1989, el a?o en que comenz¨® el siglo XXI, en las im¨¢genes que dej¨® el arte
Ese a?o cay¨® el muro de Berl¨ªn y mucho m¨¢s. Tambi¨¦n se inaugur¨® el Instituto Valenciano de Arte Moderno, cuya apertura no ofreci¨® una mirada al convulso momento internacional. Treinta a?os despu¨¦s lo recuerda con obras de la ¨¦poca
Aquel fue el a?o de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y de la matanza de Tiananm¨¦n. De la fatwa a Salman Rushdie y la muerte del ayatol¨¢ Jomeini. De la Revoluci¨®n de Terciopelo checoslovaca y el germen de las guerras yugoslavas. Y de muchas m¨¢s cosas. Es asombroso el n¨²mero y la importancia de los sucesos hist¨®ricos que sucedieron en 1989, hasta el punto que hay quien reclama ese a?o como el aut¨¦ntico inicio de un siglo, el XXI, que no habr¨ªa podido esperar a que lo di¨¦ramos por oficialmente inaugurado para echar a andar.
En ese mundo convulso y en transici¨®n, pero como si pudiera existir ajena a ¨¦l, Valencia abr¨ªa el Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM, el primer museo de su tipo con titularidad auton¨®mica de nuestro pa¨ªs (el barcelon¨¦s MACBA llegar¨ªa en 1995, y el Guggenheim Bilbao, dos a?os despu¨¦s). Bajo la direcci¨®n de la recordada Carmen Alborch, y en presencia de la reina Sof¨ªa, sus exposiciones inaugurales estaban dedicadas a la escultura de Julio Gonz¨¢lez y el dibujo de Picasso, al informalismo espa?ol de mitad del XX, el colectivo Equipo Cr¨®nica que le sucedi¨® y el impresionista valenciano Pinazo.
Ni rastro en ese programa de lo que estaba sucediendo all¨¢ afuera. Por eso, cuando los actuales responsables del museo se plantearon una exposici¨®n que conmemorara el 30 aniversario de aquel evento, decidieron poner en pie la actual 1989. El fin del siglo XX, una muestra compuesta ¨ªntegramente por obras creadas ese a?o por autores como Nan Goldin, William Kentridge, Marlene Dumas, Guerrilla Girls o Rogelio L¨®pez Cuenca, y que aluden de manera directa a todas las preocupaciones del momento que entonces fueron obviadas. Esto se complementa con la m¨¢s modesta 1989. Caso de estudio, centrada en lo que al mismo tiempo pasaba en el IVAM y su contexto valenciano.
El mito fundacional del IVAM
Cuando le preguntamos a Jos¨¦ Miguel Garc¨ªa Cort¨¦s (Valencia, 1955), el actual director del IVAM, d¨®nde estaba en 1989, ¨¦l recuerda que entonces era un comisario y profesor universitario que preparaba una exposici¨®n sobre nuevos artistas valencianos en el cercano centro cultural El Carmen. "Y sobre todo recuerdo que hab¨ªa muchas discusiones sobre si era procedente abrir un museo de arte contempor¨¢neo en Valencia. Se gener¨® un gran debate incluso dentro del PSOE, que entonces gobernaba en la ciudad, la Diputaci¨®n y la Comunidad Aut¨®noma, porque en aquel momento muchos pensaban que hab¨ªa mayores prioridades".
Como todo gran fen¨®meno, el IVAM tiene incluso su propio mito fundacional, que situar¨ªa su origen a¨²n unos a?os antes. Seg¨²n esa historia, cuando en 1983 el escultor valenciano Andreu Alfaro inauguraba su gran antol¨®gica en el El Born de Barcelona, aprovech¨® la ocasi¨®n para lamentar en voz alta que en su ciudad natal no existiera un centro de arte de similares caracter¨ªsticas. La queja no le habr¨ªa pasado inadvertida al comisario de la exposici¨®n, Tom¨¤s Llorens.
Despu¨¦s, el hecho de que los fondos de otro escultor, esta vez el catal¨¢n Julio Gonz¨¢lez, quedaran disponibles para su traslado desde Par¨ªs sin que Barcelona los reclamara, dispuso la ocasi¨®n definitiva. "Un museo que se monta en Valencia alrededor de la obra de un artista barcelon¨¦s, con el acuerdo y la colaboraci¨®n del gobierno auton¨®mico, de la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento", resume Josep Salvador, comisario del IVAM desde su apertura y por tanto memoria viviente de la instituci¨®n. "?Sabes una cosa? Yo creo que esto hoy ser¨ªa imposible".
Garc¨ªa Cort¨¦s no desmiente el relato, pero su versi¨®n sobre los aut¨¦nticos or¨ªgenes del museo otorga m¨¢s peso a la labor colectiva de quienes creyeron en ¨¦l desde el inicio. "Como toda historia de este tipo, esa es muy bonita. Pero lo que no debemos olvidar es que entonces Espa?a era un p¨¢ramo en cuanto a museos. Por eso creo que hay que valorar las cosas y no mitificarlas. Hubo sobre todo un trabajo coral de personas que se pusieron de acuerdo y trabajaron para montar el IVAM. Y por supuesto estaba Tom¨¤s Llorens, que hab¨ªa sido profesor universitario en Reino Unido, y se enfrent¨® a quienes dec¨ªan que, si el museo se hac¨ªa, ante todo deb¨ªa girar en torno al arte valenciano. Su visi¨®n m¨¢s internacional fue la que afortunadamente se impuso".
"La d¨¦cada negra" que investiga la justicia
Tom¨¤s Llorens fue el primer director del museo, y quien estableci¨® sus l¨ªneas estrat¨¦gicas desde 1986. Pero para cuando tuvo lugar la inauguraci¨®n oficial en un nuevo edificio creado a medida de sus necesidades, ya hab¨ªa sido fichado para dirigir el madrile?o Reina Sof¨ªa, y fue su sustituta, Carmen Alborch, quien figur¨® en los brindis de apertura. "Alborch fue un estupendo complemento a la tarea anterior de Llorens", considera Garc¨ªa Cort¨¦s. "Si ¨¦l ten¨ªa un enfoque muy articulado y anal¨ªtico, de estudio universitario, ella aport¨® una visi¨®n que popularizaba el museo y lo acercaba a la gente, sin banalizarlo".
Esa visi¨®n conjunta, con ciertas matizaciones, prosigui¨® con las siguientes cabezas visibles, Jos¨¦ Francisco Yvars, Juan Manuel Bonet y Kosme de Bara?ano. Y solo se quebr¨® con el "decenio negro" (2004-2014), durante el que las riendas estuvieron a cargo de Consuelo C¨ªscar. "Pero ese es un periodo del que prefiero no hablar", zanja Josep Salvador.
Llama la atenci¨®n la tendencia a no invocar aquel largo periodo bajo la direcci¨®n de C¨ªscar, que en la gesti¨®n se sald¨® con una investigaci¨®n (a¨²n en curso) por presuntos y variados delitos, de la malversaci¨®n a la falsedad documental, y en lo puramente muse¨ªstico con hitos como una exposici¨®n dedicada a un peluquero local.
Esta opci¨®n colectiva por el silencio hace pensar en que el poso de aquellos 10 a?os queda m¨¢s cerca del trauma que de otra cosa. Garc¨ªa Cort¨¦s prefiere mirar al futuro: "Han pasado m¨¢s de cuatro a?os de esto. Ya est¨¢ bien de volver al pasado. Y si lo hacemos, que sea para fijarnos en lo mejor de ¨¦l, porque eso es lo que puede ayudarnos a construir un futuro. Cuando yo empec¨¦ como director, en 2014, dispon¨ªamos de un presupuesto anual de menos de cinco millones de euros, y en 2019 por fin llegamos a los 10 millones. ?Y t¨² sabes lo que cuesta construir un museo del siglo XXI?".
C¨®mo hacer que un museo del siglo XXI no parezca un centro comercial
Por cierto, ?c¨®mo es, o c¨®mo debe ser ese museo del siglo XXI? "Lo que no debe ser es un lugar est¨¢tico. Debe dar cabida a un gran conjunto de manifestaciones en constante ebullici¨®n y cambio. Y acoger el debate de ideas. Se trata de ser un espacio abierto sin caer en el centro comercial o la Disneylandia, con exposiciones que atraigan a mucha gente pero que no sean banales. Y eso es dif¨ªcil".
En el caso concreto del IVAM, esto pasa adem¨¢s por mantener cierta identidad propia. "Tenemos muy claro que somos un museo que est¨¢ en Valencia, y eso connota unas ra¨ªces mediterr¨¢neas que son importantes para establecer su contexto. De ah¨ª, por ejemplo, una de nuestras exposiciones actuales, Habitar el Mediterr¨¢neo. Lo que no nos impide colaborar con instituciones internacionales como la Tate de Londres, el Jeu de Paume de Par¨ªs o el Maxxi de Roma".
En el corto plazo, todo esto se concreta en un equipo muy motivado y con incorporaciones recientes como la del subdirector, Sergio Rubira, o la comisaria Sandra Amor¨®s (ambos responsables de la doble exposici¨®n 1989) y el subdirector de Comunicaci¨®n, Josep Grau. Adem¨¢s de la inminente apertura del patio trasero como jard¨ªn de esculturas (en un terreno originalmente expropiado a sus anteriores propietarios para permitir una ampliaci¨®n finalmente no realizada por motivos presupuestarios), que adem¨¢s abre el museo al barrio al que antes daba la espalda; y de un llamativo programa que este a?o promete, entre otras, exposiciones dedicadas a Fernand L¨¦ger, Dubuffet, Susana Solano o el autor de c¨®mic Paco Roca.
A?os convulsos, entonces y ahora
Tras ver la exposici¨®n 1989, resulta inevitable realizar ciertos paralelismos entre aquel a?o y el presente. Entonces, los neoliberales Margaret Thatcher y Ronald Reagan exprim¨ªan las fases finales de su dominio, mientras el presidente serbio Slobodan Milo?evi? pronunciaba su discurso de Gazimest¨¢n te?ido de nacionalismo ¡ªdetonante ideol¨®gico de la guerra yugoslava¡ª, y en Estados Unidos arreciaban las guerras culturales, por las cuales se censuraba una exposici¨®n de Mapplethorpe en la Corcoran Gallery de Washington y el Piss Christ, de Andres Serrano, era sometido a una segunda crucifixi¨®n por parte de los pol¨ªticos m¨¢s reaccionarios.
?Puede pensarse que ahora iniciamos un nuevo ciclo conservador en la pol¨ªtica mundial? "Es verdad que vivimos tiempos convulsos", admite Garc¨ªa Cort¨¦s, citando de paso el t¨ªtulo de otra exposici¨®n que abri¨® en el IVAM el pasado 13 de febrero. "Pero pienso que debemos ser optimistas, porque todo lo negativo tiene su reverso positivo, y eso ocurre incluso en las mayores tinieblas. Por ejemplo, es verdad que en 1989 arreciaba la crisis del sida, pero por ella tambi¨¦n surgi¨® la lucha del grupo activista ACT UP".
"Y hoy en d¨ªa", contin¨²a, "hay una conciencia feminista que nunca hab¨ªa existido antes con esa fuerza, lo que me parece muy significativo. Adem¨¢s, en nuestro pa¨ªs hemos dado una lecci¨®n en cuanto al tema de g¨¦nero y derechos de minor¨ªas, algo que no siempre valoramos. No suelo ser triunfalista, pero pienso que es bueno que saquemos pecho con este tipo de cosas. Y en eso estamos".
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