El alucinante parque de esculturas en una isla de las Maldivas que solo puede verse buceando

Ni el turismo activo (una jornada de buceo en las aguas turquesas del Oc¨¦nao ?ndico) ni el pasivo (playa, pi?a colada y siestas largas) deber¨ªan estar exentos de arte. As¨ª lo cree el Hotel Joali, en la isla de Muravandhoo, en plenas Maldivas. Y, por eso, decidi¨® convertirse en el primer art hotel inmersivo del archipi¨¦lago. Para ello recurri¨® al joven equipo del estudio NO LaB, ubicado en Estambul, al que encarg¨® comisariar su proyecto art¨ªstico.

Sus fundadores, Ala Onur y Zeynep Ercan, concibieron entonces un enorme parque escult¨®rico al aire libre en el que los hu¨¦spedes del hotel pudieran interactuar con las piezas. "Con ello elimin¨¢bamos la distancia entre la obra de arte y el espectador", explican. "Eso permite un nuevo tipo de experiencia, creando un estado de coexistencia entre el arte, el artista y la naturaleza".

Poner en pie esta idea tuvo sus dificultades, sobre todo por las complicaciones clim¨¢ticas, pero ninguna supuso un reto tan extremo como el jard¨ªn submarino de corales que ha creado el artista y dise?ador estadounidense Misha Kahn (Duluth, Minnesota, 1989), cuya casa ¡ªuna frikada con espejos de marco hinchable y sillones de peluche¡ª visitamos el abril. Hace tiempo que Kahn trabajaba dise?ando piezas compuestas con restos y objetos encontrados en el mar ¡ª"la basura me fascina", reconoc¨ªa en aquella visita¡ª, as¨ª que de alguna manera su trabajo en las Maldivas es una forma de restituir al Oc¨¦ano lo que este le ha dado.

"La idea de llegar a hacer un trabajo que se experimentara debajo del agua y que adem¨¢s estuviera relacionado con mis preocupaciones sobre la salud de nuestros oc¨¦anos me pareci¨® muy excitante", cuenta a ICON DESIGN. Despu¨¦s de un largo proceso de reflexi¨®n, construy¨® siete grandes esculturas de mosaico y azulejo, bajo la inspiraci¨®n de Gaud¨ª y la artista francesa Niki de Saint Phalle.

"Quer¨ªa capturar la energ¨ªa org¨¢nica de las formas marinas naturales, y tambi¨¦n hacer algo jubiloso e inesperado. Realizamos las piezas all¨ª mismo, sobre la arena de la isla". Una vez terminadas, se cargaron en una barcaza y se colocaron en el fondo del oc¨¦ano una por una, con la ayuda de enormes ganchos met¨¢licos. El resultado es su trabajo de mayores dimensiones hasta la fecha.

Para poder disfrutar de las piezas, los espectadores tendr¨¢n que bucear a su alrededor. "Obviamente, todo lo que hab¨ªa hecho hasta ahora era para experimentarlo en tierra firme, y me encanta la idea de que la gente ahora descienda hasta las obras y luego pueda nadar entre ellas, e incluso atravesarlas. Adem¨¢s, espero que anime a la gente a interesarse en el mar como una parte fundamental de nuestro mundo".

Adem¨¢s de los trabajos de Kahn, No LaB ha seleccionado el de otros creadores como el espa?ol Nacho Carbonell, que aporta al mobiliario exterior del hotel sus bancos Evolution (tuvo que adaptar el dise?o original a las inclemencias tropicales), o el norteamericano Porky Hefer, autor de un asiento colgante llamado Heron (garza) con la forma de la cabeza de esta ave.

A cinco metros sobre el suelo o en las profundidades del mar, los visitantes de la isla de Muravandhoo pueden decir de verdad que han conocido otro mundo (aunque est¨¦ en este).