Andoni Luis Aduriz cuenta c¨®mo cre¨® Mugaritz
Repasando mi recorrido, me pregunto cu¨¢nto habr¨¢ modificado mi cerebro lo vivido. Desde mis estudios en San Sebasti¨¢n y pr¨¢cticas en elBulli hasta el Mugaritz de hoy, creo que la voluntad es capaz de construir sue?os
La memoria siempre juega a favor de la versi¨®n de los hechos m¨¢s acorde con el relato que cada uno desea componer de su vida. M¨¢s a¨²n, estoy seguro de que lo que hemos aproximado hasta el presente se ha vestido con elementos que ci?en lo aludido a nuestro gusto. Repasando mi recorrido por los fogones, me pregunto cu¨¢nto habr¨¢ escorado mi cerebro lo vivido; qu¨¦ partes se habr¨¢n perdido o bifurcado para llegar al momento en que est¨¢ hoy mi imagen del pasado. Recuerdos que, m¨¢s all¨¢ de su precisi¨®n, perfilan un trayecto con la apariencia de la ra¨ªz de un roble.
La bellota se plant¨® el d¨ªa que mi madre, viendo que no mostraba vocaci¨®n alguna, decidi¨® matricu?larme en la Escuela Superior de Cocina de San Sebasti¨¢n. El motivo que la llev¨® a adoptar esa decisi¨®n brot¨® durante su infancia, viviendo las miserias de la Guerra Civil. ¡°Si est¨¢ en una cocina, nunca pasar¨¢ hambre¡±, pens¨®.
Mi familia vivi¨® como una tragedia que yo no aprobase las asignaturas suficientes el segundo a?o y no pudiera pasar de curso, aunque fue una de las situaciones m¨¢s extraordinarias que me han sucedido. Un a?o despu¨¦s, al completar mis ex¨¢menes pendientes y reincorporarme a la escuela, el hecho de no conocer a nadie me empuj¨® a acercarme a dos chicos que, como yo, estaban reci¨¦n llegados. La particularidad era que ven¨ªan rebotados de la universidad por un impulso vocacional. Si te arrimas a una tuna, probablemente termines tocando la pandereta; pero si te pegas a unos apasionados por la gastronom¨ªa, acabar¨¢s ahorrando para ir a comer a Francia y comprar libros de grandes chefs. Ah¨ª fue cuando se me abri¨® el apetito de saber.
Y como una cosa lleva a la otra, me vi compitiendo en un concurso de cocina que viv¨ª como una derrota al lograr una segunda posici¨®n. El premio era una estancia en un restaurante que en aquella ¨¦poca no era muy conocido, en la localidad de Roses, en Girona. El paso por elBulli fue una ense?anza en constancia, una instrucci¨®n en paciencia, una sobredosis de creatividad que, dos a?os despu¨¦s, me devolvi¨® al mundo siendo otra persona.
Llevaba un a?o instalado nuevamente en San Sebasti¨¢n cuando asom¨® la posibilidad de disputar la concesi¨®n de un restaurante. Se trabaj¨® durante muchos meses, trazando sobre los planos lo que entend¨ªamos que iba a ser el proyecto que nos ver¨ªa crecer. Una semana antes de finalizar el plazo de presentaci¨®n de solicitudes, y siendo la nuestra la ¨²nica propuesta sobre la mesa, lleg¨® una oferta arrolladora que se llev¨® el concurso, nuestros ¨¢nimos y muchos meses de trabajo. El azar quiso que semanas despu¨¦s se cruzase en nuestro camino el inmueble que hoy acoge Mugaritz.
Un trance en medio de una dif¨ªcil situaci¨®n es a lo que tuvimos que enfrentarnos cuando se incendi¨® el proyecto en 2010, justo unos meses despu¨¦s de que dos de los socios que hab¨ªan iniciado la aventura decidieran abandonarlo. Cuentas en rojo, paredes, techos y suelos en negro, y un porvenir en gris viraron hasta levantar la cocina m¨¢s blanca que yo hab¨ªa visto nunca.
Repasando la descripci¨®n de este trayecto, considero que, de existir moraleja en todo esto, ser¨ªa que la voluntad es como la ra¨ªz de un roble. Busca y ancla, sorteando dificultades y obst¨¢culos. No hay terreno que no se pueda serpentear, traspasar, atravesar o penetrar. No hay sue?o que no se pueda moldear para construir, y acicalar, nuestra propia historia.
Caldo de pollo
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 litros de agua
- 1 kilo de pollo
- 200 gramos de puerros
- 200 gramos de zanahorias
Instrucciones
Trocear el pollo separando las pechugas, los muslos con las piernas, las alas y las carcasas. Limpiar las verduras y trocearlas. Introducir el pollo y las verduras en la olla y cubrir con el agua. Llevar a ebullición y mantener un hervor suave durante 4 horas. Colar el caldo usando un chino. Presionar bien la carne para obtener la mayor cantidad de caldo posible. Reservar la carne para otras recetas. Ajustar el punto de sal.
Colocar el caldo en un recipiente y cubrir con papel transparente. Enfriar primero a temperatura ambiente y luego en la nevera hasta que se solidifique la grasa en la superficie. Retirarla por completo.
3. Acabado y presentaci¨®n
Servir muy caliente acompañado de un poco de perejil picado.
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