Costa Rica cancela la construcci¨®n de la mayor hidroel¨¦ctrica de Centroam¨¦rica
La el¨¦ctrica estatal deja caer, por razones de mercado, un proyecto que acumulaba fuertes cuestionamientos ambientales y que afectaba a tierras ind¨ªgenas
El Instituto Costarricense de Electricidad?de Costa Rica (ICE) ha echado este viernes el candado a un a?ejo proyecto que planteaba la construcci¨®n, en el sur del pa¨ªs, la mayor planta hidroel¨¦ctrica de Centroam¨¦rica. Los planes, nacidos en la d¨¦cada de los setenta y actualizados en 2006, quedan ahora descartados por su elevado coste y por razones de mercado, asociadas con el bajo crecimiento del consumo de energ¨ªa el¨¦ctrica en el pa¨ªs centroamericano. El 99% de la electricidad que se genera en Costa Rica proviene de fuentes renovables, una de las tasas m¨¢s altas del planeta.
El Proyecto Hidroel¨¦ctrico El Diqu¨ªs (PHED), con un potencial de capacidad instalada de 650 megavatios, qued¨® fuera de los planes del ICE despu¨¦s de cuatro d¨¦cadas de intentos para construir el megaproyecto sobre la cuenca del r¨ªo T¨¦rraba, junto a tierras ind¨ªgenas en el cant¨®n Buenos Aires (provincia de Puntarenas, 150 kil¨®metros al sureste de la capital, San Jos¨¦). Su costo rondaba los 3.700 millones de d¨®lares y consideraba un embalse de 6.815 hect¨¢reas (el 0,13% del territorio nacional) que afectaba a poblados y sitios sagrados de comunidades de la etnia teribe. Los planes apuntaban a su entrada en operaci¨®n despu¨¦s de 2025, como eje de una estrategia energ¨¦tica renovable a largo plazo. Pero las nuevas autoridades del ICE consideran que las circunstancias cambiaron.
La presidenta del Instituto, Irene Ca?as, anunci¨® este viernes la cancelaci¨®n del proyecto y la anulaci¨®n del proceso de consultas a los pueblos ind¨ªgenas, requerido despu¨¦s las advertencias del relator especial de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos ind¨ªgenas, James Anay, en 2011. Tambi¨¦n se archiva el expediente de verificaci¨®n ambiental, que consideraba observaciones sobre el impacto del megaproyecto en la riqueza natural de la zona, incluido el humedal Sierpe-Osa, protegido por convenciones internacionales. El actual ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodr¨ªguez, presente este viernes en la rueda de prensa, ya se hab¨ªa manifestado en contra.
Pero las razones del ICE para abortar el proyecto son, sobre todo, econ¨®micas: casi toda la electricidad que consume Costa Rica ya procede de fuentes renovables y la demanda ha dejado de crecer por el cambio de modelo industrial, el ahorro y la eficiencia energ¨¦tica, y la generaci¨®n privada a peque?a escala. En 2017 el crecimiento del consumo fue inferior al 1%, seg¨²n cifras oficiales recogidas por la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal), el brazo de Naciones Unidas para el desarrollo de la regi¨®n.
Tampoco hay una estructura suficiente para exportar electricidad a los vecinos centroamericanos y la posibilidad de electrificar la creciente flota de autos est¨¢ a¨²n en fase incipiente. Es decir, la actual Costa Rica no necesita el megaproyecto hidroel¨¦ctrico y la inversi¨®n financiera en el escenario actual parece m¨¢s bien un desperdicio. La entidad estatal ya gast¨® 146 millones de d¨®lares que deber¨¢n sumarse al rubro de p¨¦rdidas en este a?o, proyectadas en 523 millones (22%). ¡°Para Costa Rica, el gran desaf¨ªo ya no es aspirar a un modelo el¨¦ctrico renovable. Hoy nos corresponde innovar para consolidar este modelo, frente a los retos de la demanda el¨¦ctrica, la llegada de nuevas tecnolog¨ªas en la industria el¨¦ctrica y condiciones como el cambio clim¨¢tico¡±, dijo Ca?as.
La noticia alivia las preocupaciones de comunidades de T¨¦rraba, que tem¨ªan perder m¨¢s de 900 hect¨¢reas de su territorio por la construcci¨®n de la presa y el embalse. La dirigente Elides Rivera celebraba el fin de ¡°una lucha constante¡± que se prolong¨® por m¨¢s de una d¨¦cada, dijo al semanario Universidad. Enfrentaron ¡°diferentes escenarios que se dieron a nivel pol¨ªtico, institucional, regional y a escala local. Siempre hubo muchos frentes en los que tuvimos que mantenernos con mucha fe de que realmente ten¨ªamos una raz¨®n en el derecho a la vida y a la permanencia del pueblo de los Br?ran¡±, apunt¨® en referencia a su comunidad.
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