?Tolerar al intolerante?
El problema es tener que repetir las palabras de John Stuart Mill en una Europa donde resurgen inquietantes brotes antisemitas
"Sobre su cuerpo y esp¨ªritu el individuo es soberano". Nuestra sensibilidad pluralista exige reconocer en el otro la libertad para elegir c¨®mo quiere vivir tal y como recoge la m¨¢xima enunciada por John Stuart Mill. Esta idea ilustrada de autonom¨ªa combinada con la tolerancia ¡ªreivindicada por Merkel como el alma de Europa¡ª ha definido nuestra herencia pol¨ªtica, desde su formulaci¨®n moderna para superar las viejas guerras de religi¨®n, incorpor¨¢ndose despu¨¦s como un derecho. Pero en paralelo, la canciller alemana defend¨ªa la creaci¨®n de un ej¨¦rcito propio para la Uni¨®n. Conjugaba as¨ª las herramientas coercitivas con los valores, dos l¨®gicas que modelan un continente que necesita protegerse frente a un mundo que se parece cada vez menos a lo que aquel representa.
El problema es tener que repetir las palabras de John Stuart Mill a estas alturas, en una Europa donde resurgen inquietantes brotes antisemitas. Por supuesto, la reacci¨®n contra estas nuevas muestras de barbarie ha congregado en Par¨ªs a miles de personas, aunque Marine Le Pen no fue invitada a la fiesta. Cabr¨ªa preguntarse si existe contradicci¨®n en celebrar un acto contra la intolerancia mientras se veta a la l¨ªder del partido pol¨ªtico m¨¢s importante de la oposici¨®n, una pregunta que ejemplifica perfectamente uno de nuestros m¨¢s acuciantes dilemas: ?qu¨¦ deben hacer las democracias ante el surgimiento de partidos pol¨ªticos que pretenden socavarlas? ?Necesitamos un cambio de actitud o rigen a¨²n las mismas reglas de siempre?
Nuestra respuesta depender¨¢ de la idea de tolerancia que defendamos: podemos primar una dimensi¨®n neutral, esa en la que lo que est¨¢ bien o lo que est¨¢n mal, lo est¨²pido, lo razonable y lo t¨®xico se igualan en aras de ese tolerar. Pero tambi¨¦n existe una dimensi¨®n perfeccionista en la que solo es posible reivindicar la tolerancia dentro de un conjunto de valores que consideremos dignos de respeto. Por decirlo de otra manera: si no protegemos las condiciones que hacen posible la libertad, ?qu¨¦ es lo que habremos de tolerar entonces? Antes de la reivindicaci¨®n de la tolerancia est¨¢, por tanto, el compromiso con los valores democr¨¢ticos que la hacen posible, y que pol¨ªticos ultras como Le Pen niegan sin tapujos. Incorporar a la l¨ªder a la manifestaci¨®n no solo habr¨ªa sido normalizarla, sino caminar por una senda en la que las diferencias esenciales entre unos pol¨ªticos y otros se disipan y se legitiman, hasta el punto de que seamos incapaces de actuar o argumentar en su contra. En Francia parece que esto a¨²n lo tienen claro, pero¡ ?y en Espa?a? @MariamMartinezB
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.