Diario de precampa?a
Esta es la novedad con la que vamos a las urnas el 28 de abril, m¨¢s polarizaci¨®n, m¨¢s radicalizaci¨®n en la derecha y, curiosamente, m¨¢s moderaci¨®n a la izquierda
En el a?o 2015, hablar de bipartidismo en Espa?a era mentar a la bicha. La regeneraci¨®n del sistema solo se conceb¨ªa con la multiplicaci¨®n de la oferta electoral. En ese contexto tan adverso, el soci¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, ministro de Educaci¨®n en los primeros gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez, recordaba, en una entrevista que le hice, que en el bipartidismo es m¨¢s f¨¢cil exigir y conseguir que un gobierno rinda cuentas. Durante la legislatura, un solo partido tiene todo el poder y no puede esconder los incumplimientos o las insuficiencias de su gesti¨®n, en la dificultad de concertar intereses y programas diferentes. En los modelos con m¨¢s partidos, los ciudadanos pueden elegir, a la hora de votar, entre un abanico m¨¢s rico y que se ajuste m¨¢s a sus preferencias, pero en cambio, pierden capacidad de control despu¨¦s, sobre las pol¨ªticas que, en el d¨ªa a d¨ªa, negocian los gobiernos de coalici¨®n.
La gran ventaja, argumentaban los defensores del pluripartidismo, es que al necesitarse dos o m¨¢s partidos para gobernar, es m¨¢s f¨¢cil que se den combinaciones transversales que permitan consensos duraderos. Vamos, que ya no ver¨ªamos cambiar, cada cuatro a?os, hasta el uniforme de los conserjes de las empresas p¨²blicas.
Nada de esto ha ocurrido, desapareci¨® el bipartidismo y no lleg¨® la transversalidad. Y mucho menos, el gobierno de un partido bisagra como so?¨®, o le hicieron so?ar, a Rivera. Borgen no es lo nuestro. Hubo una ocasi¨®n en el 2015, pero Podemos no permiti¨® un gobierno PSOE-Ciudadanos. Ahora, Ciudadanos anticipa que, en ninguna circunstancia, pactar¨¢ con el PSOE y mucho menos, supongo, permitir¨¢ un gobierno PSOE-Podemos.
De manera que hemos abandonado el bipartidismo por el frentismo y lo que trajo la pluralidad es, al final, la batalla por la hegemon¨ªa dentro de los mismos campos ideol¨®gicos del bipartito. Esta es la novedad con la que vamos a las urnas el 28 de abril, m¨¢s polarizaci¨®n, m¨¢s radicalizaci¨®n en la derecha y, curiosamente, m¨¢s moderaci¨®n a la izquierda. El dominio del discurso ultra en el mundo occidental y el poder¨ªo sin contrapesos del sistema financiero, han convertido a la socialdemocracia en una propuesta que hoy suena casi radical.
Vox contamina a toda la derecha espa?ola, y los partidos catalanes han dejado de contar para formar mayor¨ªas estables. As¨ª est¨¢n las cosas a fecha de hoy. Quedan dos meses. Un mundo.
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