No toda la ayuda que llega a Venezuela es humanitaria
Es un hecho grav¨ªsimo la utilizaci¨®n de los principios que rigen el humanitarismo con la finalidad de realizar injerencia pol¨ªtica
Aquellos que no est¨¦n familiarizados con la acci¨®n humanitaria quiz¨¢s piensen que ayuda es todo y que es bienvenida venga de donde venga. Quiz¨¢s les sorprenda y les interese saber que est¨¢ regulada perfectamente por normas y resoluciones.
La Resoluci¨®n A/RES/46/182 de la 78? sesi¨®n plenaria de Naciones Unidas de 19 de diciembre de 1991 indica que ayuda es todo lo que comprende esas condiciones que aparecen recogidas en dicha resoluci¨®n y que solo puede ser referido a ellas.
Se define como acci¨®n humanitaria (AH) al conjunto diverso de acciones de ayuda a las v¨ªctimas de desastres (cat¨¢strofes naturales, epidemias y conflictos armados o emergencias complejas), cuya magnitud supera la capacidad de respuesta de las autoridades nacionales. Implica no solo la provisi¨®n de productos y servicios b¨¢sicos para la subsistencia, sino tambi¨¦n, especialmente en situaciones de conflicto, la protecci¨®n de las v¨ªctimas y sus derechos fundamentales a trav¨¦s del trabajo en la defensa de los derechos humanos (advocacy), el testimonio, las demandas, la presi¨®n pol¨ªtica (lobby) y el acompa?amiento.
Los principios que rigen esa ayuda son claros:
Universalidad: cualquier v¨ªctima de un desastre natural o humano debe ser socorrida, independientemente de toda diferencia pol¨ªtica, ¨¦tnica o de otro tipo,
Humanidad: trata de adoptar todas las medidas posibles para evitar o aliviar el sufrimiento humano provocado por conflictos o calamidades,
Independencia: las organizaciones humanitarias deben desempe?ar sus funciones sobre la base de sus propias decisiones,
Neutralidad: trata sobre la abstenci¨®n de todo acto que, en cualquier situaci¨®n conflictiva, pueda interpretarse como favorable a una de las partes implicadas o en detrimento de la otra,
Conviene precisar que muchas organizaciones ya est¨¢n en el pa¨ªs trabajando en el acceso de medicamentos y alimentos desde hace tiempo
Imparcialidad: principio por el que la ayuda humanitaria debe proporcionarse a las v¨ªctimas en funci¨®n de sus necesidades, no en funci¨®n de cualquier otro criterio que suponga discriminaci¨®n por raza, sexo, o ideolog¨ªa pol¨ªtica.
Mucho m¨¢s que paquetes y tiritas
La ayuda humanitaria es mucho m¨¢s que repartir paquetes o poner tiritas. Se pretende precisamente salvar vidas, curar enfermedades y aliviar el dolor de las v¨ªctimas.
Las personas que bajo protecci¨®n de Naciones Unidas (Resoluci¨®n A/RES/717129) trabajan en este campo son profesionales altamente cualificados y las organizaciones para las que trabajan realizan una evaluaci¨®n previa de la situaci¨®n, un diagn¨®stico que pone de relieve a los m¨¢s vulnerables, mujeres y ni?os.
Adem¨¢s, trabajan con buenas pr¨¢cticas, transparencia y rendici¨®n de cuentas, y basan sus actuaciones en condiciones de calidad construidas por consenso durante a?os a base de trabajo y esfuerzo a nivel internacional.
Los mecanismos para poner en marcha una ayuda humanitaria ocurren cuando el gobierno leg¨ªtimo de un pa¨ªs entiende que la situaci¨®n supera sus capacidades y solicita ayuda internacional. En el caso de que no haya gobierno, esta ayuda humanitaria la impulsan los organismos de Naciones Unidas que tienen competencias en este asunto.
Asumir los acuerdos internacionales
Esa ayuda debe cumplir los acuerdos internacionalmente asumidos en la Declaraci¨®n de Par¨ªs sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, los Principios de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas y el Consenso Europeo sobre Ayuda Humanitaria.
Hemos visto recientemente ejemplos que parecen apoyarse en una base que nada tiene que ver con la ayuda humanitaria. La crisis econ¨®mica, pol¨ªtico-institucional y sociosanitaria que sufre Venezuela tiene efectos muy graves en la poblaci¨®n que precisan atenci¨®n. Conviene precisar que muchas organizaciones ya est¨¢n en el pa¨ªs trabajando en el acceso de medicamentos y alimentos desde hace tiempo.
Sin embargo, es necesario aportar el dato de Inform, tal y como cita el Instituto de Estudio sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH), en el que Venezuela aparece en el a?o 2019 en el puesto 64 como pa¨ªs con riesgo medio de crisis humanitaria con un ¨ªndice de 4,5, mientras que Colombia tiene un ¨ªndice de 5,5, lo que le sit¨²a en riesgo alto.
Los medios se han volcado en la situaci¨®n venezolana y la posible distribuci¨®n de ayuda humanitaria se utiliza como un instrumento para generar una legitimidad paralela. De esta forma, se contravienen las normas internacionales y se genera m¨¢s divisi¨®n, tensi¨®n y violencia entre la poblaci¨®n.
Injerencia pol¨ªtica
Aplicar la falsedad de la ayuda humanitaria a cuestiones que no lo son, si bien no es nada nuevo ¡ªha sido utilizado muchas veces en la Historia¡ª, es un hecho grav¨ªsimo que implica la utilizaci¨®n de los principios que la rigen con la finalidad de realizar injerencia pol¨ªtica.
Es de extrema gravedad que se utilice la simbolog¨ªa, nomenclatura y conceptos propios del humanitarismo para otros intereses. Es irresponsable y las consecuencias son terribles, generando que el trabajo de a?os de organizaciones y trabajadores humanitarios sea visto como algo sometido a sospecha. Los que sufrir¨¢n las consecuencias a corto, medio y largo plazo, ser¨¢n, como siempre, los m¨¢s d¨¦biles.
Es necesario siempre el di¨¢logo, luchar por la prevenci¨®n de conflictos y por la b¨²squeda de la paz civil, no militar, tal y como refieren las Directrices de Oslo. Existen mecanismos nacionales e internacionales perfectamente habilitados para ello.
Decir que se trabaja en este sentido y actuar de otra manera escondi¨¦ndose detr¨¢s de la llamada ayuda humanitaria transmite mensajes err¨®neos a la poblaci¨®n. Esto es algo que forma parte del aprendizaje de los errores del pasado, y ha de hacernos reflexionar sobre acciones que no buscan el bienestar de un pueblo, sino el control de los recursos de la poblaci¨®n a cualquier precio.
Vivimos un momento social internacional en el que acuerdos, principios, normas, leyes y resoluciones que hasta ahora eran estables y supon¨ªan un punto de partida, se rompen o parecen cumplirse a criterio de los intereses de determinados l¨ªderes pol¨ªticos. Utilizando la ayuda humanitaria tambi¨¦n, algo que como sociedad no nos podemos permitir y no debemos consentir. Algo que, por supuesto, no puede ni debe hacerse en nombre de la ayuda humanitaria.
Consuelo Gim¨¦nez Pardo es profesora de Enfermedades Tropicales y Salud Global de la UAH, directora del M¨¢ster Universitario en Acci¨®n Humanitaria Sanitaria de la Universidad de Alcal¨¢.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente por The Conversation.
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