Cuentas claras

Vox ha entrado al galope en la pol¨ªtica espa?ola dando lecciones de moralidad y pureza a diestro y siniestro. M¨¢s all¨¢ de que muchos de los valores que defiende son contrarios a la Constituci¨®n y a los principios democr¨¢ticos, lo primero que tiene la obligaci¨®n de hacer la formaci¨®n de Santiago Abascal es aclarar sus cuentas y explicar a los ciudadanos, y posibles votantes, cu¨¢les son los intereses que defiende, si los que plasma en su programa o los de los grupos m¨¢s o menos oscuros que han contribuido a su financiaci¨®n.

La informaci¨®n publicada por este diario el domingo, que se?ala que el partido ultra financi¨® su campa?a para las elecciones europeas de 2014 con dinero procedente de un grupo de presi¨®n del exilio iran¨ª, es grave. La financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos no es un asunto balad¨ª y, de hecho, le ha costado una moci¨®n de censura al anterior presidente de Gobierno, Mariano Rajoy. Vox no ha tenido ning¨²n empacho en reconocer la veracidad de los datos ofrecidos por EL PA?S, que indican que el 80% de la campa?a para el Parlamento Europeo de Alejo Vidal-Quadras proced¨ªa de partidarios del Consejo Nacional de la Resistencia de Ir¨¢n (CNRI). El monto total ascendi¨® a 800.000 euros, que fueron ingresados por 146 personas durante tres meses.

La ley de financiaci¨®n de partidos pol¨ªticos de 2012, vigente cuando se produjo esta campa?a, es muy clara: las formaciones no podr¨¢n aceptar donaciones an¨®nimas, ni tampoco donaciones procedentes de una misma persona, f¨ªsica o jur¨ªdica, superiores a 100.000 euros anuales (desde 2012, adem¨¢s, se deber¨ªan notificar al Tribunal de Cuentas las donaciones superiores a 50.000 euros).

Si las donaciones proced¨ªan de individuos y ninguna super¨® los l¨ªmites previstos, la financiaci¨®n cumplir¨ªa la ley. Si, en cambio, se tratase de un donativo de un solo organismo, dividido en 146 partes para burlar la norma, su legalidad ser¨ªa cuando menos dudosa. Dado que Vidal-Quadras no sali¨® elegido, Vox no ten¨ªa entonces la obligaci¨®n de presentar las cuentas, ya que no recibi¨® ninguna subvenci¨®n p¨²blica. Abascal afirma que, pese a todo, se presentaron, mientras que el Tribunal de Cuentas ha se?alado que esto no es cierto. El documento en el que figuran los nombres y apellidos de los donantes iran¨ªes podr¨ªa aclarar muchas cosas, pero la formaci¨®n ultra no lo ha difundido, como tampoco hizo p¨²blico en su momento de d¨®nde proven¨ªan los fondos que impulsaron una campa?a que vendi¨® como un ¨¦xito de la financiaci¨®n popular. Abascal era entonces secretario general de Vox y concurri¨® en la lista junto a otros destacados dirigentes actuales del partido.

M¨¢s all¨¢ de las cuestiones legales, los ciudadanos merecen una explicaci¨®n sobre la relaci¨®n del candidato de la formaci¨®n ultraderechista con un grupo de presi¨®n del exilio iran¨ª, cuyo brazo armado, el Muyahidin-e Jalq, fue considerado terrorista por Estados Unidos hasta 2012. Los or¨ªgenes del CNRI son marxistas e isl¨¢micos, dos conceptos que no parecen formar parte del ideario que la formaci¨®n ultra defiende en p¨²blico. Las cuentas de los partidos pol¨ªticos deben ser abiertas porque sus posibles votantes tienen derecho a saber que defienden sus intereses y sus ideas, no los de grupos ocultos a cambio de financiaci¨®n. Y las cuentas de Vox est¨¢n cualquier cosa menos claras.