?Es eficaz la huelga en la era digital?

Diecis¨¦is d¨ªas es lo que ha durado en Madrid el paro profesional que aprob¨® el 75% de los due?os de licencias de taxi que acudieron a votar los d¨ªas 15 y 16 de enero. Ten¨ªan tres opciones en las papeletas: no hacer nada, aprobar unos paros limitados temporalmente o quemar las naves con un paro indefinido. Eligieron la ¨²ltima opci¨®n y Madrid se qued¨® sin taxis. Pero la ciudad sigui¨® su curso. El uso del metro aument¨® y muchos ciudadanos descubrieron a Uber y a Cabify. Y tras perder unos 30 millones de euros entre los alrededor de 17.000 taxistas de la regi¨®n, no han conseguido que la Comunidad, del PP, se mueva de su postura y ponga l¨ªmites a su competencia. En cambio, en Barcelona, usando las mismas armas, seis d¨ªas de paros fueron suficientes para lograr que la alcaldesa, Ada Colau (de Barcelona en Com¨²), anunciara su espaldarazo al sector: los VTC tendr¨¢n un periodo de precontrataci¨®n de al menos una hora de antelaci¨®n.

En el sector del taxi no ha habido una huelga sino un paro sectorial aprobado por los due?os de las licencias. Por tanto, a pesar de tratarse de un servicio p¨²blico, no se han visto sujetos al cumplimiento de unos servicios m¨ªnimos como s¨ª cumplen por ejemplo los conductores del metro. Es por este motivo que las molestias han sido palpables para los madrile?os. Pero, ?y si los taxis hubiesen intentado forzar una negociaci¨®n sin necesidad de dejar de trabajar?

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La pol¨ªtica tambi¨¦n ti?e la publicidad

Vivimos en pleno cambio tecnol¨®gico, lo que est¨¢ forzando la renovaci¨®n de la mayor¨ªa de los sectores econ¨®micos. Sin embargo, en las formas de protesta y reivindicaci¨®n se ha innovado poco y se acude a una herramienta del siglo XIX: la huelga. Incluso los VTC han echado mano en Barcelona de este antiguo modo de presi¨®n. ?Acaso no hay alternativas m¨¢s efectivas que esta? ?No hay innovaci¨®n posible en este frente?

Lo cierto es que los taxistas podr¨ªan haber invertido 30 millones de euros en una campa?a publicitaria que empapelara la Gran V¨ªa y en la que explicaran sus demandas. Quiz¨¢ as¨ª se hubieran ganado a algunos ciudadanos. Tambi¨¦n podr¨ªan haber aprobado medidas para disminuir el perjuicio a los usuarios de taxi, siendo este un sector que no siempre cuenta con la simpat¨ªa un¨¢nime.

Mar¨ªa Cruz Vicente, secretaria de Acci¨®n Sindical del sindicato CC OO, cree que s¨ª se pueden a?adir esfuerzos v¨ªa campa?as y que, si se puede, ser¨ªa correcto disminuir el da?o causado, aunque esa decisi¨®n corresponde siempre a los trabajadores. Sostiene que la mejor arma sigue siendo la huelga o el paro tal y como la conocemos. ¡°Es la herramienta estrella que tenemos para defender nuestros derechos y seguir¨¢ us¨¢ndose cuando no haya otro remedio¡±.

En Espa?a, los sindicatos profesionales adem¨¢s de huelgas s¨ª hacen campa?as para defender sus causas. Adem¨¢s, ejercen su influencia en los medios para transmitir, m¨¢s que sus demandas, que tambi¨¦n, la importancia social de su tarea. Por ejemplo, durante las movilizaciones del a?o pasado los jueces y fiscales defendieron su profesi¨®n como un bien para el conjunto de la sociedad, al igual que hicieron antes los m¨¦dicos o los profesores con las mareas blanca y verde cuando tuvieron que plantar cara a los recortes. ¡°Pero eso solo funciona para los sindicatos profesionales¡±, apunta Fernando Fern¨¢ndez, profesor de Econom¨ªa y Finanzas del IE Business School. ¡°Por dos razones: tienen m¨¢s poder para llegar al p¨²blico general y, adem¨¢s, se les hace m¨¢s caso. Pueden justificar sus demandas porque son bienes superiores, pero por encima de todo lo que defienden es su sueldo y sus condiciones¡±.

En las formas de protesta y reivindicaci¨®n se ha innovado poco y se acude a una herramienta del
siglo XIX

Sin embargo, es m¨¢s dif¨ªcil ver este tipo de campa?as en sectores como el del taxi. ¡°A la gente de a pie le resulta m¨¢s dif¨ªcil de entender. Bien porque desconf¨ªa o porque no tiene la visi¨®n necesaria para hacer una apuesta por una estrategia tan elaborada¡±, dice Helena Soleto, directora del m¨¢ster de Mediaci¨®n, Negociaci¨®n y Resoluci¨®n de Conflictos de la Universidad Carlos III.

Hay un aspecto en el que las nuevas tecnolog¨ªas s¨ª han demostrado su incidencia en los paros: el uso de las redes sociales y de las plataformas digitales resulta fundamental hoy para la movilizaci¨®n y las protestas. Son un aliado para organizar manifestaciones sin anunciar y lanzar mensajes m¨¢s radicales. ¡°Gracias a Facebook o a WhatsApp los taxistas, por poner un ejemplo, han intensificado y polarizado a¨²n m¨¢s a sus bases¡±, afirma David Murillo, profesor de Ciencias Sociales en la Escuela Superior de Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresa (Esade). ¡°No s¨¦ qu¨¦ ser¨ªa de ellos sin estas herramientas. No habr¨ªan podido bloquear la Castellana, por ejemplo. Adem¨¢s, cuando el culpable ¨²ltimo de tus males est¨¢ tan lejos, con sede en San Francisco o en cualquier otro pa¨ªs en un mundo globalizado, las movilizaciones necesariamente tienen que subir de tono y las redes sociales ayudan a esto¡±. En este caso, el de los taxistas, las protestas no iban dirigidas contra las empresas de la competencia sino que intentaban presionar al Gobierno regional que controla las licencias de VTC.

Si se opta por un paro, como ya se ha se?alado, los trabajadores en huelga pueden adoptar medidas para disminuir las molestias ocasionadas a sus clientes. Ignacio Muguiro, de la agencia de comunicaci¨®n Morillas, propone una idea con la que los ciudadanos estar¨ªan dispuestos a aceptar de una manera m¨¢s favorable la interrupci¨®n del servicio: ¡°Estar¨ªa bien que adem¨¢s de la huelga se apruebe tambi¨¦n un plan para mitigar el impacto de esta, ofreciendo alg¨²n tipo de beneficio al p¨²blico afectado. En el ejemplo de los taxis, el gremio podr¨ªa asumir un descuento o regalo de servicio, como un viaje sin bajada de bandera o una reducci¨®n de tarifa durante un tiempo equiparable a la duraci¨®n del paro¡±.

Javier Suso, consejero delegado de la agencia de publicidad VCCP, cree que tambi¨¦n se puede limitar la duraci¨®n del paro haci¨¦ndolo intermitente, una hora de cada dos. ¡°As¨ª se causar¨ªa un perjuicio asumible por todos los ciudadanos y no se desvirtuar¨ªa este servicio p¨²blico: tendr¨ªan que planificarse mejor los taxistas y el p¨²blico no sufrir¨ªa tanto¡±.

A Vicente, de CC OO, estas propuestas le parecen ocurrencias: ¡°Cada colectivo que hace una movilizaci¨®n la organiza de aquella forma que menos coste tenga para las personas que la hacen y sea m¨¢s efectiva para lograr la resoluci¨®n de su conflicto. En una empresa puedo hacer m¨¢s da?o con un paro intermitente, adem¨¢s del desconcierto que causo. No veo que suponga mucha ventaja¡±.

Parece inevitable pensar que los problemas y los perjuicios que ocasionan los paros totales tendr¨¢n que ir acompa?ados de medidas que contrarresten la imagen del sector en conflicto. ¡°Pero todas estas medidas se van a alinear con el objetivo final y la huelga ser¨¢ una herramienta m¨¢s¡±, afirma Jos¨¦ Mar¨ªa Goerlich, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Valencia. ¡°No va, ni mucho menos, a desaparecer, me temo¡±.