la relaci¨®n con ellos? El periodo electoral fue bastante tenso, pero las relaciones son hoy excelentes. Para proyectos como el de Mosul tuvimos todo el apoyo de los pa¨ªses ¨¢rabes.
Pero ?usted qu¨¦ opina? ?No ha llegado el momento de una direcci¨®n ¨¢rabe o africana en la Unesco? ?O latino?americana? ?El tiempo, quiz¨¢, de desoccidentalizar la instituci¨®n? La cuesti¨®n ya se plante¨®, en efecto, en las pasadas elecciones. Pero hab¨ªa cinco candidaturas ¨¢rabes. ?Cu¨¢l ten¨ªa que ser? El problema para el mundo ¨¢rabe, en esta ocasi¨®n, es que estaba muy dividido. No hay reglas al respecto, ning¨²n pa¨ªs, ¨¢rabe o no, tiene prioridad para dirigir la Unesco. Lo importante es tener buenas ideas y buenos proyectos, esa es la ¨²nica regla.
S¨ª, pero ?se creen de verdad la Unesco sus Estados miembros? En la acci¨®n pr¨¢ctica y no en lo simb¨®lico, quiero decir¡ Hay de todo, cada pa¨ªs es diferente. Hay problemas, claro. Por ejemplo, nosotros creemos que globalmente hay una infrainversi¨®n en el tema educativo que resulta sorprendente. Estimamos que faltan 40.000 millones de d¨®lares [unos 35.200 millones de euros] por a?o en el mundo. Y otra cosa: aparte de lo que cada Estado quiera invertir por su cuenta en pol¨ªticas educativas y culturales, est¨¢ el problema de lo que cada uno est¨¢ dispuesto a hacer en ese campo de manera coordinada en el seno de la Unesco. Hay pa¨ªses dispuestos a hacer mucho por su propia educaci¨®n y su cultura, pero no de forma coordinada. Ese es un combate de todos los d¨ªas.
?Un combate similar al que tiene que librar la Uni¨®n Europea con sus pa¨ªses miembros, quiz¨¢? Pero ah¨ª los problemas vienen de que, seg¨²n algunos, la Uni¨®n Europea supone una p¨¦rdida de soberan¨ªa nacional. Y eso no se da en el caso del trabajo con la Unesco¡
?C¨®mo se lleva la instituci¨®n con pa¨ªses de corte populista o ultranacionalista como la Italia de Salvini, la Hungr¨ªa de Orb¨¢n, la Rusia de Putin¡ y ahora el Brasil de Bolsonaro, poco c¨®modos con el multilateralismo? Con esos pa¨ªses tenemos, por ahora, excelentes relaciones. Ya veremos. Nosotros trabajamos con todo tipo de reg¨ªmenes pol¨ªticos, no solo con democracias. Se trata de llevarles hacia algo, hacia una agenda com¨²n, hacia intereses generales. La Unesco es lo suficientemente fuerte como para no deformarse por el hecho de trabajar con reg¨ªmenes de ese tipo.
Como Corea del Norte, por ejemplo. Estoy particularmente contenta de lo que hemos conseguido hacer. Llev¨¢bamos, claro, muchos a?os trabajando con Corea del Sur, que ya justo despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial elabor¨® todos sus manuales escolares en colaboraci¨®n con la Unesco. Y hoy Corea del Sur financia, por ejemplo, importantes proyectos de la Unesco en ?frica y en el sureste asi¨¢tico. Y Corea del Norte empez¨® a trabajar con la Unesco en los a?os setenta, t¨ªmidamente, con una colaboraci¨®n limitada pero estableci¨¦ndose un di¨¢logo, es decir, una confianza. Y ahora hemos aprovechado eso para lograr que por primera vez las dos Coreas hagan algo juntas en el marco de Naciones Unidas: una candidatura conjunta para que la lucha tradicional coreana sea declarada patrimonio inmaterial de la humanidad.
Bueno, est¨¢ claro que la lucha coreana no es la cosa m¨¢s importante del mundo, pero¡ ?Depende de para qui¨¦n!
Por algo se empieza, el valor simb¨®lico tambi¨¦n cuenta, ?no? El valor simb¨®lico de algo as¨ª es muy alto. Es un mensaje claro para ambos lados de esa frontera. No es algo marginal. Por eso fue tambi¨¦n important¨ªsimo lo que hicieron juntas las dos Coreas en el ¨¢mbito deportivo.
?Cabe ser optimistas en cuanto a otras colaboraciones entre las dos Coreas? Lo deseamos. Lo que nos interesa es trabajar en bases s¨®lidas y duraderas para la paz. No nos ocupamos de la cuesti¨®n nuclear, ni de cuestiones pol¨ªticas internas, pero s¨ª trabajamos en temas de educaci¨®n o de defensa del patrimonio en Corea del Norte. Y eso es beneficioso para todos.
¡°La salida de EE UU es una mala noticia. Todos sabemos que hay un movimiento pol¨ªtico que propicia su retirada de los organismos multilaterales de cooperaci¨®n¡±
Estados Unidos e Israel se acaban de marchar de la Unesco. Con la salida de Estados Unidos, ?la instituci¨®n vive o solo sobrevive? La historia ha demostrado que la instituci¨®n puede vivir sin algunos de sus Estados miembros, y eso incluye a Estados Unidos, porque no es la primera vez que sale. En 1984 [en la era ?Reagan] ya se marcharon, y estuvieron fuera 18 a?os. No es una buena noticia, est¨¢ claro, es una p¨¦rdida. Pero hay que seguir avanzando. De todas formas estaban en una situaci¨®n de salida desde hace tiempo. Desde 2011 ya no aportaban financiaci¨®n a la Unesco. Estaban en la casa, pero sin actividad. No votaban en la Conferencia General. Este es tan solo un paso m¨¢s, y yo lo siento. Creo que tienen mucho que ganar estando con nosotros y mucho que perder estando fuera.
No parece que a un mandatario como Donald Trump lo que m¨¢s le interese sea el modelo de la Unesco: multilateralismo, trabajo en equipo, diplomacia, solidaridad¡ Las razones de su partida no se entienden bien. Han dicho que se van porque la Unesco est¨¢ demasiado politizada y asume decisiones que van contra los intereses de Israel. Es lo mismo que dijeron cuando se marcharon en 1984, hemos encontrado documentos muy interesantes que lo demuestran. Aseguran que se han ido por decisiones adoptadas sobre Jerusal¨¦n y Oriente Pr¨®ximo, pero resulta que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªamos logrado acuerdos sobre esas cuestiones ?con el apoyo de EE UU! Y justo cuando se alcanza un consenso, se van. Y ahora ese consenso ser¨¢, claro, mucho m¨¢s dif¨ªcil de obtener.
?Cu¨¢les cree que han sido las verdaderas razones de ese portazo? Todos sabemos que hay un movimiento pol¨ªtico que est¨¢ propiciando la retirada de Estados Unidos de organismos multilaterales de cooperaci¨®n. Ya lo vimos en el acuerdo sobre el calentamiento global. La pol¨ªtica actual de Washington no es favorable a las instituciones multilaterales. Lo parad¨®jico es que hace poco, en nuestro Consejo Ejecutivo, el representante de Estados Unidos se felicitaba del trabajo realizado en la cooperaci¨®n cient¨ªfica, la prevenci¨®n de los extremismos, la educaci¨®n de las mujeres¡ Es decir, que hay muchos asuntos de la agenda con los que est¨¢n totalmente de acuerdo, pero luego hay un claro factor pol¨ªtico, que es el que marca su salida.
?Cree que el Gobierno de Trump es un par¨¦ntesis en el curso l¨®gico de la historia pol¨ªtica de EE UU o es la consecuencia de esa historia pol¨ªtica? No s¨¦ si es un par¨¦ntesis, pero desde luego no es un fen¨®meno aislado. Hay un gran movimiento que no es favorable a la acci¨®n multilateral. Hay una tendencia pol¨ªtica a la que tenemos que responder. Y no creo que haya que tratarla como un par¨¦ntesis que se acabar¨¢ por s¨ª misma tal y como empez¨®. Har¨¢ falta trabajar.
?Y el Brexit? ?Est¨¢ afectando ya a la relaci¨®n de Reino Unido con la instituci¨®n que dirige? Durante todo el a?o que ha terminado, Reino Unido ha sido un buen socio, incluso cuando ya hab¨ªa decidido marcharse de la Uni¨®n Europea. Increment¨® su apoyo financiero a la Unesco en lo relativo a las campa?as para la educaci¨®n de las ni?as, que es una prioridad absoluta. Hasta hoy, no he sentido un efecto Brexit en la relaci¨®n entre Reino Unido y la Unesco.
Hay 132 millones de ni?as en el mundo que no est¨¢n escolarizadas. Son cifras de la Unesco. Son terribles. Y hay 750 millones de personas adultas que no saben ni leer ni escribir, y dos tercios de ellas son mujeres. Urge actuar. Acabo de volver de Camboya y all¨ª estamos trabajando en f¨¢bricas con programas de educaci¨®n de mujeres que nunca han ido a la escuela. En muchos pa¨ªses, miles y miles de adolescentes abandonan el colegio por diversas causas: bodas infantiles, embarazos, problemas econ¨®micos¡ Los 15 y 16 a?os es una edad cr¨ªtica en muchos pa¨ªses. Tambi¨¦n hay un grave problema de falta de paridad en presencia femenina en los estudios cient¨ªficos.
?Hay que ser feminista para ocupar hoy la direcci¨®n general de la Unesco? S¨ª, y da igual que sea una mujer o un hombre quien est¨¦ al frente. Esas desigualdades son un grave h¨¢ndicap para el mundo. Si se quieren tratar de verdad las cuestiones de la paz, del desarrollo y del conocimiento, si eso no pasa por una mayor inclusi¨®n de la mujer, no se lograr¨¢ nada. Hay cosas que hay que corregir ya. Todav¨ªa hay libros escolares donde los estereotipos sobre las profesiones del hombre y de la mujer son fort¨ªsimos. Hay legislaciones que no est¨¢n adaptadas a la igualdad hombre-mujer. Hay que derribar todo eso.
?Qu¨¦ opina de movimientos como #MeToo? Hace poco, en estas p¨¢ginas, la actriz Juliette Binoche dec¨ªa que le ha llegado ¡°el momento de renovarse¡±. ?Qu¨¦ opina? Yo creo que no se le puede pedir a la ola feminista ser de entrada una ola razonada y tranquila, porque est¨¢ respondiendo a desigualdades y situaciones injustas que vienen de siglos atr¨¢s, y seguro que no es perfecta, pero para m¨ª no es un movimiento que haya que frenar, al contrario, hay que impulsarlo. Lo importante es el largo plazo, hay que cambiar las estructuras. No se trata solo de corregir injusticias individuales, sino las infraestructuras de la sociedad. Tiene que haber mujeres al frente de compa?¨ªas, una empresa no es la misma cuando hay mujeres tomando decisiones. Y lo ¨²nico que va a transformar todo eso es la educaci¨®n.
?Ha tenido que sufrir usted en su trayectoria profesional situaciones de machismo? Por supuesto. Y lo peor de todo es la autocensura, que tiene que ver con la vida profesional de las mujeres, la conciliaci¨®n, la culpabilizaci¨®n¡ Una vez promocion¨¦ a una mujer de mi equipo y vino y me dijo: ¡°?Gracias, te prometo que no tendr¨¦ hijos!¡±. Es incre¨ªble. Tener que elegir entre la carrera profesional y la vida familiar es terrible para una mujer.
En marzo se celebrar¨¢ en Par¨ªs, auspiciada por la Unesco, una conferencia internacional sobre inteligencia artificial. ?Puede adelantar algo? Los propios profesionales que est¨¢n trabajando en inteligencia artificial se hacen preguntas sin parar, y no quieren que se les deje solos en ese debate. Hay que mantener un di¨¢logo internacional acerca de qu¨¦ principios comunes tenemos que marcarnos en el tema de la ¨¦tica cient¨ªfica, y concretamente con el genoma, principios que defiendan los valores del humanismo. No se puede perder tiempo en eso. Vamos a hablar con cient¨ªficos, con educadores, con pol¨ªticos¡ Queremos crear un marco normativo en el que se comprometan los Estados miembros. Y a partir de ah¨ª intentar que los asuman en sus propias leyes.
?C¨®mo es la relaci¨®n de la Unesco con China en lo relativo no solo a los experimentos sobre el ADN de beb¨¦s, sino tambi¨¦n a la censura cultural y period¨ªstica? Las relaciones son excelentes. Durante mi visita a Pek¨ªn en julio, el presidente Xi Jinping me recibi¨® para subrayar la voluntad de poner en marcha una colaboraci¨®n estrat¨¦gica. China es tambi¨¦n su sector privado, que se ha comprometido con la Unesco a trav¨¦s de contribuciones voluntarias en la preservaci¨®n del patrimonio en ?frica y en la educaci¨®n de ni?as y de mujeres. Dicho esto, en Naciones Unidas rige un principio que es el de la igualdad de tratamiento de todos los Estados miembros. Y en ese sentido act¨²a la Unesco en sus ¨¢mbitos de competencia, en especial en el de la libertad de expresi¨®n y en el de la libertad de prensa. La seguridad de todos los periodistas, no solo los chinos, es un asunto capital para nosotros, y no podemos tolerar amenazas sobre ellos. Por otra parte, cuando recientemente un cient¨ªfico chino anunci¨® que hab¨ªa hecho nacer a los primeros beb¨¦s gen¨¦ticamente modificados, volvimos a subrayar la necesidad absoluta de tener en cuenta los principios ¨¦ticos internacionalmente reconocidos que defienden el valor de los derechos humanos y de la dignidad humana como requisito previo indispensable a toda investigaci¨®n o intervenci¨®n m¨¦dica sobre seres humanos.
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