Esta exposici¨®n te da un respiro (casi espiritual)
El artista britanico Edmund de Waal presenta su obra por primera vez en Madrid, inspirada en cl¨¢sicos del imaginario espa?ol, como Lorca o Zurbar¨¢n, y en la obra de Paul Celan: el poeta alem¨¢n que sobrevivi¨® al Holocausto
Breath no es solo una muestra, es un estado de ¨¢nimo. Cuando el visitante accede a la exposici¨®n del brit¨¢nico Edmund de Waal (Nottingham, 1964), comprende enseguida que no est¨¢ solo ante una muestra de objetos que pretenden comunicar algo. "Quiero que, al entrar, la gente baje el ritmo", anuncia De Waal, un artista multidisciplinar que lo mismo trabaja la cer¨¢mica que escribe un libro, y que en esta ocasi¨®n lo ha hecho todo bajo el auspicio de Elena Foster para Ivorypress.
En Breath, presenta una colecci¨®n de piezas de porcelana ¡ªvasos, platos y otros objetos en teor¨ªa cotidianos, pero tan delicados que solo vagamente parecen ¨²tiles¡ª, en distintos tonos de blanco y con remates de oro que le imprimen el halo de espiritualidad de un bodeg¨®n barroco. Pero tambi¨¦n seis enormes libros, al modo de los incunables medievales, que recogen versos del poeta jud¨ªo alem¨¢n Paul Celan (1920), comentados por De Waal a mano, y en cuyas p¨¢ginas se extienden tambi¨¦n pinceladas trasl¨²cidas de caol¨ªn (un mineral b¨¢sico en la composici¨®n de la porcelana).
Se le podr¨ªa llamar ceramista, pero eso ser¨ªa quedarse cortos. En realidad, todo lo que hace Edmund de Waal tiene que ver m¨¢s bien con la escritura, aunque desde muy joven encontrara en el barro y la porcelana una manera de materializar sus inquietudes.
Nacido en una familia de origen jud¨ªo holand¨¦s, aprendi¨® los secretos de la alfarer¨ªa con los mejores maestros, primero en su pa¨ªs y despu¨¦s en Jap¨®n, antes de abrir un estudio en el Londres de mitad de los noventa. En ¨¦l cre¨® unas piezas que proporcionaban giros determinantes a los dise?os cl¨¢sicos ¡ªuna peque?a alteraci¨®n en la forma, una textura inesperada del material¡ª, que las hac¨ªan inmediatamente reconocibles. Desde entonces, su obra se ha visto en museos de artes decorativas y similares, pero tambi¨¦n en la Gagosian Gallery de Nueva York, la Royal Academy of Arts de Londres o el Kunsthistorisches Museum de Viena.
En el plano de la literatura, De Waal es conocido por obras como La liebre con ojos de ¨¢mbar (Ed. Acantilado) y El oro blanco. Historia de una obsesi¨®n (Seix Barral), que se mueven entre el ensayo, la ficci¨®n, la autobiograf¨ªa y la cr¨®nica familiar. En ellos no son las palabras las que componen la obra, sino tambi¨¦n la graf¨ªa, que la contamina por completo.
Con el concepto expositivo de Breath, De Waal fusiona en tres espacios de la galer¨ªa ¡ªla librer¨ªa, la sala para el arte y la editorial¡ª sus dos obsesiones: "Los libros ¡ªlas palabras¡ª, y la materialidad delicada pero fuerte de la porcelana, la madera, el oro y el papel", explica Elena Foster cabeza visible de la galer¨ªa y editorial madrile?a.
Pero recuerda tambi¨¦nn a su espacio de trabajo de Londres: "Tengo un estudio precioso, con un extremo para trabajar la porcelana y otros materiales, y otro extremo con miles de libros, papeles, y notas hasta en las paredes; y, en medio, est¨¢ ese gran espacio donde se juntan las dos cosas y todo sucede". Quiz¨¢ por eso, De Waal ha dispuesto tambi¨¦n en la exposici¨®n un rinc¨®n de descanso, para dar un respiro a los visitantes, con un sof¨¢ y una estanter¨ªa repleta de libros: desde Wittgenstein hasta Walter Benjamin pasando por el Ulises de Joyce y las fotos de Hiroshi Sugimoto o Sally Mann. Y Paul Celan.
El poeta jud¨ªo alem¨¢n que perdi¨® a su familia en el Holocausto ¡ªy que de milagro escap¨® de ese mismo destino para acabar quit¨¢ndose la vida d¨¦cadas despu¨¦s¡ª ha sido una de las principales influencias de la muestra, pero no la ¨²nica. Est¨¢n tambi¨¦n otro poeta algo menos atormentado pero v¨ªctima de un destino igual de tr¨¢gico, Federico Garc¨ªa Lorca, y el pintor barroco espa?ol Francisco de Zurbar¨¢n.
Bajo esa triple sombra, en las salas de la galer¨ªa se suceden unas vitrinas y estanter¨ªas en las que reposan las piezas, todo dispuesto de tal modo que hace pensar en un poema o una partitura musical. Es decir, en formas de escritura. "Quise que el modo en que separo y superpongo las piezas se aproximara a lo que hace Celan con sus palabras y espacios. La influencia de Lorca tiene m¨¢s que ver con mi historia personal: lo descubr¨ª con 15 a?os".
"Hay mucha m¨¢s espiritualidad en uno solo de los peque?os vasos de Zurbar¨¢n que en todos sus santos"
Y luego est¨¢n los bodegones de Zurbar¨¢n, donde una modesta jarrita de cer¨¢mica o una bandeja met¨¢lica son una cuesti¨®n de m¨ªstica: "Me gusta mucho esa parte de su trabajo, hay mucha m¨¢s espiritualidad en uno solo de sus peque?os vasos que en todos sus santos". ?Y Morandi? "?Amo a Morandi! Su profunda obsesi¨®n con el tiempo, al que vuelve una y otra vez¡ Su pintura demuestra el poder de la imagen de los objetos en la vida".
De Waal cuenta que Foster y ¨¦l llevaban mucho tiempo dando vueltas a la idea de editar un libro de artista y que, despu¨¦s de estas conversaciones, a¨²n fueron necesarios dos a?os para poner en pie esta exposici¨®n. ?l tiene claro que todo lo importante toma su tiempo.
En el mundo contempor¨¢neo est¨¢ como prohibido decir que te importa la vida espiritual. A¨²n as¨ª, tampoco tengo mucho que ver con un monje"
Ante tanta espiritualidad, surge la broma de que todo aquello parece obra de un monje, impresi¨®n que no parece disgustarle, pero contra la que se rebela un poco: "Tengo tres estupendos ni?os y estoy muy involucrado en temas pol¨ªticos como el apoyo a los refugiados, as¨ª que tampoco tengo mucho que ver con un monje. Lo que pasa es que en el mundo contempor¨¢neo puedes hablar de tus causas pol¨ªticas o de c¨®mo ves el mundo, pero est¨¢ como prohibido decir que te importa la vida espiritual".
Lo que nos lleva a la otra parte de la muestra, la edici¨®n de seis enormes libros que ha realizado para Ivorypress. Cada uno de ellos se guarda en una exquisita caja de madera, casi un arca, que cuando est¨¢ cerrada transmite la energ¨ªa imponente de una escultura minimalista, y que al abrirse puede utilizarse como atril. Dos sorpresas ocultas nos esperan aqu¨ª. La primera es que en un caj¨®n se guarda una escultura de pared compuesta por varias piezas de ¨®nix y porcelana. Y la segunda, que bajo el lomo de cada libro se han escondido fragmentos de c¨®dices miniados medievales que el propio De Waal adquiri¨® en una subasta. No podemos verlos, pero sabemos que est¨¢n ah¨ª. O, volviendo a la cuesti¨®n de la fe, m¨¢s bien decidimos creerlo.
"Quien verdaderamente aprende a ver se acerca a lo invisible", escribi¨® Celan. Pues de eso precisamente va Breath.
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