La ¡®Bj?rk espa?ola¡¯ que explora el sonido
La navarra Merche Blasco se ha hecho un nombre ilustre en el campo de la experimentaci¨®n musical en Estados Unidos
Merche Blasco, una inquieta navarra de 39 a?os que decidi¨® marcharse a hacer las Am¨¦ricas en forma de beca Fulbright hace ya una d¨¦cada, ha logrado hacerse un nombre en Estados Unidos en el complejo campo de la experimentaci¨®n sonora. No falta quien la ha acabado llamando la Bj?rk espa?ola¡, lo que es mucho llamar. Su gran ¨¦xito le sobrevino en 2013, cuando consigui¨® llenar el neoyorquino Prospect Park con la presentaci¨®n de su obra Blink. Esta compositora e ingeniera hab¨ªa creado un casco con un sistema de cinco luces integrado, donde cada luz representaba un timbre de bicicleta con un sonido distinto. Hizo de maestra de ceremonias indicando a los ciclistas que la segu¨ªan cu¨¢ndo deb¨ªan tocar su timbre (al ver qu¨¦ luz se encend¨ªa en su casco) y la composici¨®n musical recorri¨® durante media hora el parque. The New York Times y The Wall Street Journal se hicieron eco de aquel sorprendente espect¨¢culo.
Pero ese no fue su ¨²nico ¨¦xito. Con Sonic Bloom en 2016, fue una de las responsables de que el parque de High Line, en Manhattan, rebasara su capacidad. Blasco hab¨ªa dotado de sensores de luz a las plantas del parque urbano, de forma que al alumbrarlas con una linterna emitieran ciertos sonidos y formaran una composici¨®n musical. Un a?o antes, y tambi¨¦n en el High Line, hab¨ªa presentado la performance titulada Honk 210 Hz: en aquella ocasi¨®n eligi¨® una de las gradas donde la gente se sienta a contemplar el tr¨¢fico y gui¨® a nueve sopranos a que emitieran distintos sonidos en funci¨®n de lo que vieran pasar. Eran sopranos b¨¢sicamente porque Blasco hace hincapi¨¦ en que prefiere trabajar con mujeres por un tema de representaci¨®n, ya que en la industria musical, lamenta, la balanza suele estar inclinada del otro lado.
Sus peculiares puestas en escena le han dado cierta notoriedad dentro del mundo de la composici¨®n musical internacional, pero Blasco tambi¨¦n trabaja creando nuevos instrumentos. La mism¨ªsima Laurie Anderson ¡ªuna de las grandes damas de la experimentaci¨®n musical y viuda de Lou Reed¡ª le hizo entrega del premio del p¨²blico al instrumento m¨¢s inusual en el Margaret Guthman Musical Instrument Competition. La artista Sibyl Kempson tambi¨¦n se fij¨® en ella y la invit¨® a colaborar en un proyecto comisariado por el Whitney Museum: en un barco, ciertos artistas representaban Atlantis, la civilizaci¨®n perdida, y mostraban su mundo a los espectadores. Merche Blasco era la encargada de los sonidos y cre¨® sus propios instrumentos para la ocasi¨®n.
¡°Lo que m¨¢s me interesa es la improvisaci¨®n musical¡±, sostiene. ¡°La tecnolog¨ªa comercial ¡ªordenadores, sintetizadores¡¡ª me limitaba. Me gusta crear de forma intuitiva, los instrumentos que construyo son imprecisos, de agua, de madera¡ y se me rebelan, tienen vida propia¡±.
En la actualidad trabaja en ?Anette, una m¨¢quina de 3D que se ha construido ella misma a trav¨¦s de tutoriales para crear instrumentos que amplifiquen la voz de las m¨¢quinas, en un gui?o a Alexa, como representante de los asistentes digitales actuales. Y est¨¢ cursando su doctorado en la Universidad de Nueva York. Piensa hacer su tesis sobre la etnograf¨ªa de mujeres que utilizan la tecnolog¨ªa de forma no normativa, como Pauline Oliveros, Pamela Z, Laetitia Sonami, Miya Masaoka o Cecilia L¨®pez.
En Espa?a hay quien hab¨ªa o¨ªdo hablar de ella por su primer proyecto de experimentaci¨®n musical en solitario, Burbuja (S¨®nar, 2007). No es precisamente una ?celebridad entre el p¨²blico espa?ol, pero en EE UU Blasco se est¨¢ consolidando como una de las creativas m¨¢s interesantes en la experimentaci¨®n sonora.
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