?Cu¨¢l es la Par¨ªs original? Cuando China se puso a copiar ciudades y enfad¨® a Egipto
Se construyeron a principios de este siglo, cuando el gigante asi¨¢tico admiraba el lujo occidental. Casi se puede recorrer el patrimonio de la Unesco a trav¨¦s de ellas
Prendas de ropa y dispositivos electr¨®nicos no son lo ¨²nico que los chinos copian a la perfecci¨®n. Tambi¨¦n, edificios hist¨®ricos de otras partes del mundo. El viajero que se desplaza hasta all¨ª para admirar monumentos nativos como la Ciudad Prohibida de Pek¨ªn, la Gran Muralla o los Guerreros de Terracota de Xian puede, si lo desea, maravillarse ante versiones magistralmente fusiladas de la Torre Eiffel parisina, el Coliseo romano o la ?pera de S¨ªdney. Una fantas¨ªa. Algunas cuesta incluso distinguirlas de las originales (la soluci¨®n al final del art¨ªculo).
Esta costumbre no es de ahora; ni siquiera es exclusiva de China. Como hace ver Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), "la reconstrucci¨®n de monumentos tiene una tradici¨®n muy larga, desde Madurodam, en La Haya, que es una especie de peque?o pueblo que reproduce todo Holanda, hasta ejemplos m¨¢s cercanos como el Pueblo Espa?ol de Barcelona o la Feria del Campo de Madrid". En una etapa predigital, y cuando las im¨¢genes todav¨ªa no ten¨ªan una difusi¨®n global como la actual, pose¨ªan hasta cierto punto un valor pedag¨®gico.
M¨¢s l¨²dico que pedag¨®gico es el car¨¢cter de las adaptaciones que se concentran desde hace d¨¦cadas en Las Vegas, otro antecedente. "All¨ª tenemos una utilizaci¨®n con mucho desparpajo y absolutamente pastiche de arquitecturas hist¨®ricas, desde egipcias a romanas pasando por elementos de posmodernidad de los a?os ochenta, en un entorno orientado al ocio y los congresos, un turismo de acontecimientos", dice Ezquiaga.
Del culto a lo extranjero a la nueva aristocracia china
El boom de los artefactos arquitect¨®nicos fake en China data de principios de este siglo, cuando aquel pa¨ªs inici¨® su despegue econ¨®mico y sus habitantes posaron la vista en lo que consideraban experiencias de ¨¦xito, la mayor¨ªa en Europa, Norteam¨¦rica y Australia. En un primer momento se constru¨ªan en parques tem¨¢ticos y recintos p¨²blicos, a modo de s¨ªntesis de las maravillas del mundo. "Estaban muy pendientes de la tecnolog¨ªa y las costumbres de Occidente, que asocian con modernidad. Estos iconos tienen un valor l¨²dico y al mismo tiempo revelan una cierta admiraci¨®n", explica Ezquiaga. "En esos d¨ªas, los chinos ten¨ªan una capacidad limitada de hacer viajes al exterior", prosigue el decano de los arquitectos madrile?os.
Como explica Manel Oll¨¦, profesor titular de Historia y Cultura de la China Moderna en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, esa bonanza econ¨®mica llev¨® a una emergente aristocracia china a querer habitar en un entorno pomposo acorde con el volumen de su cuenta corriente. "Los nuevos ricos ten¨ªan ese af¨¢n de vivir en zonas exclusivas, en barrios cargados de un aura de ensue?o. Es una tendencia que ha sido criticada y limitada en estos ¨²ltimos a?os por los nuevos valores de la China de Xi Jinping, poco amante de las extravagancias arquitect¨®nicas y del culto al lujo extranjero", dice Oll¨¦, autor del libro La empresa de China (Acantilado, 2002).
Uno de los casos m¨¢s sorprendentes es el de la ciudad china de Tianducheng, cerca de Hangzhou, en el este del pa¨ªs. Esta urbe empez¨® a construirse en 2007, con objeto de convertirse en un clon de Par¨ªs. As¨ª, alberga una r¨¦plica de 108 metros de altura de la Torre Eiffel, un barrio de 31 km2 con edificios calcados de los del centro de la capital francesa y hasta un parque inspirado en los jardines de Versalles. El fot¨®grafo franc¨¦s Fran?ois Prost titul¨® Paris syndrome una serie de instant¨¢neas en las que comparaba los monumentos originales con el duplicado chino.
No menos impactante es Kadakaisi, en el sudeste. En 2010, un equipo de arquitectos chinos se desplaz¨® a Cadaqu¨¦s, donde durante un tiempo estuvieron estudiando la fisonom¨ªa de calles y edificios. Poco despu¨¦s, transformaron Kadakaisi en un complejo vacacional a imagen y semejanza del hermoso pueblo ampurdan¨¦s. En 2016, el cineasta Llu¨ªs Galter rod¨® un documental titulado La sustancia, ambientado en ese extra?o Cadaqu¨¦s chino por aquel entonces a¨²n deshabitado que evocaba al original antes de la llegada masiva del turismo.
En la provincia de Boluo existe desde 2012 un plagio de la villa austr¨ªaca de Hallstatt; ese mismo a?o, en Suzhou emularon el Puente de la Torre de Londres; en Shijiazhuang levantaron en 2014 un remedo de las pir¨¢mides de Giza que casi supone un problema diplom¨¢tico con Egipto y en un parque de la periferia de Hefei reprodujeron el monumento megal¨ªtico de Stonehenge (Reino Unido). La tecnolog¨ªa moderna facilita la exactitud de estas r¨¦plicas. Como explica Ezquiaga, "hoy por hoy solo con fotograf¨ªas ya se pueden hacer levantamientos planim¨¦tricos de alt¨ªsima calidad y se pueden reproducir con una exactitud asombrosa. No digamos cuando est¨¢n disponibles impresoras en tres dimensiones".
La copia como objeto de fetichismo para las clases populares
Sin embargo, exactitud no es siempre lo que se busca. Cuando pedimos al arquitecto que analice algunas de estas recreaciones, detecta distorsiones a buen seguro premeditadas. Ezquiaga: "Llama la atenci¨®n la deformaci¨®n del puente de Londres, que se ampl¨ªa no solo para que pueda albergar un puente tradicional sino una autopista; o el cambio de proporciones en relaci¨®n con el ser humano en el Parten¨®n, cuando sabemos que para los griegos la proporci¨®n en relaci¨®n con el hombre lo es todo, por tanto no se puede alterar la escala; y una deformaci¨®n totalmente alejada de la realidad en el Coliseo de Roma".
En esa afici¨®n de los chinos por la copia en general confluyen varias razones. "Hay motivos legales: la relajaci¨®n del sistema de propiedad intelectual y del coyright. Hay tambien motivos socioecon¨®micos: la f¨¢brica del mundo que ensambla y monta y cose para las elites globales ve c¨®mo sus elites pueden acceder al sue?o del producto de marca, pero las clases medias y populares con bajo poder adquisitivo no se resisten a participar de la fiesta y emergen diferentes gradaciones de fake. Esto ha generado la subcultura del shanzhai, el fake, la copia casi como objeto de culto y de fetichismo, con no poca iron¨ªa. Hay finalmente motivos culturales: la tradici¨®n de la copia en el arte, la fragilidad del sentido de lo original...", enumera el profesor Manel Oll¨¦.
Mirada a la tradici¨®n y al nuevo talento chino
Aun as¨ª, este fen¨®meno arquitect¨®nico no tiene visos de continuidad en el futuro, salvo para adornar parques de atracciones. La China de hoy est¨¢ orgullosa de su pasado, y la tendencia de inspirarse en el exterior ha remitido. "Cada vez m¨¢s, el pa¨ªs est¨¢ encontrando caminos propios y potenci¨¢ndolos, tambi¨¦n en arquitectura. No solo rememorando arquitecturas hist¨®ricas chinas, sino tambi¨¦n con arquitectos que empiezan a descollar como innovadores en el ¨¢mbito cultural. Ahora mismo China vive un momento m¨¢s nacionalista, tanto con un orgullo por superar tecnol¨®gicamente en algunos aspectos a Occidente, como en lo cultural", describe Ezquiaga.
Por otra parte, a?ade el experto, "ahora mismo son una potencia tur¨ªstica, tanto por lo que recibe como por los visitantes que generan por todo el mundo, y cada vez m¨¢s chinos ven el Parten¨®n directamente y menos en estas reproducciones. El mundo se ha empeque?ecido, y la idea de visitar edificios emblem¨¢ticos a trav¨¦s de reproducciones es cada vez menos necesaria".
SOLUCI?N: Las im¨¢genes de la izquierda son de distintas ubicaciones de China, a la derecha, los pueblos, edificios y monumentos originales.
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