12 edificios de Espa?a que ya no sirven para nada. ?Los demolemos?
Son joyas de la arquitectura y los expertos temen que algunos corran la misma suerte que la m¨ªtica Pagoda de Fisac, derribada en 1999. Pero no todos pueden convertirse en centros culturales. ?T¨² qu¨¦ piensas?
"El uso es el formol de la arquitectura". Estas palabras del arquitecto donostiarra Ekain Jim¨¦nez, vocal de cultura del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro en ?lava, resumen la vieja pol¨¦mica que en los ¨²ltimos a?os han ejemplificado obras como las cocheras de Cuatro Caminos, para cuya demolici¨®n ha dado luz verde recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Madrid: ?qu¨¦ hacer con aquellos edificios que han dejado de utilizarse, pero que poseen una arquitectura interesante o protegida?
La pregunta tiene muchas respuestas posibles. Te proponemos que votes en la encuesta al final del art¨ªculo cu¨¢l debe ser el destino de 12 edificios, y te retamos a que compartas tus ideas sobre c¨®mo reutilizarlos, con una condici¨®n: que no sean un centro cultural.
En el caso de las cocheras, asociaciones como Madrid Ciudadan¨ªa y Patrimonio defienden que deben conservarse porque constituyen una muestra del sello que, hace 100 a?os, imprimi¨® en el Metro de Madrid Antonio Palacios, responsable de edificios tan emblem¨¢ticos de la ciudad como el Palacio de Comunicaciones o el C¨ªrculo de Bellas Artes.
El patrimonio que nunca volver¨¢
La justicia, sin embargo, niega ese inter¨¦s arquitect¨®nico y ha avalado la decisi¨®n de la Comunidad de no declararlas bien de inter¨¦s cultural (BIC). Metro de Madrid sigue usando parcialmente las cocheras, aunque la degradaci¨®n se ha acelerado en las ¨²ltimas d¨¦cadas y de hecho en 2016 se demoli¨® el Edificio Tuduri que formaba parte del complejo, debido a su estado de ruina.
Ahora podr¨¢n ser derribadas por completo, una suerte que ya corrieron otros edificios madrile?os del siglo pasado como la famosa Pagoda de Fisac, construida en 1965 en la N-II (la carretera de entrada a Madrid desde Barcelona), y cuyo derribo en 1999 fue comparado con la quema de un Mir¨®; la casa Guzm¨¢n, de Alejandro de la Sota en Algete (Madrid), sustituida hace dos a?os por un anodino chal¨¦; o, fuera de la capital, la casa Sobrino, que en 1971 construy¨® Javier Carvajal en San Sebasti¨¢n y cuya demolici¨®n denunci¨® precisamente Ekain Jim¨¦nez en 2008.
Ninguno de estos edificios hab¨ªa sido declarado bien de inter¨¦s cultural. En algunos casos (las cocheras de Cuatro Caminos son un ejemplo) ni siquiera estaban incluidos en los cat¨¢logos de los colegios oficiales de arquitectura oportunos, tradicional antesala de la declaraci¨®n como BIC por parte de la Administraci¨®n, aunque lo cierto es que tampoco esta protecci¨®n garantiza siempre la buena suerte de las construcciones que pierden su uso original.
Es el caso del pabell¨®n de los Hex¨¢gonos. Levantado en 1958 por Jos¨¦ Antonio Corrales y Ram¨®n V¨¢zquez Molez¨²n, represent¨® a Espa?a en la Exposici¨®n Universal de Bruselas y consigui¨® ganar el primer premio, pero desde 1975 ¡ªcuando se cerr¨® y cay¨® en desuso, salvo alguna actividad espor¨¢dica del INEM¡ª? languidece en la Casa de Campo de Madrid, donde fue trasladado un a?o despu¨¦s.
Los sucesivos alcaldes madrile?os han prometido salvarlo de la ruina: en 1991 se propuso moverlo al Paseo Imperial, en 2011 se anunci¨® su traslado al Campo de las Naciones? y en 2014 se dijo que albergar¨ªa la nueva jefatura de bomberos. Sin embargo, ni siquiera la declaraci¨®n como BIC del conjunto de la Casa de Campo en 2010 ha animado a rehabilitar esta joya de la arquitectura espa?ola, que actualmente se encuentra en estado de ruina, aunque los arquitectos dicen que es un edificio que por su gran flexibilidad tendr¨ªa f¨¢cil soluci¨®n.
Lujos que tambi¨¦n languidecen
Otro ejemplo es el de la piscina Stella. Construida en 1945 y protegida por un plan especial desde 2011, constituye uno de los pocos ejemplos del racionalismo madrile?o que quedan en pie. Sirve adem¨¢s para recordar la desaparecida La Isla, una piscina p¨²blica tambi¨¦n con forma de barco que en 1931 construy¨® sobre uno de los islotes del Manzanares Luis Guti¨¦rrez Soto. Este arquitecto, uno de los principales representantes del racionalismo espa?ol, intervino en Stella junto a Jos¨¦ Antonio Corrales en 1951. El marcado car¨¢cter deportivo de Stella, cerrada desde 2006, ha dificultado no obstante su venta y reutilizaci¨®n.
"En arquitectura, la conservaci¨®n de un edificio tiene mucho que ver con el uso al que fue destinado, pero sobre todo depende de los posibles usos que puede asumir con el tiempo", explica Ekain Jim¨¦nez a ICON Design. "Aquel edificio que logre dar facilidades para futuras adaptaciones tendr¨¢ m¨¢s posibilidades de ¨¦xito".
No fue quiz¨¢ el caso de otro paradigma del esplendor, el Gran Hotel Casino de La Rabassada. Construido en 1899 y decorado por el taller del pintor franc¨¦s Edmon Lechavallier Chevignard, se ampli¨® en 1911 con una zona de atracciones y un casino, en el que por cierto se perdieron grandes fortunas en la ¨¦poca. Cuando 1912 el gobernador prohibi¨® el juego, decisi¨®n que ratific¨® Primo de Rivera en 1929, el complejo cay¨® en desgracia. Parte de las instalaciones se derribaron en 1949 y hoy quedan habitaciones, esculturas, t¨²neles de la monta?a rusa y p¨®rticos testigos de la opulencia esparcidos entre la maleza. Aunque est¨¢ declarado patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico catal¨¢n, no es de propiedad p¨²blica, sino que pertenece a dos familias.
Sigue sus pasos la casa Bailly en Cambre (A Coru?a), un hotel y villa de verano modernista, construida en los a?os 20 por Antonio Tenreiro y Peregr¨ªn Estell¨¦s, que hoy presenta un avanzado estado de ruina. O la villa Calamari, en Cartagena, construida por V¨ªctor Beltr¨ª en 1900, y cuya declaraci¨®n como BIC no ha conseguido devolverle el esplendor.
Cuando es la cultura la que se salva de la quema
Edificios como el del antiguo Hospital General de Madrid, que desde 1992 alberga el museo Reina Sof¨ªa, las naves del Matadero, o la Tabakalera de San Sebasti¨¢n se salvaron de la piqueta gracias a su nuevo uso cultural, precisamente el mismo que se hab¨ªa propuesto dar a las cocheras al convertirlas en un museo del Metro de Madrid. Tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, no obstante, lo m¨¢s probable es que sean derribadas y sustituidas por el complejo de viviendas que se planea construir en el solar sobre el que a¨²n se levantan.
Juan Herreros, catedr¨¢tico de la ETSAM y fundador del Estudio Herreros, propone superar la coartada cultural y adoptar soluciones m¨¢s imaginativas: de ello depende no solo la conservaci¨®n de los edificios en desuso, sino la sostenibilidad de las ciudades.
"Despu¨¦s de la fiebre que transform¨® cualquier hospital, c¨¢rcel o convento en un museo o centro cultural, hoy es necesario que, por pura sensibilidad medioambiental y de rentabilidad de las infraestructuras, nos centremos en el reciclado de lo existente [hacia usos m¨¢s funcionales, y evitar as¨ª la necesidad de nuevas construcciones para esos fines]", explica Juan Herreros a ICON Design. Y a?ade: "Algunos edificios no tienen una calidad arquitect¨®nica extraordinaria, pero son lo suficientemente interesantes para convertirlos en el germen de importantes operaciones urbanas. No demandan una conservaci¨®n historicista, pero s¨ª estar¨ªa bien que mantuvieran su car¨¢cter".
Uno de estos edificios es el del Parque M¨®vil del Estado de la Calle Cea Berm¨²dez, construido inmediatamente despu¨¦s de la Guerra Civil como aparcamiento y taller de reparaci¨®n de los coches oficiales que usan los altos cargos. "No es un edificio abandonado, pero s¨ª uno infrautilizado que ocupa casi 30.000 metros cuadrados de suelo urbano", explica Herreros. "Sus interiores ofrecen unas estructuras de hormig¨®n y unas cubiertas transparentes muy interesantes, por no hablar de la famosa rampa de doble h¨¦lice, posiblemente inspirada en la de la Fiat Lingotto de Tur¨ªn, y sin duda el elemento m¨¢s singular y valioso del conjunto".
"El Plan General [de Ordenaci¨®n Urbana del Ayuntamiento]", a?ade Herreros, "ya prev¨¦ que pueda reconvertirse para albergar usos comerciales y residenciales, e incluso fue reclamado por la alcaldesa Manuela Carmena para construir viviendas sociales. En cualquier caso, es un enclave privilegiado para desplegar un programa ambicioso, propio de una ciudad que utiliza la arquitectura para reconstruir su identidad y posicionarse en el mundo".
Frente al edificio del Parque M¨®vil, tambi¨¦n ha llamado la atenci¨®n del arquitecto una construcci¨®n en ruinas que puede ver desde su estudio: "Se trata de unas viviendas en hilera que utilizaron los empleados del Canal de Isabel II. Llevan d¨¦cadas deshabitadas", dice. "Conforman un conjunto inocente de casas patio con una delicada factura en ladrillo que ha merecido su catalogaci¨®n por el Ayuntamiento de Madrid y que ser¨ªa una perfecta residencia de artistas ligados a la danza y al teatro vinculados con los Teatros del Canal. En el mismo recinto, hay una antigua casa m¨¢s importante que podr¨ªa ser un centro de actividades colectivas del grupo. Es una ubicaci¨®n privilegiada para la que parece no haber proyecto futuro que destacar¨ªa los Teatros del Canal como centro de Artes Esc¨¦nicas".
No todo puede ser un centro cultural
Ekain Jim¨¦nez advierte no obstante que los problemas tampoco terminan una vez logrado el inter¨¦s de la Administraci¨®n, ya que los nuevos usos con los que se intentan salvar edificios como el del pabell¨®n de los Hex¨¢gonos no siempre son los m¨¢s respetuosos con su arquitectura. "Los pol¨ªticos no entienden que es el edificio el que debe decidir qu¨¦ usos puede incorporar", dice. "Lo m¨¢s habitual es que el gobierno local decida previamente c¨®mo va a usarse un determinado edificio para rehabilitarlo y conservarlo, en vez de pedir a los t¨¦cnicos del Ayuntamiento o al correspondiente colegio de arquitectos que elaboren una lista de los usos que puede admitir".
Es lo que por ejemplo ocurre en el caso de la gasolinera Goya de Vitoria, uno de los primeros edificios racionalistas del Pa¨ªs Vasco y BIC desde 1994. Fue construida en 1934 por Jos¨¦ Luis L¨®pez de Uralde y mantuvo hasta hace poco su funci¨®n de gasolinera, pero actualmente est¨¢ sin uso y se discute su futura utilidad.
"Los usos que los distintos grupos pol¨ªticos han ido proponiendo en los ¨²ltimos a?os van desde el esperpento hasta soluciones t¨¦cnica y urban¨ªsticamente inviables", protesta Ekain Jim¨¦nez. La propiedad del edificio ni siquiera ha pasado todav¨ªa a las manos del Ayuntamiento de Vitoria, pero la perspectiva de que as¨ª sea ha animado a los distintos partidos pol¨ªticos a prometer a sus votantes dotarlo de alg¨²n tipo de uso cultural.
"La ¨²ltima propuesta es que la gasolinera albergue el Centro Alberto Schommer de Fotograf¨ªa", cuenta Jim¨¦nez. "Sin embargo, el edificio no permite la inclusi¨®n de un archivo, ya que los condicionantes hidrot¨¦rmicos del mismo har¨ªan necesario un nuevo edificio dentro del existente, algo incompatible con su arquitectura. Las exposiciones permanentes del museo sufrir¨ªan igualmente un serio riesgo de deterioro, ya que habr¨ªa que adecuar el edificio para garantizar la temperatura y la sequedad propias del uso muse¨ªstico, una actuaci¨®n que ser¨ªa igualmente agresiva", a?ade.
Apropiarse de la herencia
Una soluci¨®n para conciliar la rehabilitaci¨®n de un edificio con sus usos posibles es convocar un concurso de ideas con jurado. En este tipo de convocatorias, explica Jim¨¦nez, son los arquitectos concurrentes los que proponen ideas y su resoluci¨®n a partir de un anteproyecto, proponiendo incluso ellos mismos los usos posibles. Posteriormente, es un jurado conformado por arquitectos entendidos el que dirime. "Esto es muy habitual en Europa, pero no aqu¨ª, donde lo habitual es que el Gobierno convoque un concurso de proyectos con los usos ya definidos", lamenta.
Andr¨¦s Jaque, premio Dionisio Hern¨¢ndez Gil a la intervenci¨®n en edificios hist¨®ricos y uno de los arquitectos m¨¢s innovadores a nivel internacional, coincide en reintentar usos y buscar soluciones creativas. "Nos incomoda que la arquitectura no funcione seg¨²n expectativas convencionales predeterminadas, pero desde una perspectiva ecol¨®gica es importante que nos apropiemos con inteligencia del entorno material que heredamos", dice.
Para Jaque, "la clave para que un edificio pueda evolucionar y asumir cambios es que forme parte de una sociedad con capacidad de mediaci¨®n y de cultivar un tejido de expertos (arquitectos, urbanistas, historiadores, dise?adores gr¨¢ficos, artistas, mediadores sociales, comunicadores) con una formaci¨®n de calidad, buenas condiciones de trabajo y acostumbrados a trabajar juntos".
Es lo que se ha propuesto demostrar en Acupuntura, un proyecto con el que su oficina, la Office for Political Innovation, ha convertido la reforma del edificio del Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Madrid, todav¨ªa en curso, en una especie de performance. "En lugar de cerrar el edificio durante dos a?os, se ha optado por un proceso por etapas, en las que el p¨²blico del museo pueda ser part¨ªcipe del proceso y los artistas que el CA2M moviliza puedan contribuir tambi¨¦n a su evoluci¨®n", explica Andr¨¦s Jaque. De esta manera, la reforma del edificio no se limita a la ejecuci¨®n de las obras, sino que engloba una serie de intervenciones art¨ªsticas y de debates sobre la naturaleza del museo que a su vez informan sobre sus distintos usos.
"Los edificios no son contenedores inertes", advierte Jaque. "Incluso el pabell¨®n de Barcelona, de Mies van der Rohe, depende de que las f¨¢bricas de terciopelo o de vidrio tintado [materiales destacados en el edificio] mantengan los niveles de calidad y la sensibilidad que lo hicieron posible en 1929; o de que se mantenga un aprecio por la jardiner¨ªa como el que permiti¨® que en su inauguraci¨®n su lago estuviese cubierto de nen¨²fares".
Lo m¨¢s importante, por tanto, "es que entre todos fomentemos una sociedad en la que se valore la curiosidad, se premie y se estudie la invenci¨®n y el amor por lo que nos rodea, y se sea optimista con la diferencia", concluye Andr¨¦s Jaque. "Una sociedad capaz de imaginar que una antigua estaci¨®n puede convertirse en un colegio, o que es posible usar la carpa del circo como el lugar en el que se re¨²ne una junta de vecinos, es una sociedad m¨¢s tolerante, optimista, y con m¨¢s recursos para reinventarse".?
Y con estos edificios, ?qu¨¦ hacemos? Vota en esta encuesta o deja en los comentarios tus ideas sobre c¨®mo se pueden reutilizar.
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