Boko Haram vuelve a sembrar de muerte Camer¨²n
Tras meses de silencio, el grupo yihadista recrudece sus ataques en el norte del pa¨ªs
Hac¨ªa muchos meses que el grupo yihadista Boko Haram no atentaba en Camer¨²n. Y la poblaci¨®n de los montes Mandara, en la frontera con Nigeria, manten¨ªa la esperanza de que hubiera desaparecido de sus vidas para siempre. Pero hace unas semanas, cuando apenas se hab¨ªa terminado de recoger la cosecha y hab¨ªa fiesta y celebraci¨®n por todas partes, volvi¨® a aparecer. Desde que empez¨® el a?o, los terroristas ya han lanzado tres ataques en la zona. En ellos han muerto personas, se han quemado casas, se han saqueado los graneros y se han secuestrado ni?os que posiblemente ser¨¢n utilizados como soldados.
La poblaci¨®n de Guitsnad fue atacada el 13 de enero. 50 casas fueron quemadas, los atacantes saquearon los graneros y aquello que no pudieron llevarse lo quemaron. Hubo un muerto. La noche del 17 le toc¨® el turno a Ashugashia, donde tambi¨¦n se repiti¨® el patr¨®n del ataque anterior. Finalmente, el 24, Gossi y Toufou recibieron la visita de los terroristas que quemaron 195 casas, el centro m¨¦dico, 80 vacas y cabras y destruyeron toda la cosecha de cereales.
Los atacantes llegan siempre desde Nigeria de noche, en peque?os grupos y en motos, que es la forma m¨¢s f¨¢cil de moverse por los caminos de los montes Mandara. Disparan, saquean y en la huida prenden fuego a todo aquello que no pueden llevarse, incluidos animales.
No hay m¨¢s muertes gracias al trabajo de los comit¨¦s de vigilancia. Son grupos de? voluntarios formados en cada pueblo que, armados solo con flechas y arcos o bastones, patrullan las fronteras y avisan a sus vecinos cuando ven alg¨²n movimiento sospechoso. Esto permite a la poblaci¨®n buscar refugio lejos de sus casas. Los vigilantes tambi¨¦n avisan a las tropas estacionadas en la zona, pero cuando estas llegan ya es tarde; los yihadistas han huido con su bot¨ªn. Esta es una de las grandes quejas de la poblaci¨®n que acusa al ej¨¦rcito de no hacer su trabajo e, incluso, de recibir sobornos de los yihadistas para no intervenir.
Por ejemplo, en el ¨²ltimo ataque, los terroristas estuvieron en el pueblo de Gossi desde las 11 de la noche hasta las tres de la madrugada sin que el ej¨¦rcito, que tiene un destacamento all¨ª mismo, interviniera. En su huida, los vecinos llegaron hasta la base militar y les pidieron a los militares que si ellos no interven¨ªan al menos les dieran armas para poder defenderse. No las consiguieron. "El ej¨¦rcito no tiene ning¨²n inter¨¦s en intervenir, no quiere que Boko Haram cese sus atrocidades porque ser¨ªa el fin de sus privilegios", comenta un vecino contactado por WhatsApp.
Estas alegaciones son desmentidas constantemente por los militares y el Gobierno camerun¨¦s. Este acaba de anunciar la movilizaci¨®n de nuevas tropas en la frontera norte con Nigeria tras tener conocimiento de estos ataques.
Los ¨²ltimos ataques de Boko Haram fueron en febrero de 2018
Los pueblos atacados se encuentran en los montes Mandara donde el conflicto ha incrementado la dureza de las condicione de vida de sus habitantes, lo que ha provocado que muchos j¨®venes migren hasta las grandes ciudades camerunesas del sur en busca de trabajo. Mujeres, ancianos y ni?os quedan al cuidado de los pueblos mientras tanto. La ONG espa?ola Zerca y Lejos es, pr¨¢cticamente, la ¨²nica organizaci¨®n que trabaja en la zona y ha abierto una campa?a para ayudar a los damnificados.
Las anteriores acciones de Boko Haram registradas en la zona fronteriza entre Camer¨²n y Nigeria, ocurrieron en febrero de 2018. Luego hubo algunas peque?as incursiones en busca de comida. El descenso de la actividad se atribuy¨® a que los combatientes que realizaban esas acciones pertenec¨ªan a la fracci¨®n de Abubakar Shekau. Boko Haram se dividi¨® en dos grupos en agosto de 2016 cuando el liderazgo del Estado Isl¨¢mico decidi¨® reemplazar a Shekau por el joven Abu mus¡¯ab al-Barnawi. Los islamistas hab¨ªan jurado lealtad al ISIS en abril de 2015. Shekau ignor¨® la orden de dimitir lo que provoc¨® la escisi¨®n del grupo. ?l se asent¨® en el bosque de Sambisa, en el noreste nigeriano, y al-Barnawi, y su lugarteniente Mamman Nur, en el ¨¢rea del lago Chad. Esta fracci¨®n pas¨® a denominarse Estado Isl¨¢mico en la Provincia de ?frica Occidental (ISWAP).
A finales de 2017, el ej¨¦rcito nigeriano lanz¨® una ofensiva contra la base del bosque de Sambisa que provoc¨® la muerte de muchos de terroristas y la desbandada de los supervivientes. Entre los fallecidos se encontrar¨ªa el propio Shekau. Los huidos se refugiaron en la parte nigeriana de los montes Mandara y desde all¨ª lanzaban razias sobre los pueblos fronterizos de Camer¨²n para avituallarse. Estos efectivos se encontraban cada vez m¨¢s aislados y con menor capacidad operativa, de ah¨ª que los ataques disminuyeran poco a poco. Mientras, el ISWAP actuaba con fuerza en el norte de Nigeria donde ha hecho de las instalaciones militares su principal objetivo. Parece que el n¨²mero de bajas entre el personal militar nigeriano es grande aunque no hay datos oficiales. Esto tambi¨¦n ha facilitado que gran cantidad de armamento moderno y municiones caiga en manos de los terroristas. Nunca antes el grupo yihadista habr¨ªa estado en posesi¨®n de armas tan modernas y sofisticadas, seg¨²n algunos informes. Igualmente, habr¨ªa intensificado el reclutamiento de nuevos miembros tanto en Nigeria como en Camer¨²n, Chad y N¨ªger.
Todo apunta a que en los ¨²ltimos meses los grup¨²sculos restantes de la fracci¨®n de Shekau se habr¨ªan unido al ISWAP y ser¨ªan responsables de los ataques a diversas aldeas del estado de Borno, precisamente en la zona de Chibok, ciudad famosa por el secuestro de 276 ni?as de un internado en 2014 por Boko Haram. Estas acciones ocurrieron en los d¨ªas previos a la Navidad. El ¨¢rea est¨¢ a escasos 100 kil¨®metros de la frontera con Camer¨²n. Desde all¨ª, los terroristas rearmadas y con nuevos efectivos se habr¨ªan desplazado hasta los montes Mandara de nuevo.
Los ¨²ltimos acontecimientos demostrar¨ªan que estas hip¨®tesis son verdad y que es posible que en las pr¨®ximas semanas los ataques del grupo se intensifiquen.
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