Por qu¨¦ los humanos somos m¨¢s pac¨ªficos que los chimpanc¨¦s
El catedr¨¢tico de Harvard Richard Wrangham cree que esta hip¨®tesis no deber¨ªa utilizarse para justificar su aplicaci¨®n hoy en d¨ªa
La aplicaci¨®n de la pena capital contra individuos violentos ha tenido un profundo impacto gen¨¦tico en la evoluci¨®n humana y facilit¨® la aparici¨®n de algunos rasgos que diferencian al Homo sapiens del resto de animales, seg¨²n propone el prestigioso primat¨®logo brit¨¢nico Richard Wrangham, quien advierte de que esta hip¨®tesis no deber¨ªa utilizarse para justificar su aplicaci¨®n hoy en d¨ªa.
Comparados con los chimpanc¨¦s, nuestros primos cercanos con los que compartimos el 99,4% del ADN, los seres humanos somos m¨¢s pac¨ªficos. Esto es as¨ª porque durante los ¨²ltimos 300.000 a?os peque?as poblaciones de Homo sapiens?se organizaron para eliminar a aquellos individuos que mostraban un comportamiento violento que pon¨ªa en riesgo la paz y la supervivencia de la tribu.
La aplicaci¨®n de la pena de muerte, que se ha documentado en tribus de cazadores y recolectores de todo el mundo, disminuy¨® la probabilidad de que los genes responsables de las tendencias agresivas se transmitieran a la siguiente generaci¨®n, afirma el catedr¨¢tico de la Universidad de Harvard (EE UU) en una entrevista con EL PA?S realizada en Londres. A trav¨¦s de ese mecanismo, sostiene, los humanos se autodomesticaron.
El desarrollo del lenguaje favoreci¨® que individuos que se encontraban bajo la subordinaci¨®n de un d¨¦spota pudieran fraguar planes de forma segura para protegerse del acosador, que a menudo era f¨ªsicamente poderoso y podr¨ªa haber vencido a cualquier miembro del clan en un enfrentamiento directo.
Es f¨¢cil pensar que somos una especie violenta. Pero cuando comparas la frecuencia de los incidentes entre humanos con la de los chimpanc¨¦s te das cuenta de que somos bastante m¨¢s pac¨ªficos
Purgar a los individuos m¨¢s belicosos ¡°fue un cambio dram¨¢tico en la presi¨®n evolutiva humana que provoc¨® una selecci¨®n contra los comportamientos agresivos de tipo reactivo, favoreci¨® de la paz y la tolerancia y permiti¨® la aparici¨®n de un nuevo tipo de sociedad¡±, explica Wrangham.
¡°En los peri¨®dicos siempre vas a encontrar noticias de gente que ha utilizado este tipo de comportamientos reactivos, as¨ª que es f¨¢cil pensar que somos una especie violenta. Pero cuando comparas la frecuencia de los incidentes entre humanos con la de los chimpanc¨¦s te das cuenta de que somos bastante m¨¢s pac¨ªficos. Esto nos permite cooperar de formas maravillosas, porque somos m¨¢s tolerantes hacia los otros miembros del grupo al que pertenecemos¡±, sostiene.
La disminuci¨®n de la agresividad vino adem¨¢s asociada con cambios anat¨®micos. Se redujo el tama?o de los huesos y de los dientes, el rostro se estrech¨® y se hicieron menores las diferencias entre los cr¨¢neos de los hombres y las mujeres. Cambios similares se han observado en animales seleccionados de forma artificial durante generaciones para ser menos agresivos, como zorros, gatos y caballos. Tambi¨¦n en especies que se escindieron de otras despu¨¦s de miles de a?os de domesticaci¨®n, como los perros hicieron de los lobos. En todos esos casos, aparecen rasgos caracter¨ªsticos que no se daban en sus ancestros, como manchas blancas en el pelaje y orejas colgantes.
Domesticaci¨®n
¡°Todos esos cambios han sido un misterio para los bi¨®logos durante mucho tiempo¡±, se?ala Wrangham, que form¨® parte del equipo de la primat¨®loga Jane Goodall en los a?os setenta y que cree que ese tipo de procesos de auto-domesticaci¨®n se ha producido en otras especies animales.
El caso m¨¢s claro es el de los bonobos respecto a los chimpanc¨¦s, dos especies cuyo comportamiento Wrangham ha estudiado de cerca en Tanzania y Uganda. All¨ª se dio cuenta de que los chimpanc¨¦s eran extremadamente violentos entre s¨ª, llegando a matar a las cr¨ªas de su propio grupo en ataques de rabia. Eso chocaba con el comportamiento pac¨ªfico y sociable de los bonobos, una especie cuyo genoma s¨®lo difiere un 0,4% del de los chimpanc¨¦s.
El investigador brit¨¢nico lleg¨® a la conclusi¨®n de que los bonobos han evolucionado de maneras que conllevan una reducci¨®n en su agresividad, aunque con un mecanismo distinto al de la pena capital de los humanos.
A diferencia de los chimpanc¨¦s, los bonobos evolucionaron en una zona rica en comida y con escasos competidores, lo que permiti¨® a las hembras alimentarse juntas la mayor parte del d¨ªa. Esa uni¨®n les permiti¨® capear los embates violentos de los machos dominantes, quienes se encontraban con que una actitud menos agresiva aumentaba sus probabilidades de copulaci¨®n.
¡°Los bonobos son una versi¨®n domesticada de los chimpanc¨¦s,¡± afirma Wrangham. ¡°Eso me llev¨® a pensar en los humanos como una versi¨®n domesticada de sus ancestros.¡±
Gran parte de las diferencias anat¨®micas entre el Homo sapiens y dos de sus coet¨¢neos ya extintos, los neandertales y los denisovanos, podr¨ªan atribuirse a este proceso de domesticaci¨®n, sostiene el bi¨®logo. ¡°La predicci¨®n es que nos diferenciamos de estas especies de manera similar que los perros lo hicieron de los lobos¡±.
A pesar de que la pena capital tuvo un peso clave en nuestro pasado evolutivo, Wrangham advierte de que el an¨¢lisis biol¨®gico de la evoluci¨®n humana ¡°no tiene ninguna relevancia para el debate pol¨ªtico actual sobre la pena de muerte¡±.
Puedes seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.