El colapso de la democracia
Los hijos heredan m¨¢s que antes la riqueza y la pobreza de los padres. No hay movilidad social
Preguntado acerca de Davos, el catedr¨¢tico de la Universidad de Brown Mark Blyth (autor de Austeridad. Historia de una idea peligrosa; editorial Cr¨ªtica) respondi¨® que es ¡°donde gente muy seria se junta para discutir sobre c¨®mo no hacer nada con la desigualdad¡±. En la convocatoria de Davos de este a?o se volvi¨® a mencionar ret¨®ricamente la creciente brecha entre el precariado y los privilegiados, junto a la crisis ecol¨®gica y un orden geopol¨ªtico multipolar y cuestionado, como las limitaciones m¨¢s graves para tener un mundo mejor. Lo escribi¨® Klaus Schwab, el fundador del Foro Econ¨®mico Mundial, que avis¨® de que la continua desintegraci¨®n del tejido social debida a las anteriores disfunciones podr¨ªa ¡°en ¨²ltima instancia provocar el colapso de la democracia¡±. No es solo econom¨ªa, son palabras mayores.
Para enfrentarse a esas tendencias, en Davos se puso en circulaci¨®n un nuevo concepto, el de la globalizaci¨®n 4.0, una f¨®rmula para que los ciudadanos, cada vez m¨¢s insatisfechos respecto a la globalizaci¨®n tradicional y el sistema econ¨®mico que la sustenta, recuperen el control de sus vidas. La globalizaci¨®n 4.0 ser¨ªa como la globalizaci¨®n realmente existente, pero poniendo la atenci¨®n en las personas y no en el sistema econ¨®mico. Schwab sofisticaba su argumento diferenciando entre ¡°globalizaci¨®n¡± (un fen¨®meno impulsado por la tecnolog¨ªa y el movimiento de ideas, personas y bienes) y ¡°globalismo¡± (una ideolog¨ªa que prioriza el orden global neoliberal sobre los intereses nacionales). Una teor¨ªa demasiado enrevesada que evita la cr¨ªtica, paladina, de que durante los anteriores a?os de globalizaci¨®n la marcha de la econom¨ªa ha ido a distinto ritmo que la marcha de la sociedad, creando una disfunci¨®n en el sistema.
Como en las ¨²ltimas convocatorias de Davos, al lado de los debates de lo que un analista del Financial Times ha denominado ¡°la tertulia m¨¢s cara del mundo¡±, la organizaci¨®n no gubernamental Oxfam Interm¨®n presentaba dos informes (?Bienestar p¨²blico o beneficio privado? y Desigualdad 1-Igualdad de oportunidades 0) que marcan la cara oculta de la prosperidad. El primero se centra en la situaci¨®n de los plut¨®cratas, la mayor¨ªa de los presentes en la ciudad suiza: la riqueza de los milmillonarios se increment¨® en 900.000 millones de d¨®lares en 2018 (el 80% de lo que produce un pa¨ªs como Espa?a en un a?o), lo cual equivale a un incremento de 2.500 millones de d¨®lares diarios, mientras la riqueza de la mitad m¨¢s pobre de la poblaci¨®n mundial ¡ªque equivale a 3.800 millones de personas¡ª se redujo en un 11%. La riqueza est¨¢ todav¨ªa m¨¢s concentrada en menos manos: el a?o pasado 26 personas pose¨ªan la misma riqueza que 3.800 millones, mientras que un a?o antes esa cifra era de 43 personas. La fortuna de Jeff Bezos, propietario de Amazon y de The Washington Post, y el hombre m¨¢s rico del mundo, se ha incrementado hasta alcanzar los 112.000 millones de d¨®lares; tan solo el 1% de su fortuna equivale a la totalidad del presupuesto sanitario de Etiop¨ªa, un pa¨ªs donde viven 105 millones de personas. Y una tendencia muy relevante: los hombres poseen un 50% m¨¢s de la riqueza mundial que las mujeres.
El segundo informe se refiere a la situaci¨®n en Espa?a, en donde la desigualdad se desboc¨® durante la ¨²ltima crisis y no se ha conseguido controlar despu¨¦s. Con sesgos muy significativos: ni la creaci¨®n de empleo ni la protecci¨®n social han logrado la reducci¨®n de la pobreza y la redistribuci¨®n de ingresos. Y sobre todo, y este es un asunto central, con una inmovilidad generacional muy grande: la OCDE estima que en Espa?a hacen falta cuatro generaciones, unos 120 a?os, para que una familia del 10% m¨¢s pobre llegue a tener ingresos medios; el hijo de un padre de ingresos altos ganar¨¢, al hacerse adulto, un 40% m¨¢s que el de un padre de ingresos bajos.
A mayor desigualdad, la movilidad social entre generaciones es menor, y los descendientes heredan en mayor grado tanto la riqueza como la pobreza de sus antecesores, lo que hace imposible que disfruten de derechos y oportunidades en igualdad de condiciones.
Este es el otro Davos.
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