?Por qu¨¦ el f¨²tbol para ni?os es reticente a los partidos sin marcador?
El entramado de este deporte se muestra reticente a anteponer el disfrute y el aprendizaje a la competici¨®n. Los expertos subrayan la agresividad especial que se da en el campo
Reunidos en corro a las puertas de los campos municipales Juan Antonio Samaranch, en la localidad madrile?a de Colmenar Viejo, un grupo de ni?os con edades comprendidas entre los nueve y los 10 a?os no hablan de resultados, de goles, de clasificaciones ni de estad¨ªsticas. En mitad de un amanecer todav¨ªa sombr¨ªo, distinguen la fina capa de escarcha que el fr¨ªo ha posado sobre el c¨¦sped. "?Ala, el campo est¨¢ nevado!", exclama uno de ellos, y, como si se tratara de una orden dada en clave, sus compa?eros salen disparados al campo para comprobar si es cierta la afirmaci¨®n.
Dos de los equipos que se enfrentan a primera hora en los campos de Colmenar son uno de los benjamines de la propia localidad y el Recreativo Soto. Los primeros vienen de encajar 10 goles en su ¨²ltimo partido y los segundos, campeones de la competici¨®n el a?o pasado, pueden ponerse primeros en la tabla. En la grada los observa Nelly Galeano, de 40 a?os, madre de Lucas, jugador del equipo colista: "Mi hijo es de llevarse un sofoc¨®n siempre que juega. Es verdad que se le olvida pronto, pero cuando pierden de mucho se pone muy triste". Consultada por si ser¨ªa interesante, por tanto, suprimir los marcadores en edades tempranas, es tajante: "Yo creo que no. Cuando era m¨¢s peque?o, a lo mejor s¨ª, porque no entend¨ªa lo que era un 10-0. Pero mi hijo tiene ya 10 a?os, ya sabe lo que es competir". Mientras lo dice, el Colmenar encaja los dos primeros goles.
Igual que sucede en la mayor¨ªa de las federaciones auton¨®micas, la clasificaci¨®n del Colmenar y sus resultados pueden consultarse, desde las edades m¨¢s tempranas, a trav¨¦s de internet, donde queda grabado cada resultado independiente de lo abultado que sea. Lo que le pas¨® en la pasada jornada al Colmenar no es extra?o: los resultados en los que uno de los equipos alcanza los dos d¨ªgitos, cuando se trata de equipos separados en la tabla, son el pan de cada d¨ªa.
No solo es una cuesti¨®n de resultados globales. Al lado de la tabla de clasificaci¨®n, en el apartado "tabla de goleadores", pueden comprobarse los m¨¢ximos goleadores, los partidos que lleva jugados cada uno, cu¨¢ntos de sus goles han sido de penalti y, finalmente, el promedio de goles por partido. Pero hay federaciones que consideran esta informaci¨®n insuficiente. La catalana destaca en negrita a los tres primeros goleadores; y la valenciana ense?a tambi¨¦n el listado de jugadores amonestados con tarjeta: en categor¨ªa prebenjam¨ªn (5, 6 y 7 a?os), en Alicante y Castell¨®n, hay grupos en los que aparece un solo ni?o, que ver¨¢ su nombre asociado a la mala conducta durante toda la temporada.
"La competici¨®n es buena siempre y cuando se d¨¦ en los par¨¢metros adecuados", explican desde la federaci¨®n de Castilla La Mancha, que se encuentra en sinton¨ªa con la opini¨®n mayoritaria. Por ahora, los manchegos s¨ª que estudian cerrar las actas a partir de los 15 goles de diferencia, tal y como est¨¢n probando en el f¨²tbol sala. Otra cosa son las normas que obligan a que jueguen todos: "Ahora mismo no tenemos esa obligaci¨®n. Ser¨ªa muy dif¨ªcil controlarlo por parte de los ¨¢rbitros. Las cosas no son tan bonitas como parece".
T¨¦cnicos en entredicho
Uno de los elementos que vertebran el debate en torno a la introducci¨®n de normas que equlibren los partidos de f¨²tbol base son los entrenadores. Eugenio Granja, entrenador de Colmenar de 22 a?os, no ve necesario un cambio normativo: "Los entrenadores ya tomamos medidas para equilibrar los partidos. Hoy, por ejemplo, cuando su equipo se ha puesto 4-0, ellos han dejado de apretarnos. Eso es algo que hacemos casi todos". Difiere de esta visi¨®n Lorenzo Gozalo, que, presidiendo el ya desaparecido Palestra Atenea, lider¨® una campa?a en redes sociales para pedir a la federaci¨®n madrile?a que en el acta no figuren m¨¢s de 10 goles de ventaja. Hoy dirige el Breog¨¢n con la misma filosof¨ªa: "Nos cuesta encontrar entrenadores que comulguen con nuestra visi¨®n. Todos quieren ganar. igual que los padres. Este mismo fin de semana le hemos afeado la conducta a un entrenador nuestro sac¨® a un chico solo tres minutos. Cuando hayas normas que obliguen a que jueguen todos, como en el baloncesto, estas cosas no pasar¨¢n".
Soluciones necesarias
"Ser¨ªa ideal un f¨²tbol base sin resultados y sin clasificaciones, al menos hasta los 12 a?os". Mar¨ªa Saavedra, de 38 a?os, es psic¨®loga e investigadora de la cl¨ªnica El Prado, y ha invertido los ¨²ltimos tres en aplicar diversas terapias con j¨®venes deportistas. "Yo he tenido padres que le dec¨ªan a sus hijos que estaban perdiendo la oportunidad de sus vidas, otros que llegan a hacer 400 kil¨®metros cada semana para que hijo juegue en la cantera de turno. M¨¢s esfuerzo paterno equivale a m¨¢s expectativas. Los ni?os suelen callarse, pero, cuando est¨¢n presionados, se les nota en la cara", comenta. Retirar a un jugador cuando la diferencia de goles es muy grande, obligar a dar un n¨²mero de pases antes de marcar y, sobre todo, no publicar los resultados (y menos las tablas de goleadores) en webs ni redes sociales figuran entre las propuestas de esta profesional. "Imag¨ªnate qu¨¦ tipo de comunicaciones puede haber alrededor de la clasificaci¨®n por el pichichi".
Al hilo de estos consejos, en la temporada 2013-2014 la federaci¨®n riojana de f¨²tbol tom¨® una decisi¨®n contracultural: suprimir los marcadores en categor¨ªas prebenjam¨ªn y benjam¨ªn. "Los padres siempre quieren que se meta el resultado, pero nos dimos cuenta de que no benefician a nadie, especialmente cuando se dan esos marcadores tan abultados. Hasta benjam¨ªn, lo que se premia es la participaci¨®n", explican fuentes federativas. No ha sido la ¨²nica medida. Los partidos en f¨²tbol 8 (correspondientes a esas edades) se parten en cuatro tiempos de 15 minutos, y es obligatorio que todos los jugadores jueguen al menos un periodo. Adem¨¢s, cada categor¨ªa se ha subdividido en "A" y "B", y son los propios clubes los que eligen a cu¨¢l de ellas mandar a sus equipos.
El 47-0 de los alevines de Las Palmas B al Coloradas B tiene repercusi¨®n por lo negativo que es a nivel formativo que por los m¨¦ritos de los ganadores. De qu¨¦ vale ese resultado si luego llegan pocos al primer equipo y a edades avanzadas porque el nivel de madurez es aqu¨ª tard¨ªo?
— rafaleon (@rafaleonortega) December 17, 2017
Los riojanos se han inspirado en ejemplos tomados por otros deportes. En la federaci¨®n de baloncesto de Madrid, en la categor¨ªa de minib¨¢squet (equivalente a benjam¨ªn y alev¨ªn en f¨²tbol), se juega tambi¨¦n sin marcador y con "reglas pasarela" que obligan a que todos jueguen. "A los padres que nos preguntan por los resultados, les explicamos que no queremos que eso exista", dice Borja Castej¨®n, director deportivo de la federaci¨®n. A final de a?o, todas las escuelas que han participado en estos torneos se re¨²nen en un solo evento en Coslada, en Madrid. La temporada pasada, el torneo congreg¨® 122 escuelas. De 9 de la ma?ana a 8 de la tarde, todas jugaron sin marcador. "A los ¨¢rbitros les encantan estos campeonatos. Al no haber resultados, no protesta ning¨²n padre y todos est¨¢n mucho m¨¢s relajados".
Los expertos subrayan la agresividad especial que se da en el f¨²tbol y lo aleja del disfrute y el aprendizaje. "Hay un factor econ¨®mico. Los padres del f¨²tbol creen que su hijo les puede sacar de la pobreza si se les da bien. Adem¨¢s, es el circo del siglo XXI: socialmente, est¨¢ permitido gritar en un partido", explica Saavedra. Ra¨²l Bay¨®n, de 32 a?os y ¨¢rbitro desde hace siete, confirma desde los campos de Colmenar que hay ciertas actitudes que se entienden como habituales: "Yo no tengo especiales problemas con los padres. Bueno, cuando uno se pone el traje de ¨¢rbitro, siempre es el malo. Te dicen lo t¨ªpico: '??rbitro, qu¨¦ malo eres!".
Mientras que los padres del Colmenar ven el partido separados unos de otros, los del Soto, que lidera su liga, forman un muro en la grada. Jos¨¦ Antonio y Jos¨¦ Mar¨ªa M¨ªndez, abuelo y padre de Marcos, lo tienen claro: "No hay que quitar los marcadores. Tienes que asumir que hay gente mejor que t¨², y ya est¨¢. El fracaso educa". El partido acaba 3-2 a favor de Soto, un resultado mucho m¨¢s apretado de lo que se esperaba. Un empleado del campo se afana en consolar al equipo perdedor: "?Hab¨¦is jugado muy bien!". "Somos los ¨²ltimos. M¨ªralo en la clasificaci¨®n", contesta un ni?o. A lo lejos, otro equipo de benjamines se prepara para jugar su partido. Se agrupan en corro y se conjuran al un¨ªsono bajo un ¨²nico grito: "?Ganar, ganar y ganar!".
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