El apetito humano amenaza a la megafauna que queda
Unas 150 especies de grandes animales est¨¢n en peligro de extinci¨®n por su carne, aletas, cuernos o huevos
Para los emperadores chinos de la dinast¨ªa Song (960-1279 de esta era) la sopa de aleta tibur¨®n ya era una delicatessen. En la calidad de un plato influ¨ªa la dificultad de conseguir sus ingredientes y capturar un peligroso escualo deb¨ªa de ser toda una ofrenda al emperador. Adem¨¢s, se cre¨ªa en una especie de transmutaci¨®n, por la que la fortaleza y fiereza del animal pasaban al que se com¨ªa su carne. Tales atavismos convirtieron este plato en un s¨ªmbolo de estatus. Hasta hace muy poco, en China, toda boda, cena de negocios o banquete oficial que se preciara deb¨ªa de incluir sopa de aleta de tibur¨®n. Y eso que estos ap¨¦ndices apenas tienen sabor y el principal aderezo del caldo es el pollo.
Una treintena de especies de tiburones, peces sierra, peces martillo y otros peces cartilaginosos est¨¢n amenazados de extinci¨®n por el deseo de muchos chinos de quedar bien con sus hu¨¦spedes. Seg¨²n un reciente estudio sobre las amenazas a la megafauna, son uno de los grupos de grandes vertebrados m¨¢s acosados, pero no son los ¨²nicos. Hay unas 200 especies de grandes animales que est¨¢n perdiendo poblaci¨®n y 150 de ellas en peligro de extinci¨®n por culpa de diversos apetitos humanos.
"Nuestro estudio muestra que, adem¨¢s de la p¨¦rdida o degradaci¨®n del h¨¢bitat, la caza directa por los humanos es la mayor amenaza para los animales m¨¢s grandes del mundo", dice el profesor de ecolog¨ªa de la Universidad Estatal de Oreg¨®n ( EE UU) y principal autor del estudio, William Ripple. "Hay muchas causas por las que los humanos est¨¢n matando a la megafauna. "Unas veces es por subsistencia, otras por intereses comerciales, en ocasiones es para usos medicinales o simple afici¨®n, a veces la muerte es intencionada y otras no intencionada, por capturas accidentales", a?ade.
El 98% de las especies amenazadas lo est¨¢n por la caza y la pesca
La investigaci¨®n, publicada en Conservation Letters, catalog¨® como megafauna a los mam¨ªferos y peces de m¨¢s de 100 kilogramos (Kg) y a los anfibios, reptiles y aves que superaran los 40 Kg. Encontraron en total 292 especies con datos suficientes sobre su estado de conservaci¨®n y sus principales amenazas. Sus resultados muestran que el 70% de las especies de megafauna est¨¢n perdiendo poblaci¨®n y un 59% se encuentran amenazadas de extinci¨®n, con algunas en peligro cr¨ªtico. Dos datos confirman que los humanos se ceban con los animales m¨¢s grandes: entre las especies de todos los tama?os, la mitad pierden poblaci¨®n y solo una quinta parte est¨¢n amenazadas.
De la decena de amenazas, adem¨¢s de la p¨¦rdida de h¨¢bitat, los investigadores analizaron el impacto de las especies invasoras, la contaminaci¨®n, la deforestaci¨®n, avance de la agricultura, cambio clim¨¢tico... Aunque muchas especies sufren impactos desde varios frentes, la caza est¨¢ presente en el 98% de las amenazadas. En el apartado caza se incluye tambi¨¦n la pesca.
"El consumo es muy grave. Incluye un tr¨¢fico ilegal enorme de subsistencia y comercial para los mercados legales e ilegales", sostiene el investigador Gerardo Ceballos, del Instituto de Ecolog¨ªa de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico y coautor del estudio. "Es parte de lo que hemos llamado la 'aniquilaci¨®n de la naturaleza'. La mayor parte de este consumo se debe a dos factores: La miseria en la que se encuentra un elevado n¨²mero de personas en el planeta y a la avaricia de las mafias, principalmente asi¨¢ticas (chinas) que dominan el mercado negro".
Hay especies cazadas por su carne, su piel, sus plumas y hasta sus huevos, como el avestruz somal¨ª, colocado en peligro extremo por la caza de subsistencia. En otras, su condena est¨¢ en sus adornos y viene de lejos, como sucede con elefantes y rinocerontes. Pero es la comida, generalmente de platos supuestamente exquisitos, la que est¨¢ matando a muchos de los pocos grandes animales que quedan. Entre esas exquisiteces est¨¢ la carne de la salamandra gigante china, el ¨²nico anfibio de la lista, el ¨²nico gran anfibio que queda.
"La situaci¨®n de las poblaciones de la salamandra gigante china es absolutamente cr¨ªtica", asegura el investigador del Instituto de Zoolog¨ªa de la Sociedad Zool¨®gica de Londres, Samuel Turvey. Autor de varios libros sobre extinciones provocadas por los humanos, Turvey particip¨® entre 2013 y 2016 en una extensa campa?a para conocer el estado de este anfibio. Realizaron estudios de campo en 97 condados de China y entrevistaron a unos 3.000 lugare?os "y no encontramos ninguna salamandra gigante en libertad", dice el zo¨®logo brit¨¢nico, que no ha intervenido en el estudio de la megafauna. Las ¨²nicas que vieron fueron ejemplares escapados de granjas donde las cr¨ªan como ganado.
Aunque este animal lleva tiempo en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n seg¨²n la Lista Roja de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza, las autoridades chinas a¨²n no han prohibido su captura (fuera de las ¨¢reas protegidas) y su consumo. Quiz¨¢ el caso de los tiburones pueda servir de gu¨ªa: con ellos la presi¨®n sobre la oferta parece no funcionar, pero s¨ª las acciones para reducir su demanda.
En la mayor¨ªa de los pa¨ªses, tambi¨¦n en China, est¨¢ prohibida la pesca de algunas especies, pero no la de otras y las aletas de los tiburones deben parecerse mucho. Una reciente investigaci¨®n de la Universidad de Hong Kong, principal puerto y mercado de estos ap¨¦ndices, mostr¨® que al menos un tercio de las aletas pertenec¨ªan a especies que aparecen como amenazadas en la Lista Roja.
La sopa de aleta de tibur¨®n era un plato obligado en bodas, cenas de negocios y banquetes oficiales hasta hace poco
"Los datos apuntan a que las capturas globales de tiburones han sobrepasado el mill¨®n de toneladas al a?o, m¨¢s del doble que hace seis d¨¦cadas. Esta sobreexplotaci¨®n amenaza hoy casi al 60% de las especies de tiburones, la mayor proporci¨®n de entre todos los vertebrados", dec¨ªa en una nota la bi¨®loga de la universidad de la antigua colonia brit¨¢nica, Yvonne Sadovy. "La exclusividad de un producto natural combinado con su reducida disponibilidad en libertad aumenta su precio y lo convierte en producto atractivo para las redes de negocios, incluido el amplio tr¨¢fico ilegal. Este tr¨¢fico se ha demostrado muy dif¨ªcil de controlar por las autoridades", a?ad¨ªa.
Sin embargo, seg¨²n estad¨ªsticas oficiales, el consumo de aletas de tibur¨®n en China ha descendido en un 80% en los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n recoge un informe de la organizaci¨®n ecologista y activista WildAid, la importaci¨®n de estos ap¨¦ndices ha descendido en un porcentaje similar. En un contexto en el que tanto Europa como EE UU persiguen este comercio, la presi¨®n de las organizaciones conservacionistas llev¨® al Gobierno chino a retirar la sopa de tibur¨®n de sus banquetes oficiales. Las campa?as contra este plato de organizaciones como WildAid despegaron con los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn de 2008. Hoy las principales cadenas hoteleras lo han retirado de sus men¨²s y empieza a estar mal visto celebrar la boda con este caldo.
La clave, por tanto, podr¨ªa estar en combatir la demanda con el arma de la educci¨®n. Lo explica el presidente ejecutivo de WildAid, Peter Knights: "Nuestras campa?as, apoyadas por los medios gubernamentales y encabezadas por iconos como Yao Ming [exjugador de la NBA] y otras celebridades chinas han cambiado las actitudes p¨²blicas hacia las aletas de tibur¨®n. Cuando la gente ha sabido del descenso de las poblaciones de tibur¨®n y su impacto en la salud de los ecosistemas marinos y han descubierto la crueldad en la forma de capturarlos, la sopa da m¨¢s verg¨¹enza que prestigio".
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