Renovar las renovables para dar energ¨ªa a Latinoam¨¦rica
Muchas centrales hidroel¨¦ctricas ya han superado o est¨¢n a punto de cumplir su vida ¨²til. ?Debemos seguir promoviendo este tipo de energ¨ªa?
La matriz el¨¦ctrica de Am¨¦rica Latina y el Caribe es la m¨¢s verde del mundo. En 2017, el 55% de su energ¨ªa el¨¦ctrica procedi¨® de fuentes renovables, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Latinoamericana de Energ¨ªa (Olade). Incluso, es posible que esta porci¨®n se incremente, ya que todo parece indicar que la energ¨ªa renovable no convencional, principalmente e¨®lica y solar, continuar¨¢ su crecimiento exponencial de la ¨²ltima d¨¦cada. Sin embargo, no hay que olvidar que la hidroelectricidad es responsable de la mayor parte de la energ¨ªa el¨¦ctrica renovable en esta regi¨®n (el 86% en 2017).
Latinoam¨¦rica ha explotado entre el 25% y el 50% de su potencial hidroel¨¦ctrico disponible y se prev¨¦ que en un futuro cercano la capacidad instalada contin¨²e creciendo. Los compromisos del Acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs (COP 21) para disminuir el uso de la energ¨ªa f¨®sil e incrementar las energ¨ªas renovables no convencionales han aumentado la importancia de la hidroelectricidad para el desarrollo del sector el¨¦ctrico latinoamericano. Actualmente, numerosos planes de expansi¨®n incluyen la construcci¨®n de hidroel¨¦ctricas en las pr¨®ximas d¨¦cadas, tanto para satisfacer las crecientes demandas de electricidad, como tambi¨¦n como un complemento natural para el desarrollo de otras fuentes renovables.
La hidroelectricidad garantiza una energ¨ªa renovable de bajo coste, y tambi¨¦n puede servir de apoyo a la implementaci¨®n masiva de fuentes intermitentes de generaci¨®n. Las centrales hidroel¨¦ctricas pueden compensar la intermitencia y estacionalidad que caracteriza a las energ¨ªas solar y e¨®lica. Particularmente, las centrales que cuentan con embalse proveen flexibilidad y capacidad de almacenamiento sirviendo de respaldo durante la ausencia de viento o de luz.
El desarrollo de nuevos proyectos hidroel¨¦ctricos no est¨¢ exento de desaf¨ªos y de controversia. Por un lado, estos proyectos tienen riesgos relacionados con su construcci¨®n, adem¨¢s de impactos ambientales y sociales, asociados principalmente a las presas y a los embalses. Por otro lado, los tiempos necesarios para los estudios e implementaci¨®n y las grandes necesidades de capital inicial que requieren hacen que el financiamiento y puesta en marcha sea m¨¢s compleja que las de otras fuentes de generaci¨®n. Por ello, todos los nuevos proyectos hidroel¨¦ctricos precisan una cuidadosa planificaci¨®n y preinversi¨®n. Es necesario aplicar las mejores pr¨¢cticas mundiales en el sector para minimizar los riesgos de construcci¨®n y los impactos ambientales y sociales. Estas medidas ayudar¨¢n a reducir los atrasos en la ejecuci¨®n de las obras y los sobrecostos asociados.
El cambio clim¨¢tico afectar¨¢ al potencial de generaci¨®n de electricidad de las instalaciones y crear¨¢ una mayor competencia por los recursos h¨ªdricos
Sin embargo, vale la pena cuestionar si el desaf¨ªo actual en Am¨¦rica Latina y el Caribe se encuentra en emprender nuevos proyectos hidroel¨¦ctricos o si, en realidad, el mayor reto para la regi¨®n es rehabilitar y modernizar las centrales que ya han cumplido o est¨¢n punto de cumplir su vida ¨²til. El desarrollo hidroel¨¦ctrico comenz¨® en esta parte del mundo a inicios del siglo XX y tuvo su apogeo en las d¨¦cadas de los a?os setenta y ochenta, cuando entr¨® a operar cerca del 40% de las centrales actuales. Hoy en d¨ªa, aproximadamente la mitad de las hidroel¨¦ctricas de la regi¨®n tienen ya m¨¢s de 30 a?os y en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas esta proporci¨®n podr¨ªa llegar al 75% del parque hidroel¨¦ctrico existente. Considerando que la vida de los equipos electromec¨¢nicos oscila entre los 30 y 40 a?os, existe un creciente n¨²mero de centrales que ya requieren ser rehabilitadas.
Estas centrales tienen particular importancia porque buena parte de ellas fueron construidas con gran capacidad de almacenamiento, lo que las vuelve esenciales para el funcionamiento de sistemas que tienen una creciente participaci¨®n de energ¨ªas intermitentes. Mas a¨²n, considerando las restricciones actuales para la implementaci¨®n de grandes embalses, esta capacidad de almacenamiento no ser¨¢ f¨¢cilmente sustituida por nuevos proyectos hidroel¨¦ctricos.
La mayor ventaja de la rehabilitaci¨®n es que muchos de los impactos ambientales y sociales ya han sido mitigados. Por otro lado, las obras civiles ya existen y normalmente tienen una vida ¨²til superior a la de los equipos electromec¨¢nicos. Por ello, una rehabilitaci¨®n permite agregar a un sistema energ¨ªa renovable de muy bajo costo e impacto. Asimismo, durante la rehabilitaci¨®n es posible la modernizaci¨®n de los equipos de control, aprovechando las ¨²ltimas tecnolog¨ªas digitales. La digitalizaci¨®n de las centrales permitir¨ªa optimizar su operaci¨®n y mantenimiento, incrementando su eficiencia y reduciendo a¨²n m¨¢s los costos de la energ¨ªa.
Los proyectos de rehabilitaci¨®n necesitan una adecuada planificaci¨®n que considere, entre otras cosas, el tiempo de parada de la central, la necesidad de generaci¨®n de respaldo y la coordinaci¨®n con otros actores (por ejemplo, en presas multiprop¨®sito dedicadas al riego). Igualmente, es necesaria la evaluaci¨®n cuidadosa del alcance y el costo de la rehabilitaci¨®n. La definici¨®n de la tecnolog¨ªa y el dise?o de los nuevos equipos deben prever la necesidad de nuevos modos de operaci¨®n de la central, como, por ejemplo, si se requiere que funcione como respaldo de generaci¨®n variable. Un aspecto cr¨ªtico en estos proyectos es verificar el estado de las obras civiles para garantizar su duraci¨®n por la nueva vida ¨²til de la central. Especialmente, se debe evaluar la seguridad de las presas as¨ª como verificar el nivel de los sedimentos en el embalse.
La mitad de las hidroel¨¦ctricas de la regi¨®n tiene m¨¢s de 30 a?os y en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas esta proporci¨®n podr¨ªa llegar al 75% del parque hidroel¨¦ctrico?
Estos proyectos deben tener en cuenta otro gran desaf¨ªo: el cambio clim¨¢tico, que introduce mayores grados de incertidumbre en el dise?o. La mayor parte de los modelos clim¨¢ticos muestran un aumento de las precipitaciones en las ¨¦pocas de lluvia y periodos de sequ¨ªa m¨¢s largos, la modificaci¨®n de las estaciones y una alteraci¨®n en la distribuci¨®n geogr¨¢fica de los recursos hidrol¨®gicos. Esto afectar¨¢, sin duda, al potencial de generaci¨®n de electricidad de las instalaciones y crear¨¢ una mayor competencia por los recursos h¨ªdricos.
La hidroelectricidad sigue siendo una tecnolog¨ªa clave para el desarrollo de los sistemas el¨¦ctricos de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Todo parece indicar que la generaci¨®n de este tipo de electricidad continuar¨¢ siendo esencial para cubrir la demanda de la regi¨®n pero aunque existe un vasto potencial hidroel¨¦ctrico para explotar, hay que analizar la inminente necesidad de la rehabilitaci¨®n y modernizaci¨®n de los equipos ya existentes. Es imprescindible garantizar que todo el parque hidroel¨¦ctrico est¨¦ en ¨®ptimas condiciones de operaci¨®n en las pr¨®ximas d¨¦cadas considerando los nuevos avances tecnol¨®gicos, las consecuencias del cambio clim¨¢tico en la hidroelectricidad y el papel de esta ¨²ltima en la mitigaci¨®n de sus efectos.
Arturo Alarcon es especialista senior en la divisi¨®n de energ¨ªa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Gador Manzano es especialista l¨ªder en el departamento de conocimiento, innovaci¨®n y comunicaci¨®n del BID
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