Las leyendas detr¨¢s de la estatuilla: del t¨ªo Oscar al posado de un actor mexicano
La dise?¨® en una servilleta el arquitecto irland¨¦s Cedric Gibbons, director de arte de la Metro Goldwyn Mayer, que junto a la estrella Dolores del R¨ªo formaba la pareja de moda del Hollywood de la ¨¦poca
Esta noche se celebra la 91 ceremonia de los Oscar, con el mismo ritual de todos los a?os, alfombra roja, expectaci¨®n, rituales de agradecimiento y, claro, la codiciada y fornida estatuilla que alzan y besan con orgullo los ganadores y el resto mira con deseo, que lleva sin menguar ni crecer desde que se dise?¨® en 1928 (y ya van m¨¢s de 3.000 entregadas). Aunque s¨ª ha sufrido alg¨²n cambio: entre 1942 y 1944, en el contexto de la guerra las figuras se fabricaron en yeso de forma excepcional; en 1938 el ventr¨ªlocuo Edgar Bergen recibi¨® una con un dise?o especial, en madera y con la boca articulada, y, al a?o siguiente, en 1939, Walt Disney recibi¨® adem¨¢s de la estatuilla en tama?o real, siete miniaturas simbolizando los siete enanitos de Blancanieves.
El ¨²nico cambio permanente que ha sufrido el Oscar reside en el material: mientras originalmente se hizo en bronces chapado en oro de 24 quilates, posteriormente el trofeo se comenz¨® a realizarse con una aleaci¨®n y as¨ª contin¨²a fabric¨¢ndose hoy por hoy.
En una servilleta y con cuatro garabatos. As¨ª cre¨® C¨¦dric Gibbons (1890-1960), un arquitecto irland¨¦s que ejerci¨® como director de arte de la Metro Goldwyn Mayer de 1924 a 1956, el trofeo que premiar¨ªa a lo m¨¢s granado de la industria del cine, durante una cena en el Sal¨®n Crystal del Hotel Biltmore con los miembros de la Academia de Ciencias y Artes Cinematogr¨¢ficas de Hollywood. No era una corona de laurel ni una victoria alada, sino una figura masculina con una espada sobre una cinta cinematogr¨¢fica con cinco radios que representan todas las profesiones que crearon la Academia original: actores, directores, productores, t¨¦cnicos y escritores.
El 16 de mayo de 1929 en el Sal¨®n Blossom del Hotel Roosevelt, en Hollywood, la estatuilla se estren¨® en la primera ceremonia (aunque Oscar todav¨ªa no estaba bautizado como tal: se cuenta que el nombre se lo puso en los a?os treinta Margaret Herrick, bibliotecaria de la Academia y m¨¢s tarde directora ejecutiva, porque se parec¨ªa a su t¨ªo Oscar). A esta primera gala asistieron alrededor de 270 invitados y en ella se entregaron las 15 primeras estatuillas.
El encargado de dar vida a este beb¨¦ de 33 cent¨ªmetros y 3,5 kilogramos fue el escultor George Stanley, autor tambi¨¦n de la escultura de la Musa de la M¨²sica, la Danza y el Drama a las puertas del Hollywood Bowl. Seg¨²n las malas lenguas, para tallar la figura Stanley hizo posar desnudo al actor mexicano Emilio 'El Indio' Fern¨¢ndez, amigo de la que se convertir¨ªa en mujer de Gibbons al a?o siguiente, la diva Dolores del R¨ªo.
Gibbons era uno de los hombres m¨¢s poderosos de Hollywood. Dolores y Gibbons los Brangelina de la ¨¦poca, y anfitriones de las mejores fiestas de Hollywood ¡ªeran m¨ªticos sus brunchs dominicales que sol¨ªan acabar en partido de tenis y piscina¡ª, en su espectacular casa de Santa M¨®nica, dise?ada para ella por el propio arquitecto, con todo un abanico de excentricidades y esa est¨¦tica art d¨¦co que tambi¨¦n llev¨® a sus decorados en las pel¨ªculas.
Fueron m¨¢s de mil en las que figur¨® como director de arte y en las que sustituy¨® las telas pintadas que cubr¨ªan hasta entonces los fondos por escenarios tridimensionales, todo un avance para la ¨¦poca. Entre sus mayores creaciones est¨¢ el universo de El Mago de Oz (1939) con su inmortal iconograf¨ªa, su camino de baldosas amarillas, sus zapatos rojos y su brillante arco iris.
En la segunda edici¨®n de los Oscar, en 1930, ser¨ªa ¨¦l quien abrazar¨ªa la estatuilla al ganar el premio al mejor dise?o de producci¨®n por El puente de San Luis. Desde entonces, y durante m¨¢s de tres d¨¦cadas, su nombre se repet¨ªa en la lista de nominaciones y de galardones m¨¢s que el de Nadal en las finales de Grand Slam: estuvo nominado al Oscar en m¨¢s de 30 ocasiones y lo alz¨® en 11, con pel¨ªculas como Orgullo y Prejuicio (1940), Luz que agoniza (1944), Mujercitas (1949), Un americano en Par¨ªs (1951) o Julio C¨¦sar (1953).
Lo que no tuvo final feliz fue su matrimonio con Dolores del R¨ªo, que termin¨® en 1941 cuando en los mentideros de Hollywood ya era un secreto a voces el romance de ella con otro oscarizado: Orson Welles.
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