El paro crea precarios
Reducir el desempleo estructural debe ser una prioridad, no solo pol¨ªtica, sino de Estado
En el cuarto trimestre de 2008, justo despu¨¦s de que la ca¨ªda de Lehman Brothers le a?adiese una dimensi¨®n financiera global a nuestra crisis particular, el nivel de desempleo estaba rozando el 15% por debajo. Una cifra muy parecida a la que present¨® la EPA para el final de 2018: una d¨¦cada despu¨¦s, tras haber superado la horrenda barrera del cuarto de trabajadores en paro, volv¨ªamos poco a poco a niveles, si no buenos (al fin y al cabo, doblamos la media de la UE), s¨ª menos absurdos.
Pero mientras el desempleo dibujaba una monta?a, la tasa de temporalidad pintaba un valle. De hecho, los n¨²meros son muy similares con una d¨¦cada de distancia: 27% al cierre del a?o pasado, 28% en 2008. Habiendo bajado hasta el 22% en los peores momentos de la crisis. El c¨ªrculo de la precariedad se cierra as¨ª. No es casualidad que las gr¨¢ficas de temporalidad y paro sean espejo de la otra. Cualquiera que haya pasado la crisis como asalariado habr¨¢ visto c¨®mo las personas con contrato a tiempo determinado eran las primeras en ser despedidas. De igual manera, en la ¨¦poca de recuperaci¨®n, una mayor¨ªa de contratos son temporales, justificados por la ¡°incertidumbre¡±.
Lo interesante en este caso es que este ciclo se reproduce ahora a pesar de dos reformas laborales, que demuestran as¨ª su poca eficacia. Pero ni siquiera ayuda la ca¨ªda del peso de la construcci¨®n sobre nuestra econom¨ªa. Es decir, que el reducir la presencia de sectores en teor¨ªa m¨¢s proclives a la precariedad tampoco est¨¢ ayudando.
El precariado requiere una pasarela m¨¢s efectiva para alcanzar la condici¨®n de estabilidad. Eso pasa, necesariamente, por reformas m¨¢s decididas que igualen las diferencias entre ambos grupos de asalariados. Pero adem¨¢s es imprescindible que ganen poder de negociaci¨®n. Como sugiere el trabajo del soci¨®logo Javier G. Polavieja, la aceptaci¨®n sistem¨¢tica de contratos temporales para puestos que, en su naturaleza, son indefinidos obedece tambi¨¦n al hecho de que los altos niveles de paro (y la evidencia, clara para todos, de que se nutren sobre todo de temporales) hacen cre¨ªble la famosa amenaza del empleador de ¡°si t¨² no quieres trabajar as¨ª, tengo una cola de gente dispuesta a hacerlo¡±. Con menos desempleo, m¨¢s y mejor contrataci¨®n, el empleado est¨¢ en mejores condiciones para responder. Por ello, reducir el paro estructural debe ser una prioridad. No solo pol¨ªtica, sino de Estado. @jorgegalindo
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